El candidato peronista Alberto Fernández infligió una durísima derrota al presidente Mauricio Macri en las primarias argentinas. Así, Fernández y su compañera de fórmula a la Vicepresidencia, Cristina Fernández de Kirchner, parten como clarísimos favoritos para la elección presidencial del próximo mes de octubre.
La fórmula Fernández-Fernández consiguió en las denominadas elecciones Primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) realizadas este 11 de agosto, más del 47% de los votos frente al 32% de Macri y tiene la presidencia al alcance de la mano.
Con casi el 90% de los votos escrutados, y tras un inexplicable retraso de más de cuatro horas en la difusión de los primeros datos, el Ministerio del Interior anunció que el Frente de Todosperonista había obtenido más del 47%, frente al 32% de la coalición en el gobierno, Juntos por el Cambio. Alberto Fernández y su fórmula vicepresidencial, la expresidenta y actual senadora Cristina Fernández de Kirchner, parten como clarísimos favoritos para la elección de octubre. Tienen la victoria al alcance de la mano. “No venimos a restaurar ningún régimen, sino a crear una nueva Argentina en la que se acabarán las grietas, las divisiones y las venganzas”, proclamó Fernández ante una multitud eufórica. “Nunca fuimos locos, vamos a arreglar lo que otros estropearon”, añadió. “Nuestro objetivo es que los argentinos recuperen la felicidad”.
El hundimiento gubernamental no tuvo paliativos. En la provincia de Buenos Aires, donde contaban con la baza de la ultraderechista gobernadora María Eugenia Vidal, el candidato kirchnerista, Axel Kicillof, rozó el 50% y Vidal se quedó en el 32%. En los grandes centros urbanos, salvo la ciudad de Buenos Aires, en las áreas rurales, en el sur y en el norte, la oleada del peronismo resultó imparable.
En la capital, Buenos Aires, el jefe de gobierno, el macrista Horacio Rodríguez Larreta, ganaba con 46.32, seguido de Matías Lammens, candidato del Frente para Todos, que obtenía más de 32 por ciento, la cifra más alta en esta ciudad que siempre ha votado a la derecha. Sin embargo, habrá una especie de segunda vuelta en octubre para definir esa jefatura de gobierno en la que Lammens, hoy fortalecido con el categórico triunfo del peronismo, puede dar una sorpresa.
“Una ola de esperanza derrotó a la mentira y los argentinos del trabajo derrotaron a la especulación financiera”, dijo Sergio Massa, cuyo retorno al redil peronista, tras varios años como líder de Alternativa Federal, contribuyó a reconstruir la unidad en torno a Alberto Fernández.
En octubre, cuando a la hora del recuento se excluyan del censo total las abstenciones y los votos en blanco, un 45% bastará para ganar la presidencia. Los Fernández ya lo han rebasado. No debería hacerles falta una segunda vuelta en noviembre. Incluso antes de conocerse resultados, porque la información oficial empezó a difundirse cuatro horas y media después del cierre de las urnas, Macri admitió que había sido para él “una mala elección”.
“Duele no haber tenido todo el apoyo que esperábamos”, “han fallado todas las empresas encuestadoras”, dijo Macri después. Se esperaba una victoria muy ajustada del peronismo. Lo que ocurrió a la hora de la verdad fue una victoria abrumadora. Fue una noche negra para el Gobierno. “Yo lo he hecho lo mejor que he podido”, explicó Macri, cariacontecido. Y aseguró que mantenía la esperanza de remontar la enorme desventaja en octubre. Su rostro decía lo contrario.
La gran cuestión inmediata, tras conocerse el vuelco electoral, era la reacción de los mercados financieros en la jornada de este lunes. Los inversores, caldeados por unos últimos sondeos (que resultaron ser muy erróneos) favorables a Mauricio Macri, hicieron subir el viernes todos los indicadores: subió la Bolsa argentina, subieron los índices de confianza en el país, subieron los bonos y casi se celebró por anticipado la reelección de un presidente que goza del respaldo de Washington, del Fondo Monetario Internacional y de los mercados.
