Por Antonio Madariaga Reales / Semanario Caja de Herramientas
Vulgar estratagema politiquera de Vargas Lleras para iniciar campaña mucho antes que los otros candidatos y candidatas de los partidos, gastar durante esa campaña previa dinero privado a manos llenas toda vez que no existen topes en los gastos de un Comité Promotor, ni limitación alguna para recibir aportes privados, y mucho menos obligación alguna para con los electores porque los grupos significativos de ciudadanos mueren una vez que se celebran las elecciones.
La semana que está terminando estuvo dominada por dos series de hechos, aparentemente independientes, pero en el fondo estrechamente relacionados. La primera serie tiene que ver con la decisión de Germán Vargas Lleras de presentarse como candidato independiente a la presidencia impulsado por un grupo significativo de ciudadanos, cuando es fundador y dueño de un partido del cual hizo gala extrema después de los favorables resultados obtenidos en las elecciones regionales. Ver: German Vargas Lleras el ganador de las elecciones regionales 2015. De hecho, la revista Semana señalaba en esa ocasión las semejanzas entre el Centro Democrático y Cambio Radical en los siguientes términos: “Y es que para la opinión pública tienen nombre propio. Cambio Radical con Germán Vargas y Centro Democrático con Álvaro Uribe”.
La segunda, hace referencia al destape de las prácticas corruptas de tres expresidentes de la Corte Suprema de Justicia, en relación con expedientes de la parapolítica y al parecer con las irregularidades en Cajanal y en la Dirección Nacional de Estupefacientes.
En el primer caso, es una vulgar estratagema politiquera de Vargas Lleras para iniciar campaña mucho antes que los otros candidatos y candidatas de los partidos, gastar durante esa campaña previa dinero privado a manos llenas toda vez que no existen topes en los gastos de un Comité Promotor, ni limitación alguna para recibir aportes privados, y mucho menos obligación alguna para con los electores porque los grupos significativos de ciudadanos mueren una vez que se celebran las elecciones. No en vano se filtró la noticia de su patrocinio por parte de los grandes grupos económicos del país y el presidente de Colpatria es la cabeza de su grupo promotor.
Pero allí no acaba todo, se trata de una artimaña de Vargas Lleras de tomar ficticia distancia de Cambio Radical, debido al enorme peso que en ese partido tienen los detenidos por parapolítica, (comparativamente es el partido con más parapolíticos y por avalar la mayor cantidad de gobernadores y alcaldes investigados y/o condenados por corrupción y aun por homicidio), y disminuir su asociación con Peñalosa. De hecho, es tan ficticia la distancia que Cambio Radical ya anunció su respaldo a la candidatura. Y en el caso de Peñalosa se trata de no asumir las posibles consecuencias de la revocatoria del Alcalde de Bogotá, quien tiene alta probabilidad de ser revocado.
Pero ante todo se trata de una burla a las leyes. Se trata de aprovechar un resquicio de las normas para negar su partido y por tanto su responsabilidad por sus comportamientos, incluidos los que cada día exhiben en contra del Acuerdo de Paz. No es casual que lo que más les molesta es el lugar de los terceros en la Comisión de la Verdad y en la Jurisdicción Especial para la Paz. Se trata de iniciar la carrera a la presidencia de manera ventajosa, como lo hizo también con su ejercicio de la vicepresidencia. Se trata de un engaño político disfrazado de legalidad. En otra ocasión desarrollaremos el análisis de su propuesta que inicia con las palabras de Eduardo Pacheco presidente de Colpatria y gran promotor quien define a Vargas Lleras como: “el mejor antídoto que tenemos contra los mamertos que quieren implantar en Colombia el régimen de Venezuela”. Que vaina con el impoluto banquero y su afición por la mentira, que digo por la “posverdad”, y los discursos de odio.
Por ello, el proyecto de reforma política actualmente en trámite en el Congreso, como expresión del Acuerdo de Paz, debe ser tramitado rápidamente para lograr avances que permitan poner en cintura a los grupos significativos de ciudadanos como mecanismo para evadir controles, mejorar la vigilancia y la responsabilidad de los partidos y candidatos/as con respecto a la financiación de campañas y a la expedición de avales, eliminar el perverso contubernio del actual Consejo Nacional Electoral con los partidos y junto con las Circunscripciones Especiales Transitorias de Paz dar un nuevo aire a la política colombiana.
Por otra parte y si bien los exmagistrados Bustos y Ricaurte y el magistrado Malo, hasta donde sabemos, no pertenecen a Cambio Radical ni tampoco los congresistas Luis Alfredo Ramos, Hernán Andrade, Mussa Bessaile y Bernardo Elías, y tampoco el flamante director de la Federación de Departamentos, Olano, ni el ex fiscal anticorrupción Moreno, comparten con el primer caso además del total desprecio por las normas, por aquellos que los eligieron y por los asuntos públicos, ser una de las muchas formas de utilizar el poder y los resquicios normativos para obtener provecho personal y político de los mismos.
Es por ello, que la vigilancia y la participación ciudadana, la organización y movilización social, son las alternativas que deben erigirse para frenar tamaña vagabundería.