Carlos Romero, el tesón por la lucha social
La defensa de los más débiles, el impulso de las causas sociales, la democracia pluralista y los derechos humanos, caracterizaron la trayectoria política de Carlos Arturo Romero Jiménez (1933-2019), un batallador y destacado dirigente de la izquierda democrática colombiana.
Su activismo no solo se circunscribió a la arena política sino que trascendió a la academia y a los foros sociales. Fue testigo de excepción y protagonista de primera línea del acontecer sociopolítico colombiano durante más de cuatro décadas. Siempre le apostó a la salida política del conflicto armado colombiano. En tal sentido se la jugó en la década de los años 80 cuando se desempeñaba como presidente nacional de la Unión Patriótica (UP) en la búsqueda de consensos y acuerdos con todos los sectores del espectro político y social de Colombia, que permitieran avanzar en un proceso de conciliación nacional.
Su trabajo por la paz y por abrir espacios democráticos en el país, le valieron serias amenazas contra su vida, lo que le obligaron a refugiarse junto con su compañera de vida, Clara López Obregón, en la hermana República Bolivariana de Venezuela. Ahí continuó su trabajo político y académico y como colombiano defensor e impulsor del ideal bolivariano, se comprometió a fondo con el apasionante proceso político que desde finales de los años 90 se dio en América Latina, gracias al avance de los sectores progresistas y los partidos de izquierda democrática en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay, Nicaragua y El Salvador.

Carlos Arturo Romero Jiménez (1933-2019).
Este abogado samario destacó por su labor política en el Concejo de Bogotá, al que fue elegido en nueve oportunidades. En tal condición hizo parte del cabildo distrital que muchos llamaron Concejo Admirable, junto a Luis Carlos Galán, Jaime Vidal Perdomo, Germán Botero de los Ríos, Alfonso Palacio Rudas, Daniel Mazuera Gómez y Mario Upegui.
Al retornar de su exilio, Carlos Romero se impuso la tarea de coadyuvar en forma activa a la consolidación de una fuerza de izquierda pluralista y democrática. Por eso se incorpora al Polo Democrático, accede a su dirección y hace parte de la lista al Concejo de la capital en 2004.
Como concejal de la capital de la República en el periodo 2004-07 se destacó por su apoyo sustancial a las políticas de amplio calado social.
En septiembre de 2008 el Concejo Distrital de Bogotá le otorgó la Orden civil al mérito José Acevedo y Gómez en el Grado de Cruz de Oro por su contribución a las políticas públicas en materia de desarrollo social en la capital del país, durante los nueve periodos en los que fue elegido a este cuerpo colegiado.
Entre los considerandos para otorgarle esta presea a Romero Jiménez se destacaron entre otros méritos su amplia trayectoria pública en defensa de los sectores más débiles, “el impulso de las causas sociales, la democracia pluralista y los derechos humanos”.
Igualmente se relievó su labor en el Concejo de Bogotá, la cual fue decisiva para la viabilidad de iniciativas como la descentralización administrativa de la ciudad, la creación de las Juntas Administradoras Locales, la implementación de la carrera administrativa y el fortalecimiento de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

Carlos A. Romero Jiménez junto a los dirigentes de izquierda Gilberto Vieira White, Bernardo Jaramillo Ossa y su compañera de vida, la estadista Clara López Obregón.
Romero Jiménez era oriundo de Santa Marta y abogado de profesión. Desde muy joven se incorporó a la actividad política como militante de la izquierda democrática colombiana, ocupando puestos de liderazgo como Secretario general de la Juco, Secretario general de la Unión Nacional de Oposición (UNO), presidente de la Unión Patriótica e integrante del Comité Ejecutivo Nacional del Polo Democrático Alternativo.
Su actividad política la alternó con su labor de catedrático en el área del derecho constitucional en las Universidades Libre y Cooperativa, y a la investigación de temas urbanos, concretamente en lo concerniente a las políticas públicas de Bogotá.
Su legado de lucha, perseverancia y de acción en favor de los sectores marginados y por el cambio de estructuras en Colombia constituye testimonio de compromiso por la “batalla de ideas” que es imprescindible para avanzar en la concientización en torno a los cambios sociales, económicos y políticos que reclama el mundo convulso al iniciar la tercera década del siglo XXI.
En homenaje a su memoria y a su tesón por abrir cauces de transformación social, el Centro de Pensamiento del Partido Todos Somos Colombia lleva el nombre de Carlos A. Romero J.
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