Los argentinos expresaron en las urnas su repulsa a la gestión económica macrista, traducida en una inflación galopante y una larga recesión. Cuesta imaginar que un empeoramiento de la situación pueda propiciar otra cosa que un ulterior hundimiento de la imagen gubernamental.
Hacia una nueva Argentina
“Argentina hoy está pariendo otro país. En ese país del que hablaba Cristina (Fernández de Kirchner), el único trabajo que tenemos es que los argentinos recuperen la felicidad”, dijo el candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, al llamar a la unidad y a acabar con la venganza y la “grieta” convocando a todos y a “hacer una nueva Argentina” ante una multitud reunida en las calles, que seguía cantando y bailando a la medianoche, festejando el histórico triunfo en estas elecciones primarias.
Desde Santa Cruz, la candidata a vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner envió un mensaje, recibido con gritos y cánticos por la multitud que fue creciendo con el paso de las horas. Habló con serenidad sobre la importancia de la unidad que se había logrado y la esperanza de encontrarse todos juntos, después de las elecciones del 27 de octubre.
Pero también remarcó la responsabilidad que tendrían todos para afrontar las nuevas y difíciles situaciones. Señaló que “estamos absolutamente conscientes de la difícil situación que está atravesando Argentina, y al referirse a los desocupados, la pobreza y sostuvo que “lejos de ponernos felices por el triunfo, estamos pensando en la responsabilidad para afrontar lo que vamos a enfrentar a partir de ahora”.
Alberto Fernández, agradeció a su compañera de fórmula, a quien destacó por su generosidad y su capacidad de estadista; asimismo por su compromiso con la unidad. “A partir de mañana todos vamos a trabajar por una nueva Argentina, vamos a hacer un país que todos nos merecemos”… “En Argentina debemos estar unidos e integrados. No podemos vivir felices sabiendo que hay niños con hambre”, comentó y se comprometió a terminar con la pobreza recuperando las fábricas cerradas y la producción; se refirió a la situación de los jubilados que tienen derecho a estar protegidos.
Se comprometió con la federalización del país y prometió un gobierno para los 24 gobernadores en un “país integrado y no segregado”. Expuso: “vamos a trabajar todo lo que haga falta para que todo entendamos que debemos abrazarnos, no le vamos a preguntar por quién votó, sino si quiere una Argentina para todos.
¿Por qué son importantes estas elecciones?
Las primarias son consideradas una especie de radiografía de lo que podría acontecer en los comicios generales de octubre, luego de que la crisis económica golpeara la imagen de Macri en el último año y revitalizara al peronismo en la oposición.
De acuerdo con los analistas, si la diferencia entre los candidatos resulta muy amplia, como ocurrió este domingo, sería difícil de revertir esos resultados en dos meses, y por lo tanto, la coalición Frente de Todos que lideran los Fernández se proyecta como la ganadora en los comicios de octubre próximo.
Principales desafíos
El aumento de la inflación, el desempleo y la pobreza son algunos de los problemas que deja el gobierno neoliberal de Macri.
Argentina se encuentra actualmente en recesión y registró una inflación del 22% durante el primer semestre del año, una de las tasas más altas del mundo. La pobreza, entre tanto, afecta actualmente al 32% de la población.
Respaldado por el Fondo Monetario Internacional y un préstamo de rescate de US$ 56.000 millones, Macri ha iniciado un plan de austeridad que es profundamente impopular.
¿Qué pasará en octubre?
Con estas elecciones primarias, los partidos ya definieron a sus respectivos candidatos, quienes competirán por la presidencia en los comicios generales del 27 de octubre. Si ninguno de los postulantes obtiene más del 45% de los votos o el 40% de las boletas y una diferencia de 10% sobre el segundo, entonces tendrán que ir a una segunda ronda que tendría lugar el 24 de noviembre.