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Henry Acosta ha sido clave en varios momentos de la negociación entre el Gobierno y las Farc. Acercó a “Alfonso Cano” y a “Pablo Catatumbo” con el presidente, Juan Manuel Santos, para delinear las bases del diálogo exploratorio. Siempre que la mesa de La Habana estuvo en crisis, fue el elegido para conciliar y acercar posiciones. Ahora, cuando el país está sumido en la incertidumbre por la victoria del No en el plebiscito, este empresario caldense sigue jugando un papel importante en la búsqueda de la paz con las Farc.
Hablamos con él para entender el momento que estamos atravesando. Nos dijo que la paz es más grande que aspiraciones políticas, pero que es casi imposible que las Farc cedan en algo de lo que ya han alcanzado.
¿Qué opina de las reuniones que sostuvo este miércoles 5 de octubre el presidente Santos con el senador Álvaro Uribe y con el expresidente Andrés Pastrana?
La situación que generó el resultado del plebiscito la debe arreglar el Gobierno Nacional, porque ese mecanismo no se originó en la mesa. Eso no es consecuencia de la mesa de diálogo de La Habana, sino de una decisión unilateral del Gobierno, que escogió ese mecanismo de refrendación política. Las Farc refrendaron los acuerdos en la Décima Conferencia. Así que las consecuencias las debe asumir el Gobierno, porque para las Farc el Acuerdo Final está firmado y refrendado jurídicamente para efectos del Estatuto de Roma.
¿Haber convocado el plebiscito fue un error del Gobierno?
Pensar en refrendarlo políticamente sí, claro que fue un error. Varias veces le dije al presidente Santos, primero por iniciativa mía y luego como un mensaje de las Farc, que no estaba de acuerdo con eso porque era innecesario. El presidente me respondía que él podía refrendar jurídicamente el acuerdo a través del protocolo tres adicional a los Convenios de Ginebra, pero que no podía terminar el conflicto armado colombiano en Suiza. Es la primera vez, en los 56 conflictos armados del mundo que se han acabado por vía del diálogo, que un gobierno resuelve someterlo a la consideración del pueblo. Ninguna guerra ha terminado sometida a la opinión pública nacional. El presidente Santos hubiera podido firmar la paz sin preguntarle a nadie, pero él creó ese mecanismo y nunca se preparó para ver qué pasaba si perdía. Siempre pensó que iba a ganar.
¿Por qué cree que el Gobierno perdió el plebiscito?
Hubo un poco de todo. Primero, el dueño del No no es el Centro Democrático. Muchas comunidades rechazaron los acuerdos de La Habana, víctimas de una campaña llena de mentiras: a los cristianos les dijeron que si ganaba el Sí les cerraban iglesias, a los indígenas y a los afros les dijeron que les quitaban territorios. Una campaña muy parecida a la de Donald Trump en Estados Unidos. Esta campaña fue como decía Laureano Gómez en 1940: “entre calumnia y calumnia, algo quedará”.
Este resultado obliga, sin embargo, a abrir el diálogo. ¿Es negociable, por ejemplo, la cárcel para los comandantes de las Farc?
Las Farc no renegociarán el Acuerdo Final. Eso está explícitamente manifestado. ¿Por qué? Porque ya lo firmaron, lo hicieron legalmente en frente de Naciones Unidas, de 17 mandatarios, hubo testigos internacionales, y el documento ya está jurídicamente en la Constitución como acuerdo especial.
El presidente perdió la contienda política, pero eso que están diciendo de renegociar es imposible. Seguramente habrá que hacerle alguna adenda, es decir, una adición positiva para poder cumplir lo de la Corte Constitucional (que dijo en su sentencia sobre el plebiscito que si ganaba el No el Acuerdo no se podía implementar). Pero las Farc no van a quitarle cosas al Acuerdo, con absoluta seguridad.