Por DefendamosLaPaz / Lalineadelmedio.com
Declaración de Defendamos la Paz
El movimiento Defendamos la Paz rechaza los ataques contra la Organización de las Naciones Unidas y, en particular, contra la Misión de Verificación del proceso de paz en Colombia. Al mismo tiempo, reconoce y aprecia el inmenso respaldo que esta organización mundial ha brindado a los diálogos que condujeron a la firma del Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, a la implementación de diversos aspectos de ese acuerdo y a la reincorporación de las personas que pertenecieron a la guerrilla de las FARC-EP.
El Secretario General, el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU han alentado de manera permanente al pueblo colombiano, al Gobierno Nacional y a quienes dejaron las armas a que perseveren, sin importar las dificultades, en el proceso de paz. También han puesto de presente que el ejemplo de Colombia en este campo “es una inspiración para todos los que luchan para poner fin a los conflictos armados en todo el mundo mediante negociaciones”. Del mismo modo, las agencias de Naciones Unidas han llamado a que se respete la vida de las lideresas y los líderes sociales, la Jurisdicción Especial para la Paz y el sistema integral que garantiza los derechos de las víctimas.
En el mundo globalizado, la colaboración de los organismos internacionales a la construcción de la paz y su observación del respeto a los derechos humanos en cada país, no pueden ser entendidas como un desafío o como una afrenta a los gobiernos. Tales posiciones son características de formas de gobierno o visiones políticas autoritarias. Con más razón, estas concepciones deben ser rechazadas si, para desacreditar la colaboración internacional legítima, se emplea el método sistemático de difundir mentiras.
Defendamos la Paz considera imperativo que, hoy más que nunca, se mantenga y fortalezca la presencia de la ONU en Colombia y que el Gobierno Nacional atienda sus reiteradas recomendaciones sobre la necesidad de implementar el Acuerdo de Paz con eficacia y de buena fe, poner en práctica medidas de prevención y protección para la seguridad de las personas que ejercen liderazgos comunitarios y, además, priorizar la construcción de la paz en el diseño del Plan Marco de Asistencia de las agencias de las Naciones Unidas.