SEMANARIO VOZ /
Tras el debate abierto en el país en torno al proceso constituyente y sobre el cual sectores de oposición vienen tergiversando su alcance y su verdadero espíritu, la senadora del Pacto Histórico, Clara López Obregón, en su más reciente columna periodística en el Semanario Voz, explicó que para abordar el tema hay que remontarse al contenido del Acuerdo de Paz suscrito con las FARC en 2016.
La senadora López Obregón señaló que “en clave del Acuerdo Final de Paz, el proceso constituyente al que ha llamado el presidente Gustavo Petro debería desembocar en el gran Acuerdo político nacional pendiente, que defina las reformas y ajustes institucionales necesarios para atender los retos que la paz demanda”.
A partir de “ese Acuerdo Nacional bien puede plantearse la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente pues ella es uno de los mecanismos previstos por la propia Constitución para su reforma que contempla el procedimiento de convocatoria”, precisó.
Al fin y al cabo como lo expresó el propio presidente Petro en su cuenta en la red social X, lo que pretenden el establishment y los sectores tradicionales del país “es pensar que la paz se puede alcanzar sin cambio alguno. Sin modificar el poder, ni la economía, ni el territorio ni la desigualdad”.
De ahí la importancia de invocar el espíritu del Acuerdo de Paz, como hace en su nota periodística la congresista del Pacto Histórico. Y es que, como sostiene Petro, “la Paz ha sido una idea fuerza fundamental del pueblo colombiano, una idea constituyente de la nación. Pero al mismo tiempo en la mentalidad oligárquica y antidemocrática del país se ha repetido en la práctica el mismo hecho: el incumplimiento a la Paz”.
“Incumplen a la Paz para que no existan cambios y puedan mantenerse en los puestos privilegiados del poder, los negocios, la contratación pública y la desigualdad”.
“El poder constituyente no es más que el pueblo aparezca y decida sobre sus derechos, sus sueños y su país”, colige el primer mandatario.
Por ello la ecuación que plantea la senadora López Obregón en su columna de prensa sintetizada en el titular de la misma y cuyo texto es el siguiente:
Acuerdo Político Nacional, Acuerdo de Paz y Constituyente
POR CLARA LÓPEZ OBREGÓN
Durante las conversaciones de paz de La Habana, Gobierno e insurgencia optaron por colocar los temas donde no vislumbraban acuerdo en lo que denominaron el “freezer” o congelador para no estancar el proceso. A los temas del “freezer”, que quedaron consignados en la constancia de salvedades de las FARC-EP, y a otros que obstaculizaren el cumplimiento del Acuerdo Final de Paz se refiere el párrafo que han puesto en la discusión pública el presidente Petro y el excanciller Leyva. El texto plantea que las partes al acuerdo convocarán a los partidos, movimientos sociales y demás fuerzas vivas a “concertar un gran ACUERDO POLÍTICO NACIONAL encaminado a definir las reformas y ajustes institucionales necesarios para atender los retos que la paz demande, poniendo en marcha un nuevo marco de convivencia política y social” (AFP p. 7).
En el oficio remisorio del Acuerdo Final de Paz a Naciones Unidas fechado el 29 de marzo de 2017, el entonces presidente Santos, en su calidad de Jefe de Estado, internacionalizó el Acuerdo mediante una Declaración Unilateral del Estado colombiano, la cual conforme al derecho internacional no es revocable unilateralmente. En el oficio referido no aparecen condiciones ni reservas por lo que debe interpretarse conforme al texto como un compromiso de Colombia de cumplir bajo el “principio de buena fe” el Acuerdo de Paz. En el numeral 3.4.2 del Acuerdo de Paz que profundiza sobre el Pacto Político Nacional, el Gobierno Nacional se compromete a “poner en marcha el proceso legislativo necesario para incorporar a la Constitución (…) las normas necesarias para su aplicación.” Es claro entonces que el Estado colombiano, independientemente de quién ocupe la Presidencia de la República, ha adquirido una obligación dentro del derecho interno y también internacional, de implementar de buena fe los acuerdos, mediante reformas que no se agotaron con la refrendación y el fast track del Congreso.
En clave del Acuerdo Final de Paz, el proceso constituyente al que ha llamado el presidente Petro debería desembocar en el gran ACUERDO POLÍTICO NACIONAL pendiente, que defina las reformas y ajustes institucionales necesarios para atender los retos que la paz demanda. Dentro de ese Acuerdo Nacional bien puede plantearse la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente pues ella es uno de los mecanismos previstos por la propia Constitución para su reforma que contempla el procedimiento de convocatoria (Arts. 374 y 376).
No se entiende por qué el expresidente Santos se dirige al Secretario General de las Naciones Unidas para expresar que “ningún aparte del acuerdo final propone o insinúa que se puedan desconocer en el futuro las reglas establecidas en la Constitución vigente”, poniendo en duda el respeto de la Constitución por parte del Gobierno Nacional. Con ello contribuye a la matriz mediática oposicionista que busca deslegitimar al presidente Gustavo Petro, ahora ante la comunidad internacional. Su mandato ha terminado y corresponde al jefe de Estado Petro y no al expresidente Santos interpretar como cumplir fielmente el Acuerdo Final de Paz.
Semanario Voz, Bogotá.