El Tiempo

La exministra Clara López confesó que se siente más libre sin las ataduras que le ponían sectores del Polo.

Clara López Obregón no se considera todavía precandidata ni candidata presidencial, pero con toda seguridad estará en el debate electoral del 2018. Para eso se retiró del Ministerio de Trabajo, donde estuvo hasta la semana pasada.

Si bien se le identifica con la defensa del proceso de paz con las Farc, ella cree que el próximo Presidente de la República debe ir más allá, y en su caso, si logra ponerse al frente de una gran convergencia, va a proponer que el Estado y la sociedad paguen la “deuda social atrasada” con los sectores más débiles.

¿Cuál es su nueva ruta política?

La meta mía siempre ha sido la misma: contribuir a que Colombia pueda aprovechar esta gran coyuntura del proceso de paz para mejorar las condiciones de vida de la gente. Hay que propiciar una amplia convergencia que consolide el proceso de paz, en función de su implementación, pero fundamentalmente en función de políticas de mejoramiento de las condiciones sociales de la población.

¿Cómo sería esa convergencia?

Lo que percibo es que hay preocupación por el destino de los acuerdos de paz. Esa convergencia sería alrededor de planteamientos de fondo que reúnan un amplio consenso social político en torno de lo que debe ser una paz estable y duradera, que son reformas en materia social.

¿La convergencia debe darse alrededor de la paz como tema central del 2018?

Hay que aprovechar la oportunidad de la paz para pagar toda la deuda social tan grande que hay en el país, sobre todo en materia de salud, trabajo y educación.

Usted habla de pagar la deuda social. ¿De dónde va a sacar los recursos?

Una sociedad que no puede recolectar los impuestos necesarios no puede pagar los derechos. El tema de fondo siempre ha sido el sistema tributario y el gasto público. Debe haber unas regulaciones más transparentes, porque las regulaciones en el fondo son decisiones distributivas. Tenemos que rescatar la solidaridad como un principio social complementario a todo lo que hemos planteado en el sistema económico actual de cada cual por su cuenta, porque lo que se está demostrando es que no es suficiente. Tenemos que crear condiciones de solidaridad a lo largo y ancho de todas las clases sociales para generar una convivencia sostenible.

¿Cómo y dónde trazar la línea entre el mercado y el Estado social?

Hay un consenso social amplio de que el sistema de mercado tiene que funcionar y tiene unas reglas que se deben respetar. El tema es quién hace las reglas que garanticen que ese mercado pueda funcionar respaldado por un Estado fuerte.

Es decir que si usted fuera presidenta, trazaría una línea clara de defensa del mercado…

De defensa del mercado y de transparencia en las regulaciones que afectan el mercado, porque muchas de las decisiones se toman en recintos cerrados y no en recintos de la democracia. Me parece que ahí, en la confección de las regulaciones, tenemos que ampliar el diálogo, porque el cambio no puede generar miedo o inestabilidad.

¿Qué le preocupa de la economía?

La confianza. Nosotros tenemos que generar confianza en el país, confianza en sus instituciones. La economía no depende de un solo factor. Se necesita un crecimiento económico pujante que genere las bases económicas y materiales para poder responderle a la población en su conjunto por un salario decente con todos los aditamentos en materia de seguridad social.

¿Qué es lo que le preocupa de algunos gremios?

Tengo la preocupación de que están cerrados a ver opciones distintas. Los empresarios juegan un papel fundamental en la sociedad y ellos tienen que ser los impulsores, el factor de cambio. Por ejemplo, con el proyecto para ampliar dos horas la jornada nocturna estaban cerrados a la banda.

¿Cómo controlar el gasto?

Soy una defensora de la sostenibilidad fiscal. Uno no puede desbordar el gasto público, alguien tiene que pagar la cuenta y si no lo hace termina en una crisis peor que antes.

¿Usted es una persona de izquierda?

Eso depende, en Colombia hasta al presidente Santos lo catalogan de izquierda. No me ubico en esquemas porque creo que eso está mandado a recoger. Esa categorización de izquierdas y derechas la debemos superar por una razón muy sencilla: nosotros tenemos la gran oportunidad de generarle al país una ruta de esperanza mediante la construcción de un consenso social alrededor de un nuevo trato en el cual todos podemos participar en la elaboración de una visión unificada de nación.

¿Cómo comienza su carrera para la Presidencia?

Estoy empezando a recorrer el país, a escuchar a la gente y a hablar con sectores como los verdes, los liberales y sectores sociales, para generar un proyecto de convergencia capaz de llegar en una coalición al poder en el 2018.

¿Qué sectores formarían parte de la convergencia que usted propone? 

Es una convergencia alrededor de un programa que implica la defensa de la paz y su implementación. Implica una lucha frontal contra la corrupción, no sé si eso sea de izquierda o de derecha, creo que esos elementos del programa reúnen a gente que está en la izquierda y mucha gente que no se autocataloga ni de izquierda ni derecha. Incluye a todos los que apoyamos el ‘Sí’ a la paz.

¿Siente que le hace falta el Polo como instrumento?

Algunos sectores del Polo me limitaban, me ponían casi que un bozal en la boca, y creo que ahora lo que está a la orden del día es que todos esos amplios sectores polistas que han luchado tanto vengan a participar en esta convergencia.

¿Dentro de su proyecto político va a crear una organización, va a construir un instrumento o va a tener un partido?

Nos estamos orientando por recoger firmas con un mandato de convergencia, con un mandato social muy fuerte, con un mandato de defender el proceso de paz, con un mandato de hablar con la gente y de responder a los anhelos de los sectores de la sociedad.

¿Firmas para una primera vuelta? 

Firmas para participar en una convergencia.

¿Y esa convergencia entre otros podría ser con sectores del liberalismo, ‘la U’, sectores independientes?

El panorama todavía es demasiado incierto, los partidos políticos tienen muchas dificultades para saber cuáles van ser sus candidatos.

Pero usted va para el 2018…

Tenemos una obligación como líderes de aportar a que la coyuntura que está viviendo el país tenga una salida favorable para la población.

¿Usted cree en la voluntad de paz del Eln?

El hecho de que ellos estén sentados en una mesa buscando fórmulas para poder completar un acuerdo es lo que empieza construir esa voluntad de paz, que se hace con diálogo y ojalá se den las condiciones para que rápidamente lleguen a un cese del fuego.

¿Qué opinión tiene de la decisión de la Corte sobre el ‘fast track’?

La sentencia de la Corte Constitucional no debe afectar la voluntad de seguir adelante y el llamado sería a respetar todos los contenidos de los acuerdos porque se trata de implementar, no renegociar.