AFP
Cuando el ‘Temer Gate’ estalló hace dos semanas, muchos dieron por muerto al presidente brasileño, pero los días pasan y Michel Temer sobrevive. El impopular mandatario, gravemente herido por el escándalo de corrupción, está logrando ganar un tiempo vital, pero ¿podrá evitar su entierro?
La sensación generalizada es que Temer está “en la unidad de cuidados intensivos”, resume el analista político Carlos Pereira, de la Fundación Getulio Vargas (FGV).
Investigado por presunta corrupción, obstrucción a la justicia y organización criminal, el presidente camina al borde del precipicio desde que el pasado 17 de mayo se reveló la existencia de una grabación en la que parece aprobar un soborno.
Su base aliada se tambalea, hay una veintena de pedidos de ‘impeachment’ en su contra y, en las calles, miles piden su cabeza y exigen elecciones “Directas ya”.
Pero al negarse tajantemente a renunciar alegando inocencia, Temer dio el primer paso de una estrategia que, hasta ahora, resultó efectiva: estirar el desenlace.
Lo logró al evitar que su principal aliado, el PSDB (centroderecha), lo abandonara el domingo 21. O cuando esquivó tres días después, con un recurso de última hora, un pronunciamiento sobre su caso por parte del Supremo Tribunal Federal (STF).
Ha habido varios ‘día D’ que Temer ha logrado postergar en esta crisis, desatada apenas un año después de la caída de la mandataria de izquierda Dilma Rousseff.
El próximo día marcado, el 6 de junio, el Tribunal Superior Electoral (TSE) tiene previsto iniciar una sesión de tres días para decidir si anula la elección de 2014, en la que resultó reelecta la fórmula Rousseff-Temer, por abusos de poder y financiación ilegal de la campaña.
Esa cita, que para muchos sería la salida más honrosa para el mandatario, también tiene grandes posibilidades de ser aplazada.
Además, el entorno presidencial ya ha sugerido que el juicio podría alargarse si alguno de los jueces pide parar el debate para revisar el expediente.
“Cuando uno está con la soga en el cuello es fundamental tener tiempo porque, cuando más tiempo ganas, más posibilidades tienes de escapar de la muerte. Pero si Temer no consigue transformar ese tiempo en la aprobación de reformas, esas chances de sobrevivir se cortan mucho”, dijo Pereira a la AFP.
Sin sucesor natural
Temer prometió sacar a Brasil de la peor recesión de su historia a través de duras medidas de austeridad. El anuncio este jueves de que el país volvió a crecer en el primer trimestre del año, después de dos años de severa contracción, reforzará sin duda sus argumentos.
Pero su destino puede depender sobre todo de la aprobación de las reformas del sistema de jubilaciones y de la legislación laboral, exigidas por el mercado pero trabadas por legisladores temerosos de perder sus escaños en las elecciones generales de octubre de 2018.
El gobierno liberó en los últimos días 3.100 millones de reales (unos 950 millones de dólares) de partidas presupuestarias bloqueadas, principalmente para las áreas de salud y obras de infraestructura. Una manera, según analistas, de ablandar resistencias de aliados.
Otro factor está dando oxígeno a Temer: la falta de un consenso claro sobre su eventual sucesión.
“No hay un sustituto natural de Temer a diferencia de lo que pasó con Rousseff, que tenía el repuesto claro de Temer, su vicepresidente”, estima Sylvio Costa, director del portal político Congresso em Foco.
Si el presidente dejara su cargo, la Constitución dice que el Congreso debe elegir a la persona que finalice el mandato y que entregue el poder a quien resulte electo en 2018.
A puertas cerradas, los legisladores barajan varios nombres, sin ponerse de acuerdo.
En la prensa, aparecen perfiles tan dispares como el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (investigado junto a decenas de legisladores en la operación ‘Lava Jato’ sobre sobornos en Petrobras), el flamante presidente del PSDB, el senador Tasso Jereissati, o el exministro de Justicia Nelson Jobim.
“Es difícil encontrar a alguien que esté limpio y comprometido con esa agenda de reformas”, estima Costa al advertir, no obstante, que Temer “puede caer en cualquier momento” porque su estrategia de ganar tiempo no es ninguna garantía ante la dinámica “tan imprevisible” de la coyuntura brasileña.
Dos días después de la revelación del audio de Temer, uno de los fiscales de la ‘Lava Jato’ era un poco más gráfico al referirse al ambiente actual. En un texto titulado “El cadáver insepulto”, Carlos Fernando dos Santos Lima decía en su Facebook que las intrigas políticas en Brasil son erróneamente comparadas con la serie ‘House of Cards’.
“Lo que vivimos hoy se parece más a The Walking Dead, con hordas de muertos vivientes”, evocó.