EDITORIAL TSC /
Con ocasión de la celebración del Día Internacional de la Mujer y de que el mes de marzo de cada año está consagrado a hacer conciencia respecto de la necesidad de avanzar en la materialización universal de sus derechos, la Internacional Progresista ha considerado propicio lanzar una campaña mundial para reivindicar el trabajo doméstico y propender por la consolidación de legislaciones que solidifiquen políticas públicas del cuidado.
El trabajo doméstico —desde el cuidado infantil al cuidado de personas mayores, pasando por la cocina y la limpieza— sostiene economías, familias y sociedades. Sin embargo, continúa excluido de las métricas económicas, los marcos políticos y el reconocimiento público. Esta invisibilidad no es accidental, es una característica estructural de un sistema económico que se basa en la explotación de mano de obra mal remunerada y no remunerada, realizada de manera desproporcionada por mujeres.
Desde México hasta Brasil, de España a Sudáfrica, los movimientos feministas y legisladores vienen liderando esfuerzos transformadores para corregir esa desigualdad. Éstos incluyen políticas innovadoras como los sistemas de asistencia social, los derechos laborales para las trabajadoras domésticas y modelos innovadores de compensación por la labor del cuidado. Estos ejemplos demuestran que el cambio es posible —y que el liderazgo político puede impulsar la transformación sistémica.
Este mes de marzo consagrado a exaltar el reconocimiento de los derechos de la mujer, la Internacional Progresista promueve una movilizaremos a nivel mundial para exigir acción.
Se busca que a nivel global se promueva el desarrollo de una legislación que reconozca, valore y compense el trabajo doméstico y de cuidado, incluyendo ingresos universales para el cuidado de personas, permisos parentales remunerados y protecciones en el lugar de trabajo para las trabajadoras domésticas.
El espíritu de esta legislación debe basarse en garantizar que quienes se dediquen al trabajo doméstico tengan los mismos derechos y protecciones que los demás trabajadores, incluyendo salarios justos, condiciones laborales seguras y acceso a la seguridad social.
Además, se busca dar visibilidad al papel fundamental del trabajo doméstico en el sostenimiento de las economías y las sociedades, cuestionando de esta manera la devaluación cultural y sistémica de esta labor.
La demanda de reconocimiento y remuneración del trabajo doméstico no se trata solo de compensación, sino de justicia. Se trata de reconocer que este trabajo ya produce un valor inmenso y que su invisibilidad perpetúa la desigualdad. Al abordar esta cuestión, podemos construir un futuro más equitativo y sostenible para todos.
La lucha por igualdad de derechos de trabajadoras domésticas en Colombia
La senadora Clara López Obregón, quien hace parte del Consejo Directivo de la Internacional Progresista, se refirió en el siguiente video a la lucha por la igualdad en favor de las trabajadoras domésticas que se viene dando en Colombia: