POR EMIR SADER
El neoliberalismo busca realizar el objetivo central de mercantilizar el conjunto de las relaciones sociales. A espaldas de los derechos. Cada necesidad genera un derecho, decía Eva Perón. En las antípodas del neoliberalismo.
Mercantilizar a expensas de los derechos es debilitar a la democracia. La existencia del neoliberalismo como programa de gobierno y su puesta en práctica se choca directamente con la democracia. Cuanto más mercantilizacion, menos derechos, menos ciudadanía, menor democracia.
El neoliberalismo promueve a la esfera mercantil, que tiene a los consumidores como su sujeto. El antineoliberalismo promueve a la esfera pública, que tiene al ciudadano, entendido como sujeto de derechos. La esfera estatal es un espacio de disputa entre la esfera mercantil y la esfera pública.
La esfera pública es la esfera de los derechos, la esfera de la democracia. La esfera mercantil es la esfera de la desigualdad, de la concentración de renta.
Mercantilizar es quitar los derechos de las personas, es imponer la centralidad del mercado, es quitar ciudadanía a las personas. El neoliberalismo es absolutamente incompatible con la democracia.
No por acaso, sus representantes más expresivos son Trump, Bolsonaro, Uribe, Macri, Milei, que se chocan abiertamente con la democracia. Porque implementar un programa económico neoliberal supone disponer de un gobierno autoritario, tener un estilo de gobierno de choque abierto con el poder judicial, con los medios, con los movimientos sociales, en definitiva irse contra la democracia.
Democratizar a nuestras sociedades es desmercantilizarlas. Es democratizar a los Estados, volviéndolos instrumentos fundamentales para recuperar la política, para realizar políticas sociales prioritarias, para proyectar el país en el plano internacional.
Superar al neoliberalismo es democratizar a la sociedad en todos sus niveles. Democratizar al Estado, democratizar a los medios de comunicación, democratizar las relaciones económicas y sociales.