CON INFORMACIÓN PRENSA MINISTERIO DE HACIENDA /
El Gobierno del presidente Gustavo Petro logró un hito histórico en materia económica y fiscal: la realización del mayor canje de títulos de deuda pública interna (TES) por 43,4 billones de pesos, fortaleciendo la estabilidad del país y disminuyendo su exposición al dólar.
Esta operación —liderada por el Ministerio de Hacienda— marca un cambio estructural en el manejo de la deuda nacional, privilegiando el financiamiento en moneda local frente al endeudamiento externo. Con ello, el país avanza hacia una mayor soberanía económica y una gestión más prudente de los recursos públicos.
La Nación, en el marco de su programa de Operaciones de Manejo de Deuda, realizó el séptimo canje con los Creadores de Mercado por $43.4 billones en Títulos de Tesorería.
De esta manera, la Nación recibirá en intercambio Títulos de Corto y Largo Plazo con vencimientos entre 2025 y 2050 y entregará en contraprestación Títulos de Largo Plazo cuyos vencimientos se encuentran entre 2029 y 2058, reduciendo los riesgos fiscales a corto plazo. Además, la demanda del mercado fue superior a lo esperado, reflejando confianza en la estabilidad económica del país y en la política de sostenibilidad del Gobierno.
Se recibieron demandas de intercambio por $28.13 billones en la parte competitiva de la operación y para el componente no competitivo se recibieron demandas por $21.1 billones.
El canje reduce el saldo de la deuda pública local por $8.02 billones.
Según el Ministerio de Hacienda, esta operación genera un ahorro de 1,7 billones de pesos en 2025 y mejora el perfil crediticio del Estado. Analistas reconocen que, por primera vez en años, Colombia está reduciendo su vulnerabilidad cambiaria y fortaleciendo su mercado financiero interno.
El presidente Petro ha insistido en que “la independencia económica es la base de la soberanía nacional”, y este paso va en esa dirección: un país menos dependiente de la deuda externa y más enfocado en un desarrollo sostenible desde adentro.
Con este canje histórico, el Gobierno consolida una señal clara de responsabilidad fiscal y planificación a largo plazo, desmintiendo las voces que hablaban de desequilibrio económico.