MOVIMIENTO POR LA REUNIFICACIÓN DE LA GRAN COLOMBIA /

Con motivo de la celebración del 194 aniversario del fallecimiento del Libertador Simón Bolívar (1783-1830), el Movimiento por la Reunificación de la Gran Colombia que nuclea a jóvenes de Colombia, Ecuador y Venezuela, emitieron el siguiente Manifiesto.

En Bogotá, en la Casa-museo Quinta de Bolívar, el texto fue leído por los líderes juveniles colombianos Lina Sarmiento y Hansel Forero, el cual está concebido en los siguientes términos:

Hermanos de América, hijos del mismo fuego libertario, descendientes de montañas indomables y ríos inmortales, ¿acaso olvidamos que somos uno?

La sangre que corre en nuestras venas es la misma que cruzó el páramo, la misma que juró libertad en campos de batalla donde la muerte fue semilla de nuestra soberanía.

Hoy, los siglos nos observan, los ojos de Bolívar, encendidos en el tiempo, nos reclaman volver a soñar. ¿Dónde está el temple que forjó la independencia?

¿Dónde el coraje que desafió imperios?

¡Basta ya de fragmentarnos como hojas en el viento, basta ya de caer en la trampa de fronteras que no son nuestras!

El Libertador no trazó su espada para que hoy las cadenas de la desigualdad y la miseria nos mantengan esclavos en silencio.

No luchamos para heredar un continente de muros, ni para que la codicia extranjera robe el alma de nuestros pueblos.

La Nueva Gran Colombia no es una nostalgia, es una urgencia, un grito que arde en el pecho. Es la voz de los Andes llamando a los Llanos, la selva extendiendo su manto hasta el Caribe. Es la esperanza de los niños sin escuela, el pan que falta en las mesas vacías, la justicia que aún aguarda en los márgenes.

¿No ven cómo nos necesitan nuestras tierras? El Amazonas, pulmón del mundo, se ahoga, los páramos gritan mientras sus aguas se extinguen, y los mares nos devoran con olas de indiferencia.

Solo juntos, como uno solo, podremos salvar lo que nos pertenece.

Venezolanos, colombianos, ecuatorianos: somos un mismo pueblo, fragmentado, pero jamás vencido. Nos hermana el idioma, la historia y el sueño, el mismo que Bolívar lanzó como antorcha a los siglos que hoy habitamos.

¡Despierten, pueblos de América!

No permitan que la mediocridad de los poderosos entierre la gloria de los libertadores. Es la hora de retomar las riendas, de alzar banderas que no sean solo colores, sino promesas cumplidas.

Que el hambre de nuestros hijos sea nuestra causa, que la justicia negada sea nuestra consigna, que la unidad sea nuestra victoria.

No temamos al sacrificio, porque la libertad no se hereda, se lucha y se conquista en cada generación. Seamos el martillo que rompa los muros, la llama que ilumine el futuro, la voz que inspire a las naciones dormidas.

La Nueva Gran Colombia no espera por nadie. Es un llamado, un deber, un destino.

No habrá paz verdadera mientras sigamos divididos, mientras nuestros hermanos sufran en el olvido de las fronteras.

¡A la acción, pueblos de Bolívar!

Construyamos la patria grande que soñaron, una nación que sea ejemplo de justicia, de fuerza y de dignidad.

Que las generaciones futuras recuerden este día, cuando elegimos ser grandes, cuando elegimos ser libres, cuando elegimos ser uno.

La historia nos observa. Escribamos en sus páginas el renacer de nuestra unión.

¡Por la Nueva Gran Colombia, por la patria común, por América Latina unida y soberana!

Casa-museo Quinta de Bolívar, Bogotá, 17 de diciembre de 2024.