Con esta frase calificó el escritor y crítico literario vallecaucano Julio César Londoño en reciente columna periodística en El Espectador, a la candidata a la Vicepresidencia de la República, Clara López Obregón, quien desde sus años juveniles en los bancos escolares y universitarios así como en su ya dilatado trasegar político se ha caracterizado por su categórico compromiso con las causas sociales y por asumir una actitud crítica frente al statu quo en una sociedad de vergonzantes niveles de inequidad como la colombiana.
No obstante pertenecer al reducido grupo de familias de lo que comúnmente se denomina el “establecimiento” o como bien lo sintetiza Londoño, de la “aristocracia” colombiana, López Obregón siempre ha tenido una visión crítica respecto de los privilegios y las canonjías de los sectores dominantes en su país y por eso desde joven optó por la actividad política y la docencia desde una postura revisionista como instrumentos para luchar por un cambio de estructuras y de modelo económico. De ahí que el apelativo del escritor vallecaucano de que esta dirigente bogotana que se ha abierto paso en el ámbito público gracias a su profunda vocación de servicio y compromiso con las causas sociales tiene “corazón obrero”, refleja a cabalidad su personalidad.
Desde cuando estudiaba en la prestigiosa Universidad de Harvard y se unió a las protestas contra la guerra de Vietnam, pasando por las diversas posiciones de responsabilidad política que ha ocupado como las últimas, la Alcaldía de Bogotá y el Ministerio del Trabajo, Clara López ha dejado como impronta su visión de estadista en el sentido de que es una prioridad generar las condiciones políticas y socioeconómicas para disminuir las escandalosas brechas de inequidad social en Colombia como requisito esencial para lograr la modernidad del país y consolidar la paz.
Su trayectoria política ha estado sustentada en su afán por la investigación y el conocimiento, razón por la cual, Londoño la describe como una dirigente en el panorama nacional “con cerebro intelectual”. Efectivamente, para López Obregón, la educación, la ciencia y la tecnología constituyen pilar fundamental no solo para lograr el desarrollo y el progreso de una nación sino para obtener niveles de inclusión social y equidad.
Ciertamente, a López Obregón le vienen bien los adjetivos utilizados por el escritor Julio César Londoño al caracterizarla como “una aristócrata con corazón de obrero”, porque si bien pertenece a ese “club” que su tío, el expresidente Alfonso López Michelsen, denominó “Los elegidos” y que es el título de la novela que escribió en la década de los años 50 del siglo pasado, esta dirigente que hoy acompaña como fórmula vicepresidencial al candidato Humberto de la Calle, ha dedicado su vida a trabajar por los sectores menos favorecidos de su patria, acercándose a la otra Colombia, a la Colombia profunda y marginada para conocer de primera mano sus necesidades y morfología. Por eso también su compromiso indeclinable con la paz, porque entiende que en un país reconciliado es factible impulsar y promover las reformas sociales tantas veces aplazadas.
En un estilo irónico, Londoño hace una breve descripción de cada uno de los aspirantes presidenciales, destacando el perfil de Clara López como candidata a la Vicepresidencia, y coligiendo porqué De la Calle es el que tiene mayores capacidades para llegar a la Casa de Nariño.
La columna periodística del escritor vallecaucano en el siguiente enlace: