noviembre 13, 2025 5:05 am
Desafíos, estrategias y escenarios en Bolivia ante el retorno de la agenda neoliberal

Desafíos, estrategias y escenarios en Bolivia ante el retorno de la agenda neoliberal

El presidente Rodrigo Paz, durante su discurso de posesión ante la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia.

RESUMEN AGENCIAS /

El sábado 8 de noviembre marcó un punto de inflexión en la historia política de Bolivia con la posesión de Rodrigo Paz Pereira como presidente, representante de una orientación derechista que rompe con el ciclo predominante de gobiernos progresistas en la región. Sin una estructura partidaria sólida y en medio de una Asamblea Legislativa fragmentada, Paz Pereira asume el poder en un contexto de crisis económica y alto grado de pugnacidad política. Su perfil, marcado por una visión empresarial y neoliberal, contrasta con los enfoques ideológicos que dominaron la última década, lo que genera expectativas y temores tanto dentro como fuera del país.

Bolivia enfrenta una coyuntura económica sumamente compleja. La drástica caída en las exportaciones de gas, principal fuente de ingresos nacionales ha profundizado el déficit fiscal y provocado una aguda escasez de combustibles y divisas. La recesión económica se hace evidente en la contracción del PIB, el aumento del desempleo y la reducción de inversiones públicas y privadas. Este escenario limita el margen de maniobra del nuevo Gobierno y pone a prueba su capacidad para implementar soluciones efectivas sin agravar el malestar social.

Sedes de los poderes Legislativo y Ejecutivo, en La Paz, Bolivia.

Ante la crisis económica, Paz Pereira ha prometido una apertura decidida al sector privado, buscando atraer inversión nacional y extranjera como motor de recuperación. Sin embargo, ha descartado recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) y aplicar políticas de austeridad, posicionándose en un delicado equilibrio entre el control del gasto público y la necesidad de reactivar la economía.

La estrategia gubernamental apunta a adoptar políticas neoliberales como reducir el Estado con el supuesto argumento de volverlo más eficiente y fomentar la competitividad, aunque persisten dudas sobre la viabilidad de estas medidas en ausencia de respaldo internacional y con recursos fiscales menguantes.

Política internacional: alineamiento con EE.UU. y distancia de la integración latinoamericana

En materia internacional, Paz Pereira ha mostrado un claro alineamiento con Estados Unidos, priorizando intereses bilaterales y comerciales por encima de la integración latinoamericana. Esta postura representa un giro respecto a los intentos previos de fortalecer organismos regionales y ha generado tensiones con países vecinos, que ven con recelo el desprecio por los proyectos de cooperación política y económica en el continente.

La estrategia exterior del Gobierno podría facilitar acuerdos de libre comercio y apoyo financiero, pero también aislar a Bolivia en escenarios multilaterales, reduciendo su capacidad de influencia regional.

El presidente Rodrigo Paz se reunió con Christopher Landau, subsecretario de Estado norteamericano, quien asistió a su acto de posesión y anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas a nivel de embajadores.

Gobernabilidad interna complicada

La gobernabilidad se presenta como uno de los mayores retos para el nuevo mandatario. El vicepresidente, Edmand Lara Montaño, expolicía, conocido por sus propias aspiraciones presidenciales, encarna una potencial fuente de conflicto interno que podría debilitar la cohesión del Ejecutivo. La falta de una estructura partidaria robusta limita la capacidad de movilización y negociación política, mientras la Asamblea Legislativa, profundamente fragmentada, dificulta la aprobación de reformas clave.

La relación distante con movimientos sociales y la presencia de estructuras regionales con poder propio añaden capas de complejidad, amenazando la estabilidad y la continuidad de las políticas gubernamentales.

En este contexto, el Gobierno de Paz Pereira enfrenta riesgos significativos: estallidos sociales por el deterioro económico, bloqueos institucionales en la Asamblea, y posibles fracturas internas. Su confianza está depositada en sacar adelante su agenda neoliberal: lograr articular alianzas con el sector privado, mejorar la gestión pública y obtener apoyo externo que puede derivarse del alineamiento con Estados Unidos. Los escenarios futuros van desde una recuperación moderada basada en la inversión y el crecimiento privado, hasta una crisis política y social si las promesas no se materializan y la fragmentación política se profundiza.

El mandato de Paz Pereira abre una etapa de incertidumbre y redefinición en Bolivia. Los desafíos económicos, la estrategia de apertura sin austeridad, y el giro en política internacional configuran un panorama de alto riesgo y potencial transformación.

La gobernabilidad dependerá de la capacidad del Presidente para construir consensos y sortear las tensiones internas y externas. En consecuencia, el futuro político y económico del país estará marcado por la respuesta a estos retos y por la habilidad del Gobierno para traducir sus promesas en resultados concretos, evitando el desgaste y el aislamiento tanto en el ámbito nacional como regional.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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