Por Carolina Ávila / El Tiempo
Así lo afirma el Instituto Kroc de la Universidad de Notre Dame. Es el primero en una lista de 34.
El acuerdo de paz con las Farc es “el más completo” de todos los 34 que se han suscrito en el mundo desde 1989, según un estudio comparado del Instituto Kroc de Estudios Internacionales de Paz, de la Universidad de Notre Dame, de Estados Unidos.
Y lo es porque cumple con cuatro requisitos para que un acuerdo de paz “sea completo y efectivo”: alto número de reformas políticas, un buen nivel de detalle de estas, que haya sido elaborado tras una larga negociación y que contenga un amplio número de garantías para la implementación.
“Está en el primer lugar en el mundo por la combinación de esos cuatro aspectos. Desde nuestro punto de vista, el acuerdo colombiano, en términos comparativos, tiene muy buena calidad y está muy bien construido técnicamente”, le dijo a El Tiempo Francisco Diez, representante de ese centro de estudios para Latinoamérica.
El Instituto Kroc es uno de los centros líderes en el mundo en el estudio de las causas del conflicto y estrategias para una paz sostenible.
El más ‘completo’
El proyecto de investigación empezó hace 10 años y analizó todos los acuerdos de paz en el mundo desde 1989. De los más de 600 acuerdos analizados, solo 34 clasificaron como “integrales”.
Entre estos, el colombiano es el más “completo”, porque se ocupó de atacar los factores generadores del conflicto y no privilegió las reformas de las estructuras del Ejército y de la Policía, como ha ocurrido en otros lugares.
La investigación estableció que “el acuerdo colombiano es el que más hace referencia a las causas profundas del conflicto (en un 71 por ciento), comparado con un 39 por ciento en promedio de los demás acuerdos”.
Y, según Diez, “de los 34 acuerdos de paz firmados desde 1989, en 26 se han incluido reformas militares y en 24 cambios de los aparatos policiales”.
La singularidad del acuerdo de paz con las Farc, en cuanto a privilegiar las reformas sociales sobre las militares, es lo que lo hace distinto, mucho mejor, concluye el estudio.
Según la matriz comparativa, que recoge los 34 casos y los codifica en 51 variables, el acuerdo colombiano es el único que recoge 31 de esos indicadores, mientras que el promedio general de los otros compromisos en el mundo apenas toma 21.
Entre esas categorías que el acuerdo colombiano privilegia se subrayan las reformas políticas, la dejación de armas, la inclusión de grupos étnicos y minoritarios, los mecanismos de verificación y el respaldo de la comunidad internacional.
Volver a la guerra
La investigación estableció además que los países donde los acuerdos de paz ponen su mayor atención en las reformas de seguridad tienen un 80 por ciento de probabilidades de retornar a la violencia. En cambio, en procesos como el de Colombia, en el que se ataca el origen del conflicto de manera prioritaria, el riesgo de retornar a la situación de guerra es apenas del 20 por ciento.
“Para que un acuerdo sea más efectivo en terminar con la violencia, tiene que incluir las causas profundas del conflicto, la participación de la sociedad en el proceso de paz, la reparación de las víctimas y mecanismos que permitan que se sostenga lo acordado”, dice la investigación.
Diez aseguró que el nivel de participación de la sociedad en la formulación del acuerdo es clave para que sea más eficaz lo pactado. “El incremento de la participación ciudadana asegura procesos más sostenibles. Es mucho más importante generar procesos inclusivos que procesos equitativos”, dijo.
Entre estos acuerdos, en el colombiano “hay una predominancia en las soluciones para resolver problemas de desarrollo y derechos humanos”, afirmó Diez.
Implementación, clave
Si bien es importante que el acuerdo se ocupe de las causas del conflicto y de la seguridad, lo que al final cuenta es su implementación.
El arreglo, según los investigadores, por muy bueno que sea, puede quedarse en el papel. O complicarse en su ejecución.
“El acuerdo no resuelve el conflicto por sí mismo, solo es un instrumento que puede ser más o menos poderoso para abrir la etapa de construcción de la paz”, expresó.
En esta línea, y no obstante que el acuerdo con las Farc sea “el más completo del mundo”, lo que precisamente resta es su implementación, que hoy es objeto de la más dura discusión política y jurídica.
Estaba previsto que su “implementación” comenzara tan pronto fuera ‘refrendado’ en el plebiscito, pero al fracasar en este punto, el gobierno del presidente Santos intenta llegar a un acuerdo con sus opositores para poner en marcha su desarrollo.
Es, sin duda, el mayor desafío que el acuerdo con las Farc enfrenta. Y no se trata de cualquier cosa, sino de, como lo dice el estudio de Notre Dame, la fase más importante para su éxito.
Después de conocer que el acuerdo de paz con las Farc es el “más completo del mundo”, también es válido afirmar que su éxito está a prueba, hasta que se resuelva con éxito su implementación.