Por Semanario Voz
Entre la burocracia y el continuismo el Gobierno nacional se alista para discutir el plan que lo orientará en los siguientes cuatro años
Redacción política
El Plan Nacional de Desarrollo, PND, es la hoja de ruta que cada nuevo gobierno se traza ante la pregunta ¿cómo vamos a desarrollar este país? Este gobierno ha planteado la respuesta a esta pregunta a través de la ecuación Legalidad + Emprendimiento = Equidad, de ahí se desprenderá toda su política, es decir, ni asuntos sociales ni educación, salud o nuevas formas de producción estarán sobre la agenda.
Igualmente, las bases del PND tienen un enfoque liberal llevado al relato de la igualdad de oportunidades, analizando la sociedad con una sola óptica, es decir, descartando las realidades cotidianas y diagnósticos estructurales sobre asuntos como la pobreza o las condiciones socioeconómicas de la población. Se descarta en las bases del Plan la posibilidad cierta de cumplir las metas de superación de índices para el desarrollo social en torno a la justicia y equidad. Una especie de tecnificación en metas, indicadores y propuestas de la campaña del excandidato Duque, pero nada de política pública.
El Plan que presentó el Gobierno nacional al Congreso de la República, en un llamado de sesiones extraordinarias tiene más pinta de hoja de ruta para una transacción política entre clientelas de partidos que apoyan al gobierno, que un plan serio de conducción política en favor de las mayorías.
Los apetitos de los partidos que en la primera legislatura se declararon independientes, es decir, la U, el Partido Liberal y Cambio Radical, están listo para poder satisfacerse en la medida en que se aprueban partidas para desarrollos regionales a pedir de boca de los congresistas a cambio de votos en asuntos de peso legislativo para el ejecutivo.
El nuevo Plan de Desarrollo del Gobierno Duque no es más que el contrato de nueva mermelada o clientela burocrática para alcanzar la gobernabilidad adecuada para el cuatrienio.
Pero más allá de la nueva mermelada, el Plan tienen conceptos de profundización de la política neoliberal en Colombia y retrocede en derechos para los colombianos. Se mantiene, por ejemplo, la estructura productiva que por años y siglos ha primado en el país, profundiza los niveles de pobreza, desempleo e informalidad que vive actualidad.
Profundización del extractivismo. Uno de los componentes más importantes del Plan Nacional de Desarrollo está dirigido a la explotación minero energético por el orden de 97,5 billones de pesos que son presentados como inversión extranjera para cumplir la meta de crecimiento económico para las multinacionales que tendrán una feria de títulos mineros y entrega de territorios y recursos naturales.
En cuanto a la política social el Plan es una especie de “zanahoria y garrote” pues transfiere recursos condicionados, a mantener y robustecer programas sociales o subsidios como Colombia Mayor, Familias en Acción, el nuevo programa Sacúdete, diseñados para jóvenes.
En cuanto educación su gran apuesta es seguir con el programa Ser pilo paga, ahora llamado generación E y la ampliación de la oferta del banco de educación con el Icetex, es decir, la misma ruta de desfinanciamiento de la educación pública y el fortalecimiento de la educación privada al servicio del mercado laboral.
Al cierre de la edición la ministra Nancy Patricia Gutiérrez presentaba al congreso el Plan Nacional de Desarrollo. Sus alcances y discusiones apenas empiezan y abarcará la agenda legislativa y mediática de las próximas semanas.
Fuente: http://semanariovoz.com/plan-nacional-desarrollo-la-hoja-ruta-duque/