noviembre 13, 2025 5:04 am
Cumbre Social de los Pueblos: un nuevo horizonte para la integración regional

Cumbre Social de los Pueblos: un nuevo horizonte para la integración regional

TSC /

La ciudad de Santa Marta será, los días sábado 8 y domingo 9 de noviembre, el epicentro de una cita histórica: la Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe. Este evento, que antecede a la IV Cumbre CELAC-UE, promete renovar el debate sobre el rumbo de la integración regional, convocando a una amplia diversidad de movimientos sociales, sindicales y populares.

En un contexto marcado por las tensiones geopolíticas, el resurgimiento de agendas conservadoras y la persistente desigualdad, la Cumbre Social se erige como un espacio de articulación y resistencia, con potencial para influir en las agendas oficiales y proyectar una voz propia, plural y antipatriarcal desde los pueblos.

El valor político y simbólico de congregar en un mismo espacio a representantes de movimientos sociales, sindicatos y organizaciones populares a nivel continental radica en la posibilidad de construir consensos desde abajo, dar visibilidad a demandas históricas y fortalecer la autonomía frente a las instituciones estatales y supranacionales. En América Latina y el Caribe, la movilización social ha sido motor de conquistas democráticas y de procesos de cambio, pese a la fragmentación y la represión. La Cumbre Social recupera esa tradición, rearticulando fuerzas dispersas y dotándolas de un horizonte compartido en el marco de la integración regional.

La cita en Santa Marta se inscribe en un momento de redefinición de los bloques regionales y de disputa por el sentido de la integración: ¿será un proceso al servicio de los pueblos o de los intereses corporativos y geopolíticos? La presencia de sectores sindicales, feministas, ambientalistas, campesinos, indígenas y afrodescendientes garantiza la pluralidad de voces y la posibilidad de construir una agenda verdaderamente representativa y transformadora.

Integración, democracia, soberanía y justicia

La Cumbre Social de los Pueblos se propone tres aspectos fundamentales: avanzar en la integración de los pueblos, fortalecer la democracia y la soberanía regional, y promover la justicia social, ambiental y de género. Estos objetivos responden a problemáticas estructurales que atraviesan la región y que requieren respuestas coordinadas desde la sociedad civil.

  • Integración de los pueblos: superar la fragmentación y el aislamiento, promoviendo mecanismos de cooperación solidaria, intercambio de saberes y defensa de los bienes comunes.

  • Democracia y soberanía regional: reivindicar la autodeterminación de los pueblos frente a presiones externas y fortalecer la participación popular en los procesos de toma de decisiones, tanto a nivel nacional como regional.

  • Justicia social, ambiental y de género: Impulsar políticas redistributivas, defender los territorios y los derechos de las comunidades, y avanzar en la erradicación de todas las formas de discriminación y violencia patriarcal.

La articulación de estos propósitos permite proyectar una integración alternativa, centrada en las necesidades y aspiraciones de las mayorías, y no en los dictados de los organismos financieros internacionales o los intereses corporativos.

Uno de los principales retos de la Cumbre será la construcción de una agenda regional común, a partir del debate y la deliberación colectiva. El encuentro en Santa Marta representa una oportunidad única para identificar puntos de convergencia, definir estrategias de acción conjunta y superar viejas divisiones sectoriales o nacionales.

El proceso de articulación de los movimientos sociales no es sencillo: implica negociar diferencias, priorizar demandas y construir confianzas. Sin embargo, el contexto de amenazas a la democracia, el avance de proyectos extractivistas y la criminalización de la protesta social, obliga a las organizaciones a buscar formas más eficaces de unidad y acción.

Las deliberaciones en la Cumbre pueden sentar las bases para una coordinación más permanente, capaz de incidir en los espacios institucionales y en la opinión pública regional.

La consolidación de una agenda común no solo fortalece la capacidad de negociación ante la CELAC y otros organismos, sino que también legitima la voz de los pueblos como actores políticos de pleno derecho.

Incidencia política en la CELAC: proyección y desafíos

La IV Cumbre CELAC-UE se presenta como un escenario clave para la redefinición de las relaciones entre América Latina, el Caribe y Europa. Sin embargo, existe el riesgo de que las voces populares queden relegadas frente a las agendas gubernamentales o empresariales. En este sentido, la Cumbre Social de los Pueblos busca incidir en la agenda política regional desde una perspectiva popular, democrática, incluyente y antipatriarcal.

El impacto de las deliberaciones y pronunciamientos de la Cumbre Social dependerá de su capacidad para articular propuestas concretas, movilizar apoyos y ejercer presión política sobre los gobiernos y las instituciones multilaterales.

Más allá de la coyuntura, se trata de consolidar un sujeto político regional capaz de disputar el sentido de la integración, defender la soberanía y promover agendas de justicia y equidad.

La perspectiva antipatriarcal y decolonial, cada vez más presente en los movimientos sociales latinoamericanos, representa un aporte fundamental para repensar la integración desde la diversidad y la inclusión, superando lógicas extractivistas, racistas y patriarcales que históricamente han limitado el desarrollo de la región.

La apuesta por una integración popular implica reconocer y valorar la pluralidad de sujetos, identidades y territorios que conforman América Latina y el Caribe. Supone también enfrentar resistencias internas y externas: la cooptación institucional, el avance de proyectos neoliberales, la violencia de género y la negación de derechos a los pueblos originarios y afrodescendientes.

Una integración más justa solo será posible si las mujeres, las diversidades sexuales, los pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes y los sectores históricamente excluidos participan activamente en la definición de las agendas y en la toma de decisiones. La Cumbre Social persigue ser un laboratorio de nuevas formas de participación democrática y de construcción de poder desde abajo.

El desafío es enorme, pero también lo es la potencialidad de articular luchas locales y regionales en torno a objetivos comunes, aprendiendo de las experiencias pasadas y abriendo caminos hacia una integración emancipadora.

Construir integración desde los pueblos

 

La Cumbre Social de los Pueblos en Santa Marta representa mucho más que un evento previo a la IV Cumbre CELAC-UE. Es la expresión de una voluntad colectiva de construir otra integración, desde y para los pueblos, con justicia, democracia y soberanía. Su alcance continental radica en la capacidad de articular movimientos, consolidar una agenda común y disputar sentidos en el escenario político regional.

El reto es traducir las deliberaciones y consensos en acciones concretas, sostenidas en el tiempo, que logren incidir en las políticas públicas y en la arquitectura institucional de la región.

La apuesta por una integración popular, incluyente y antipatriarcal es, sin duda, un horizonte indispensable para enfrentar los desafíos del presente y construir un futuro digno para América Latina y el Caribe.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Síguenos en Redes Sociales

Scroll al inicio