Por Juanita Vélez / La Silla Vacía
El pasado lunes 20 de febrero se terminaron de concentrar 7 mil hombres y mujeres de las Farc en las 26 zonas y puntos veredales en los que estarán 6 meses y entregarán sus armas. Es una noticia histórica que hace unos años era impensable y que muestra varias cosas sobre esa guerrilla y sobre el proceso con ellas.
Éstas son las ocho conclusiones principales que deja por ahora la concentración de las Farc.
1 Las Farc sí le apuesta a la paz
Que los guerrilleros estén en las zonas significa que están dispuestos a entregar todas las armas de aquí a mayo y que le apuestan a la política sin ellas. Es decir, que pese a las dificultades que ha tenido el montaje de las zonas y la aplicación de la ley de amnistía, que era fundamental para ellos, están cumpliendo sus compromisos más importantes en el proceso, algo que los que se opusieron siempre pusieron en duda.
Además, el hecho de que muchas mujeres hayan decidido quedar embarazadas y que los comandantes se los hayan permitido, tras años de prohibición, muestra que el cambio va para largo. Lo mismo muestra que los guerrilleros se dejen contar y reciban cursos de capacitación del Sena en esas zonas. La concentración prueba que las Farc se preparan para una vida sin armas.
2 Las Farc siguen cohesionadas
Lograr que siete mil guerrilleros aceptaran revelar su identidad, concentrarse en unas zonas protegidas por el Ejército (que hasta hace unos meses era su enemigo) para entregar las armas, también es una muestra de que la guerrilla tiene una cohesión interna grande y que el Secretariado sí tiene liderazgo sobre la tropa.
Durante el proceso se habló mucho de que los bloques sur y occidental no estaban montados en el proceso, y por eso la llegada de negociadores de ellos a la mesa de La Habana se vio como un espaldarazo. Esas dudas quedaron definitivamente atrás porque se concentraron como todos los demás.
Al final, aparte de las disidencias del frente 1 liderado por Gentil Duarte, y del frente 14, comandado por “alias Mojoso”, todos los demás frentes de los siete bloques se concentraron.
El dato más pesimista que se da es que hay 300 disidentes. Esto significaría una deserción menor al 5 por ciento, un dato alentador a todas luces, y muy por debajo de la proporción de paramilitares de las AUC que siguieron en armas y de combatientes en conflictos internacionales que se quedan en la disidencia.
Además, están recibiendo capacitaciones en las zonas sobre cómo se imaginan la cooperativa de las Farc, Ecomun, lo que da cuenta de que ven un futuro colectivo y probablemente sea más fácil aprovechar que están reunidos en un mismo sitio para aterrizar esa cooperativa.
3 Las Farc tienen tantos combatientes como se pensaba
Hace cinco años, cuando arrancaban los diálogos en La Habana, el Ejército calculaba que las Farc tenía 8.147 guerrilleros en camuflado y 10.261 milicianos en las redes de apoyo. Es decir, unos 20 mil personas. http://lasillavacia.com/historia/la-fuerza-militar-con-la-que-llegan-las… en total.
Santos dijo el año pasado que eran 17.500, pero contando a los milicianos. En armas calculaba que eran cerca de 7500 hombres, casi los mismos que hoy están concentrados.
Ahora que están concentrados, es claro que los camuflados son casi los que dijo el Presidente, pues en las zonas hay 7 mil guerrilleros armados. Si se suman los más o menos 100 de las dos disidencias de los frentes 1 y 14, serían unos 7.100. Es decir, Santos tenía un dato muy cercano a la realidad.
4 Los milicianos de las Farc son una incógnita en el proceso
Una cosa que ha quedado claro con los hechos recientes es que los milicianos que tienen las Farc, que serían unos 10 mil según las cifras de Santos y del Ministerio de Defensa, no se van a concentrar y no es del todo claro cuáles van a ser sus obligaciones en el proceso.
Según dijo el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, la idea es que para no duplicar la infraestructura que se necesita para las zonas, esos milicianos deben presentarse en las zonas y certificarse porque los que no vayan, según él, van a ser capturados y no van a recibir ningún beneficio del proceso de paz.
Sin embargo, no es claro si tienen armas, cuántas, cómo va a ser su proceso de dejación ni su eventual participación en el Tribunal de Paz y Comisión de la Verdad.
5 Las Farc no eran solo terroristas
La concentración de las Farc también muestra que hay regiones donde cumplían un rol social y político y tenían una base social significativa con las comunidades, lo que indica que no eran solo la organización terrorista que durante décadas han señalado algunos políticos, y que fue la bandera del gobierno Uribe.
Un ejemplo de eso se ve en Uribe, Meta, donde la gente decidía por quién votar, en qué trabajar y a qué hora salir, según la orientación de las Farc. Además, eran los guerrilleros los que resolvían las peleas del pueblo a punta de llamados de atención, castigos o destierros.
Otro ejemplo está en Dabeiba, Antioquia, donde el alcalde Antonio José Lara dijo en diciembre a La Silla que en su municipio la gente estaba preocupada porque desde que el frente de las Farc que hacía presencia allí se fue para la zona veredal, aumentaron los problemas de orden público.
6 Las Fuerzas Militares están más jugadas por la paz de lo que se creía
Ver a comandantes guerrilleros y oficiales de las Fuerzas Militares tratándose como iguales, arreglando una lancha como lo contó Andrés Bermúdez en la Red de Paz de La Silla Llena, o cargando butacos, sillas y mesas para subirlas a camiones, son muestras tangibles de que las Fuerzas Militares -o una parte muy significativa de ellas- le apuestan al proceso de paz.
También lo prueba el que se haya desplegado sin ningún incidente un esquema muy complejo de soldados para que los 7 mil guerrilleros llegaran seguros a las zonas, en el que participan comandantes militares que armaban operaciones contra ellos y soldados que se dedicaban a combatirlos.
7 Muchos guerrilleros no planean reincorporarse en las ciudades
Una de las razones por las que se retrasó el montaje de las zonas fue que el Gobierno y las Farc se enfrascaron en la discusión sobre cómo debían ser las casas para alojar a los guerrilleros.
Mientras las Farc preferían casas más permanentes, el Gobierno quería que fueran más al estilo de los campamentos que por años la guerrilla montaba en la selva. Esa discusión muestra que los guerrilleros estaban pensando en qué pasaría con ellos después de los 180 días que dura el desarme y preferían quedarse en las zonas.
Al final, la guerrilla ganó el pulso y tras la inversión que está haciendo el gobierno en acueductos, luz e infraestructura de vías, lo más probable es que una parte importante de la guerrillerada se quede en las zonas rurales.
8 El Estado no está preparado para actuar en excepciones
El montaje de las zonas veredales ha sido una muestra de lo poco preparado que está el Estado para llegar a regiones alejadas y montar toda la logística de llevar servicios públicos a lugares olvidados.
Esa falta de preparación se notó en el retraso del Gobierno para llevar los materiales a las zonas para que las Farc construyan sus casas o en la dificultad para tener los lotes arrendados desde antes, porque para eso hicieron visitas técnicas a los municipios escogidos.