noviembre 13, 2025 3:38 am
“La Siempreviva”: memoria, arte y derechos humanos a 40 años de la toma del Palacio de Justicia

“La Siempreviva”: memoria, arte y derechos humanos a 40 años de la toma del Palacio de Justicia

¿QUEQUÉ? /

A cuatro décadas de la toma y retoma del Palacio de Justicia en Bogotá, uno de los episodios más trágicos y emblemáticos de la historia reciente de Colombia, el teatro se convierte en escenario de memoria y reflexión social. La obra “La Siempreviva”, escrita y dirigida por el dramaturgo Miguel Torres, regresa a las tablas por iniciativa del Centro Nacional de las Artes, consolidándose como un acto de homenaje y justicia simbólica para las víctimas y sus familias.

El 6 y 7 de noviembre de 1985, el Palacio de Justicia fue tomado por la guerrilla del M-19 y posteriormente recuperado por la fuerza pública, en un brutal operativo que dejó más de cien muertos y decenas de desaparecidos. Este hecho marcó profundamente la conciencia nacional y abrió heridas que aún no han cicatrizado, especialmente en el ámbito de los derechos humanos. Las víctimas, sus familiares y la sociedad civil han exigido durante años verdad, justicia y reparación.

“La Siempreviva” es mucho más que una obra de teatro: es un testimonio vivo de la tragedia y la resistencia. Desde su estreno en 1994, la pieza ha sido reconocida por su capacidad de humanizar el conflicto, dar voz a los desaparecidos y dignificar la memoria de quienes sufrieron. Miguel Torres, a través de una narrativa sensible y poética, logra que el público se enfrente a la realidad del dolor y la ausencia, mientras denuncia la impunidad y la falta de esclarecimiento de los hechos.

La puesta en escena actual, impulsada por el Centro Nacional de las Artes, revitaliza el debate público sobre la importancia de la memoria histórica y el papel del arte en la construcción de una sociedad más justa. El teatro actúa como catalizador de emociones, pero también como herramienta de exigencia colectiva de derechos humanos, reclamando verdad y reparación desde el escenario.

Retoma del Palacio de Justicia por parte de las Fuerzas Militares.

El regreso de “La Siempreviva” tiene un profundo impacto en la visibilización de las víctimas y en la promoción de los derechos humanos. La obra contribuye a mantener viva la exigencia de justicia y a fortalecer el tejido social, invitando a nuevas generaciones a conocer y reflexionar sobre el pasado reciente de Colombia. El arte, en este contexto, se convierte en una forma de justicia, permitiendo el reconocimiento y la dignificación de los afectados, así como la sensibilización de la sociedad frente a la violencia y la impunidad.

Además, la iniciativa del Centro Nacional de las Artes refuerza el compromiso de las instituciones culturales con la memoria y los derechos humanos, posicionando el teatro como un espacio legítimo para la denuncia y el homenaje. La repercusión mediática y social de la obra evidencia la necesidad de mantener abiertos los canales de diálogo y reflexión, así como de fortalecer los procesos de reparación y no repetición.

A 40 años de la toma del Palacio de Justicia, “La Siempreviva” regresa como símbolo de resistencia, memoria y exigencia de justicia. El teatro, bajo el impulso del Centro Nacional de las Artes, se reafirma como herramienta fundamental para la construcción de verdad y la defensa de los derechos humanos.

La obra es, ante todo, un acto de homenaje a las víctimas y una invitación a no olvidar, recordando que el arte puede sanar, dignificar y transformar la sociedad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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