El modelo económico del país no se adecúa a las especificidades del sector agrario y los productores no pueden seguir compitiendo en desventaja, señaló durante su intervención en el foro organizado por la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) con los aspirantes presidenciales, en el marco de la XXI Feria de Agroexpo, la exministra Clara López Obregón.
La dirigente política y líder del colectivo Todos somos Colombia hizo un análisis de la coyuntura por la que atraviesa el campo y planteó algunas alternativas para que la actividad agropecuaria no solo sea rentable sino sustentable.
El presidente de la SAC, Jorge Enrique Bedoya, al darle la bienvenida a este foro resaltó las calidades personales y los méritos profesionales de la exministra López Obregón, destacando el rol que jugó durante su paso por la cartera laboral en promover políticas públicas de formalización y dignificación del trabajo de la mujer en las áreas rurales del país.
López Obregón inició su intervención señalando la necesidad imperiosa de lograr una paz integral, con todos los actores armados, para lograr el progreso y la seguridad del campo colombiano.
Añadió que la paz tiene que ser también con la naturaleza, habida cuenta que la agricultura tiene que poder sobrevivir frente a las actividades extractivas de amplio impacto medioambiental como la minería.
Hizo énfasis en la necesidad que tiene el país de consolidar la ocupación democrática del territorio mediante la presencia eficaz del Estado en la prestación de servicios que posibiliten desarrollo, justicia y seguridad en la ruralidad.
Además, dijo, “hay que llevar las instituciones del mercado a las zonas del campo para lograr la modernización de la productividad y para que la inversión se vuelque hacia las áreas rurales del país”.
Igualmente, planteó que el campo colombiano necesita la implementación de pisos de protección social para garantizarles un mínimo de bienestar a sus habitantes. En ese sentido, dijo, es preciso proyectar siquiera hacia 2030 coberturas subsidiadas en materia de salud, riesgos laborales, pensiones, invalidez, para lograr sustentar una base que permita sacar al área rural de su histórico atraso.
Dijo también que es preciso generar un modelo económico en el que la actividad campesina coexista con la agroindustria; en el que también se privilegie el trabajo para poder consumir; y se dé prioridad a las políticas económicas propias de acuerdo a las necesidades internas para no continuar implementando un recetario importado que jamás ha dado respuesta a los grandes requerimientos nacionales.
Hizo énfasis en la necesidad de organizar el mercado mediante un gran consenso y acciones coordinadas entre el Estado y el sector privado.
Puntualizó que el campo colombiano necesita una institucionalidad para que pueda desarrollarse y en ese contexto se mostró partidaria de promover precios de sustentación para los productos agropecuarios, crédito subsidiado y una política con enfoque de género para reivindicar la situación marginal de la mujer en las zonas rurales del país.