marzo 16, 2025 4:44 am
La estrategia de la falacia y manipulación para confrontar las reformas sociales

La estrategia de la falacia y manipulación para confrontar las reformas sociales

EDITORIAL TSC /

En Colombia, como en buena parte de los países gobernados por expresiones progresistas, no existe oposición democrática. La derecha en su propósito de mantener sus privilegios utiliza todos los medios a su alcance, especialmente sus medios de manipulación, para generar acciones golpistas que atentan contra los procesos democráticos.

De ahí que en Colombia, la estrategia de los sectores de oposición sea utilizar la falacia y la manipulación de la opinión pública para deslegitimar las reformas sociales (pensional, laboral, de salud) que impulsa el Gobierno del presidente Petro. Toda una acción sustentada en acciones malintencionadas que apuntan al golpismo y a buscar cómo se le hace daño al Gobierno sin tener en cuenta que con ello el mayor afectado es el pueblo marginado que lucha por tener un horizonte cierto de futuro. Pero ello es un factor que no le importa porque sigue al pie juntillas el dogma de Margaret Thatcher, según el cual, “la sociedad no existe”.

Contrario sensu de los anteriores gobiernos del establishment colombiano caracterizados por su defensa a ultranza del expoliador modelo neoliberal que busca subsumir al Estado para su provecho vía privatizaciones de los recursos públicos y dirigir todos los esfuerzos a beneficiar al gran capital, la administración de Petro apunta a proveer bienestar general de la sociedad, lo cual implica trabajar intensamente por cerrar brechas, vencer inequidades y lograr la inclusión de sectores abandonados a su suerte.

Dentro de ese contexto, la carta de navegación del Gobierno es el Plan Nacional de Desarrollo cuyo fundamental objetivo es precisamente lograr mayores niveles de equidad social en un país considerado de los más desiguales en el mundo.

La democracia implica debatir desde diferentes orillas políticas las decisiones sustanciales tanto en el ámbito legislativo como en los escenarios que posibiliten la discusión. Sin embargo, en los casi dos años de Gobierno del Pacto Histórico, la oposición ha preferido el uso de las mentiras como estrategia para confrontar las reformas sociales. Es una oposición que se aferra a sus concentrados intereses económicos en detrimento de la población más vulnerable socioeconómicamente.

Para ello los sectores de la derecha promueven una confrontación hirsuta, maniquea, malintencionada, dirigida a acorralar al Presidente por todos los flancos posibles: en lo judicial, en el Congreso, en lo político, profundizando y exacerbando odios.

En contraste, el Gobierno nacional de talante democrático no obstante los continuos epítetos, garantiza tanto la expresión de la oposición como el derecho a la protesta social. No se registra ni un solo caso de censura o de persecución contra periodistas o contra los rabiosos ciudadanos que han salido a protestar.

La estrategia de incitar al odio y difundir mentiras desde los medios de comunicación corporativos va acompañada del ocultamiento de los avances de la gestión de gobierno. Por eso pasan desapercibidas noticias de trascendencia como que la inflación bajó a un dígito; que el dólar se ha revaluado, lo que permite importar materias primas a precios adecuados; que organismos de talante neoliberal como el FMI, el BID y la Unión Europea han reconocido la ortodoxia económica del Gobierno, algo impensable para la oposición.

En Colombia hace falta para avanzar en democracia sensatez por parte de la oposición de derecha y sus malintencionados canales de comunicación para elevar el nivel del debate público que permita unos mínimos consensos que conduzcan al mejor bienestar de la sociedad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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