Por Diego Alejandro Restrepo Osorio / Razón Pública
En Tumaco, la violencia crece y los grupos armados ilegales se disputan el control del territorio. El gobierno anunció una nueva ofensiva militar para contener la situación. ¿Podrá el Estado responder adecuadamente a los problemas de la región, más allá de la mano dura?
Se reconfiguran los grupos armados
Después de poco más de un año de firmada la paz entre el gobierno colombiano y las FARC, Tumaco ha experimentado el posconflicto más violento del país.
Si bien tras el avance de las negociaciones y el repliegue de las FARC la violencia homicida en el puerto se redujo de 131 homicidios en 2015 a 102 en 2016, durante 2017 se incrementó de nuevo hasta llegar a 122 en septiembre, lo que supone que esta cifra siguió en aumento en los últimos tres meses del año.
Este aumento de la violencia homicida se debe a las disputas territoriales entre los múltiples grupos armados ilegales que se han multiplicado en el puerto para controlar las rutas del narcotráfico, de la producción de la pasta base y de los cultivos de uso ilícito.
Esta explosión criminal ha dado lugar a una reconfiguración armada que aún está en proceso y que ha derivado en grupos compuestos por:
- ex milicianos de las FARC
- nuevos integrantes, a menudo jóvenes sin posibilidades laborales
- miembros de grupos pos-desmovilización paramilitar y guerrilleros del ELN.
Actualmente, la Fundación Paz y Reconciliación registra la presencia de once grupos armados ilegales en el municipio de Tumaco:
Grupo Armado Ilegal | Lugares de presencia |
Gente de Orden | Cabecera municipal. Barrio Viento Libre y Panamá Nueve |
Clan del Golfo | Zonas de frontera con Ecuador, cabecera municipal, Río Patía |
ELN | Zona rural norte |
Guerrillas Unidas del Pacífico | Zona rural Tumaco, corregimiento de Llorente, Charco, Santa Bárbara de Iscuandé |
Frente Oliver Sinisterra | Consejo Alto Mira y Frontera |
La Empresa | Aguas Claras y cabecera municipal |
Organización Sicarial del Pacífico | Cabecera municipal |
Los negritos | Vereda el Descolgadero, Río Mira |
Grupo Privado de Narcotraficantes Mexicanos | Consejo Alto Mira y Frontera |
Nuevo Grupo | Aguas Claras y cabecera municipal |
Columna Gaula | Cabecera municipal |
¿Quién es quién?
- Gente de Orden: según fuentes en el territorio, este grupo surgió a mediados de 2016 como producto de la unión de milicianos de las FARC que no se acogieron al proceso de paz. En principio, se hablaba de 300 integrantes, pero en marzo de 2017 se desmovilizaron de manera individual 117 de sus miembros, lo que diezmó su fuerza de manera significativa. Hoy, aunque con una capacidad reducida, siguen disputándose algunas de las rutas del tráfico de drogas.
- El Clan del Golfo: este grupo armado viene expandiéndose desde el Chocó hacia la zona sur del pacífico. El encargado de la labor fue alias “Cusumbo”, quien fue dado de baja por la fuerza pública en octubre de 2017.
Según fuentes locales, este grupo sucesor del paramilitarismo realizó una alianza estratégica con Guerrillas Unidas del Pacífico para entrar en el pacífico nariñense a disputar el control de las rutas del narcotráfico y de la producción de la pasta base.
- ELN: aunque el ELN ha tenido presencia esporádica en la parte norte de la zona rural de Tumaco, las confrontaciones con el Clan del Golfo lo han llevado a mantener una presencia permanente en el puerto. El ELN continúa siendo un grupo armado marginal en la región sin posibilidad de consolidación frente a la capacidad del Clan del Golfo y de Guerrillas Unidas del Pacífico.
- Guerrillas Unidas del Pacífico: este es un grupo derivado de Gente de Orden que decidió crear su propia organización criminal. Adicionalmente, el grupo cuenta con nuevos integrantes reclutados a través de ofertas económicas a jóvenes del Pacífico nariñense.
Según fuentes locales, tienen alrededor de 300 hombres al mando de alias “David” y detentan un importante alcance regional llegando a distintos municipios de la costa pacífica, como El Charco y Santa Bárbara de Iscuandé.
- Frente Oliver Sinisterra: este grupo es un derivado de Guerrillas Unidas del Pacífico al mando de alias “Fabián”. Se considera a sí mismo como heredero de la lucha de la antigua guerrilla de las FARC y opera especialmente en el Consejo Comunitario de Alto Mira y Frontera.
