Por Kintto Lucas*
La UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) es un bloque que más allá de las diferencias políticas o económicas de los países que lo integran y ciertas debilidades, ha logrado levantarse como espacio de acuerdos y entendimientos desde la diversidad y ha generado un proceso integrador diferente.
Surgió de una forma distinta a otros procesos y se posicionó como una propuesta de integración desde lo político, llevando adelante acciones trascendentes para solucionar conflictos, consolidar una mirada de defensa de la democracia en común, fortalecer políticas de defensa y sociales integradoras, e inclusive posicionándose como un bloque a tener en cuenta a nivel mundial en el desarrollo de un mundo multipolar. Es necesario seguir consolidando UNASUR como bloque de poder e interlocución mundial. Y dentro de ese proceso es fundamental fortalecer la institucionalidad en sus diferentes instancias, y particularmente la Secretaría General.
Hay que afirmar la gestión de UNASUR desde la Secretaría, para reforzar las acciones del bloque a nivel regional y mundial. Para eso se deben elaborar objetivos de corto, mediano y largo plazo, con una agenda que permita llegar a esos objetivos produciendo un salto cualitativo en la gestión y un mayor posicionamiento de la Unión, generando además alianzas con otros bloques. En estos meses debería cambiar el secretario general. En ese sentido la figura de un presidente que haya ejercido en estos últimos años y que tenga un reconocimiento internacional serviría para fortalecer Unasur desde el respeto a la diversidad. Sin contar a José Mujica, que ya descartó la posibilidad de ser Secretario General, teniendo en cuenta que no puede residir en Quito, el único ex presidente que reuniría condiciones para fortalecer Unasur y podría ser aceptado por todos los países, sería Rafael Correa. Para nombrar al Secretario General de Unasur es necesario un consenso entre los estados y, aunque serían necesarias diversas negociaciones para lograrlo, no hay duda que una figura como la de Rafael Correa y un país como Ecuador, tendrían altas posibilidades de ser aceptados por todos, teniendo en cuenta que sobre otros países y candidatos, existirían cuestionamientos insalvables de uno u otro bloque de los dos que se han generado en la región. Rafael Correa termina su mandato presidencial el 24 de mayo. Sería un objetivo trascedente de la nueva o nuevo canciller de Ecuador, lograr que el actual presidente, quien además durante la presidencia pro tempore de su país en Unasur potencializó, proyectó e institucionalizó la Unión, sea el nuevo Secretario General.
Por otra parte, sería muy importante transformar el Consejo de Delegados en un organismo de representación permanente mucho más vinculado a la Secretaría General y establecido en la sede de Quito, para que se complemente mejor con ésta. Además es fundamental fortalecer y consolidar los Consejos con planes de gestión y mirada estratégica.
La integración en América Latina y América del Sur ha entrado en un periodo de espera, tanto en lo que tiene que ver con el concepto integrador más profundo que desarrolle todas las áreas de la integración, como en el desarrollo de los organismos que han intentado, con problemas consolidar el proceso integrador. En ese contexto, Correa y Ecuador podrían potenciar nuevamente a Unasur.
*Periodista uruguayo-ecuatoriano. Exvicecanciller del Ecuador.