enero 24, 2025 12:01 pm
Un ejercicio democrático de empoderamiento de los sectores populares que propugnan por el cambio

Un ejercicio democrático de empoderamiento de los sectores populares que propugnan por el cambio

EDITORIAL TSC /

A las expresiones populares que han tomado las calles y vienen desarrollando actividades de discusión en torno de respaldar un cambio sustancial de las estructuras socioeconómicas del país, los sectores de oposición las califican de “subversivas”. Cuando es precisamente la movilización popular y la agitación del debate lo que el presidente Petro ha denominado el “poder constituyente”, capaz de impulsar las reformas sociales que vienen reclamando amplio sectores populares en Colombia.

Es a lo que el establishment y la derecha le temen, sino basta con escuchar a un expresidente neoliberal señalando que la convocatoria de una Constituyente es “absurdo”, como si esa figura no estuviera reglada en la Constitución de 1991.

De ahí la trascendencia que tiene en el actual momento político, la realización de la Asamblea Nacional por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad, programada para este viernes 31 de mayo y el sábado 1 de junio en Bogotá, pues se trata de empoderar a los diversos sectores populares y comunitarios del país para que deliberen respecto de lo que consideran su agenda reivindicativa y logren una interlocución directa con el Gobierno.

Es un ejercicio de democracia directa, de expresión popular de todos aquellos sectores sociales y políticos tanto del centro como de la periferia que buscan ser escuchados y tenidos en cuenta.

El propósito de esta gran Asamblea es avanzar en la construcción y consolidación de la unidad popular y el poder constituyente en defensa de la democracia, las reformas sociales y la construcción de la paz.

Además, este encuentro nacional constituye un importante ejercicio pedagógico sobre los avances del cambio del Gobierno Petro, al que la oposición de la derecha le ha tendido un complejo asedio que busca ilegitimarlo.

Este encuentro nacional es una demostración de la vitalidad en la acción de un pueblo movilizado que no está dispuesto a que su dignidad siga siendo mancillada por unas camarillas oligárquicas que históricamente han esquilmado al Estado y que ha decidido escribir su propia historia.

Por ello, es un imperativo respaldar y participar de la Asamblea Nacional por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad, de la cual saldrá la carta de navegación para la edificación de un sólido poder popular que sea protagonista de la construcción política de la Colombia del siglo XXI.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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