- La Empresa: esta es una organización criminal cuyo origen se encuentra en los reductos del paramilitarismo. Actualmente cuenta con aproximadamente 30 hombres que operan principalmente en la zona del medio y Bajo Mira.
- La Organización Sicarial del Pacífico: está compuesta por delincuentes que pertenecieron a diversas organizaciones criminales y que se enfrentaban a los milicianos de las FARC. Según fuentes en terreno, este grupo está detrás de una serie de “limpiezas sociales” adelantadas en los últimos dos años.
- Los Negritos, Nuevo Grupo y Columna Gaula: son pequeños grupos delincuenciales que operan especialmente en la cabecera municipal de Tumaco a través de extorsiones y microtráfico y que le servirían a las grandes organizaciones armadas para mantener el control en los barrios. Estos tres grupos no superan los 50 hombres.
- El Grupo Privado de Narcotraficantes mexicanos: al mando de alias “Cachi”, este grupo opera en el Consejo Comunitario de Alto Mira y Frontera y estuvo involucrado en las protestas campesinas de finales de septiembre y principios de octubre de 2017 en contra de la erradicación forzada de cultivos de uso ilícito.
Según fuentes locales, este grupo ejerció presión armada para que los campesinos salieran a protestar durante varios días en las veredas de Alto Mira y Frontera, lo que derivó en la masacre del 5 de octubre en la vereda El Tandil en la que ocho campesinos cocaleros fueron asesinados y otros 20 resultaron heridos. Aunque el hecho no ha sido esclarecido por la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y los campesinos aseguran que la responsable de la masacre fue la policía antinarcóticos.
Confrontaciones y subordinación
La reconfiguración de actores armados es un proceso “normal” en estados de posconflicto. Sin embargo, como ha sucedido en el pasado, puede avizorarse que los grupos con mayor capacidad bélica se impongan sobre los otros, bien sea por la vía de la confrontación abierta o por medio de la subordinación pactada.
Por el momento, los grupos más poderosos son:
Para el caso de la cabecera municipal, el Clan del Golfo, a través de la alianza con Guerrillas Unidas del Pacífico
Y para el caso de la zona rural, el Frente Oliver Sinisterra.
En un futuro cercano, los grupos armados más poderosos pueden imponerse y acabar o subordinar a los demás grupos si la acción estatal no transforma la ecuación.
¿Hacia un estado militarista?
En enero de 2018, el Ministerio de Defensa puso en marcha la Fuerza de Tarea Conjunta de Estabilización y Consolidación Hércules, que busca “someter a la justicia a los miembros de grupos armados ilegales, ejercer control del territorio, proteger a la población y mantener la soberanía”.
Esta arremetida consiste en desplegar 9.000 efectivos de las Fuerzas Armadas del país, 6.000 del Ejército, 2.000 de la Armada y 1.000 de la Policía en la zona del pacífico nariñense en los municipios de Barbacoas, El Charco, La Tola, Francisco Pizarro, Magüí Payán, Mosquera, Olaya Herrera, Roberto Payán, Santa Bárbara y Tumaco, especialmente en este último.
Según líderes sociales del territorio, esta acción “militarista” por parte del Estado es más de lo mismo que han vivido los habitantes del puerto desde la implementación del Plan de Consolidación a través de la Fuerza de Tarea Pegaso del Ejército Nacional.
Estamos ante una militarización extrema de la vida social, sin estrategias integrales que busquen mitigar los fuertes problemas de empleo, educación, salud y vivienda que atraviesa la población del pacífico.
No puede menospreciarse la crisis de legitimidad por la que atraviesan las instituciones del Estado en Tumaco debido, en gran medida, a los excesos de la Fuerza Pública en el marco de la erradicación de cultivos, la inestabilidad política por la destitución de la alcaldesa Emilsen Angulo en 2017 y la ineficacia del sistema judicial.
En vista de esta crisis, quedan muchos interrogantes por resolver: ¿es posible transformar la situación de Tumaco a través de estrategias militaristas sin una mirada comprensiva o social? ¿Esta Fuerza de Tarea generará más fricciones entre las comunidades y la Fuerza Pública en lugar de contrarrestar a los grupos armados ilegales?
Si las anteriores fuerzas de tarea no dieron resultados contundentes y en lugar de eso crecieron los cultivos de uso ilícito y proliferaron los grupos armados, ¿por qué esta acción es diferente? ¿Qué sentido tiene llevar a cabo más de lo mismo? ¿Tiene relación la presión de Estados Unidos con la amenaza de descertificación debido al aumento de cultivos de coca con el despliegue mediático de esta estrategia?