Por Sean Miner / Revista Nueva Sociedad
Según un nuevo informe del Atlantic Council y del Centro de Desarrollo de la OCDE, la inversión directa de China en América Latina sigue aumentando.
El nuevo informe del Atlantic Council y del Centro de Desarrollo de la OCDE sobre la inversión directa de China en América Latina – Nuevas tendencias e implicaciones globales -, arroja luz sobre un área previamente era opaca por falta de datos claros. Los flujos anuales de inversión de las empresas chinas en la región registraron un promedio anual de más de 10 mil millones de dólares en los últimos cinco años. Esta nueva realidad completa una apuesta económica: China es ahora un socio importante para el comercio, los préstamos y también la inversión en América Latina.
En un discurso pronunciado ante los líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Beijing en enero de 2015, el presidente Xi Jinping dijo que las empresas chinas invertirán 250 mil millones de dólares para el año 2025. El informe citado muestra que ya han andado casi la mitad de este camino.
Esto se produce como resultado directo de varios factores: la estrategia china de «salir» al exterior, con la que el gobierno favorece que las empresas chinas inviertan en el extranjero; el renovado enfoque en América Latina, reflejado en un documento presentado en noviembre de 2016 en el que el gobierno esboza su estrategia de comprometerse con la región; y el hecho de que las empresas chinas que ven las oportunidades de inversión que ofrece Latinoamérica ya disponen de una mayor experiencia en la región.
Sumado al rápido aumento de la inversión, el informe señala que la naturaleza de la inversión china en América Latina está cambiando. Concretamente, el sector de servicios recibe más de la mitad del total de todas inversiones desde el año 2013. De hecho, sectores como el de las finanzas, electricidad, energías renovables y transporte han recibido en su conjunto más de 4 mil millones de dólares. Se trata de un cambio importante, ya que anteriormente los sectores del petróleo y el gas, así como la minería y los metales – estructuras de capital intensivo, pero con bajo nivel de empleo – habían recibido gran parte de las inversiones chinas.
Es importante también el fuerte aumento de la inversión en energías renovables: el sector ha recibido más de 6 mil millones de dólares desde el 2013 de inversores chinos, liderados por la corporación Three Gorges. Dado el liderazgo latinoamericano en energía verde y la creciente atención y necesidades de China en este sector, existe un gran margen para nuevas inversiones: desde fábricas que ensamblan paneles solares hasta la creación de parques eólicos y represas hidroeléctricas, América Latina y China deben formar un grupo de trabajo «verde» para colaborar en la configuración futura de estas industrias.
En otros lugares, la industria automotriz latinoamericana ha recibido más de 10 mil millones de dólares en inversiones, ya que las empresas chinas se afanan por capturar una participación en el mercado de las Américas. Estas inversiones se concentran en Brasil, México y Argentina – lo cual es consistente con la inversión total de China en América Latina, centrada en unos pocos países: Brasil, Perú, México, Argentina y Bolivia.
Es también notable que un 80% de la inversión china en América Latina proviene de empresas estatales (SOE), mientras que la inversión directa china en los Estados Unidos y en la UE proviene principalmente de empresas privadas.
Los gobiernos latinoamericanos, por su parte, están estimulando estas inversiones. México la ha facilitado en la industria automotriz, además de firmar nuevos contratos de exploración de petróleo y gas. Brasil ha visto recompensada su buena acogida a las inversiones chinas en la industria eléctrica con casi 9 mil millones de dólares de inversión, principalmente por parte de la State Grid Corp de China. Esto incluye la compra de represas hidroeléctricas y líneas de transmisión.
Una parte creciente de estas inversiones toman la forma de fusiones y adquisiciones, lo que demuestra que las firmas chinas están descubriendo que la asociación con compañías latinoamericanas es cada vez más atractiva para ellas. Los bancos chinos han sido especialmente activos en este sentido, adquiriendo o invirtiendo en más de 20 firmas financieras en Latinoamérica, incluyendo BTG Pactual, Banco BBM, BicBanco y Standard Bank.
Finalmente, la inversión china en el sector extractivo sigue siendo importante, razón por la cual los gobiernos latinoamericanos deben fortalecer sus leyes ambientales e incrementar la responsabilidad en su cumplimiento, con mecanismos de supervisión más sólidos que los hay actualmente. En última instancia, es su responsabilidad asegurar que las inversiones sean sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.