En Foro realizado en la Sociedad Económica de Amigos del País, la ex auditora general de la República y candidata a la Cámara por el Polo Democrático Independiente, Clara López Obregón defendió la ampliación de la unidad que se discute en entre el Polo Democrático Independiente (PDI) y Alternativa Democrática.
Ante una nutrida asistencia de militantes y simpatizantes del PDI, afirmó:
“Un grupo de dirigentes del PDI entre quienes me incluyo, hemos considerado que en la coyuntura política actual, después de aprobada la reelección y bajo los signos de la creciente paramilitarización del país, se requiere promover la unidad de acción popular y electoral de todos los sectores democráticos del país como una manera de frenar la liquidación de lo poco que se ha avanzado en el Estado social de derecho y como una forma concreta de propiciar cambios democráticos que faciliten la organización de los distintos estamentos del pueblo colombiano para conquistar, con su participación, el desarrollo económico progresista y la soberanía nacional.”
INTERVENCIÓN
El siguiente es el texto de su intervención:
AMPLIEMOS LA UNIDAD
Clara López Obregón
Foro Abierto
Sociedad Económica de Amigos del País
Noviembre 24 de 2005.
La unidad forma parte de la esencia de la táctica de todos los partidos políticos. Un partido político que aspira a gobernar tiene necesariamente que partir de un presupuesto de unidad política interna. Aquellos partidos que no tienen un mínimo de coherencia política que se exprese en su unidad interna están irremediablemente condenados al fracaso.
En el pasado inmediato, los partidos comunistas y obreros, por ejemplo, sustentaban su línea organizativa y política en la más férrea unidad de sus militantes y organismos de dirección. Se predicaba una unidad no solo en el plano de la política sino también en el plano ideológico. Cualquier desviación implicaba expulsión y ostracismo.
Los acontecimientos de la década del noventa mostraron que esa unidad “férrea” que aparecía indestructible era formal y endeble. Era voluntarista y ello ocasionó el gran derrumbe de lo que, en su tiempo, se llamó el “campo socialista”.
Los partidos de la izquierda moderna y democrática que abanderaron el sendero del pensamiento único e histórico han comprendido la importancia de la unidad dentro del pluralismo. La unidad, más que férrea, tiene que ser el resultado de las coincidencias y de los acuerdos. Esa es la unidad que está vigente, es la única unidad posible para quienes nos desenvolvemos bajo la cobertura del Estado social de derecho.
Resulta contradictoriamente antagónico señalar como objetivo estratégico la construcción del Estado social de derecho y, a la vez, buscar la unidad ideológica y política férrea. El Estado social de derecho es, por esencia, política e ideológicamente pluralista y nosotros, quienes militamos en el Polo Democrático Independiente hemos señalado en nuestros estatutos y en nuestra plataforma política al Estado social de derecho como el camino a seguir y modelo de sociedad a construir.
Esta definición nos coloca en el campo concreto de la unidad de las izquierdas en Colombia. El Polo, y eso se vio en la batalla electoral del 2003, pudo avanzar gracias a la política de concertación esbozada por Lucho garzón en Bogotá y Angelino Garzón en el valle. De haber marchado a través de los postulados de la izquierda radical tradicional, la propuesta no habría sido la concertación sino la ruptura que ahora algunos les reclaman.
La política de ruptura social y política es la bandera clasista de la izquierda tradicional mientras que la bandera de la concertación, la bandera de admitir distintas formas de propiedad, la bandera del respeto a las minorías, es la mejor propuesta política de la nueva izquierda.
Por eso, cuando en un proceso como el que vivimos se habla de la unidad orgánica entre el Polo Democrático Independiente que es expresión de la nueva izquierda, y la izquierda tradicional, es evidente que se están pretermitiendo realidades y se está corriendo a velocidades que no corresponden objetivamente a la formación y a la esencia de los movimientos potencialmente seleccionados para esa clase de unidad.
Un grupo de dirigentes del PDI entre quienes me incluyo, hemos considerado que en la coyuntura política actual, después de aprobada la reelección y bajo los signos de la creciente paramilitarización del país, se requiere promover la unidad de acción popular y electoral de todos los sectores democráticos del país como una manera de frenar la liquidación de lo poco que se ha avanzado en el Estado social de derecho y como una forma concreta de propiciar cambios democráticos que faciliten la organización de los distintos estamentos del pueblo colombiano para conquistar, con su participación, el desarrollo económico progresista y la soberanía nacional.
Por eso digo y sostengo que este no es el momento del unanimismo ideológico ni de las fusiones orgánicas. Este es el momento de la unidad de acción de todos aquellos que creemos en la defensa de la democracia, de todos aquellos que defendemos el pluralismo, de todos aquellos que queremos abrirle el paso a un nuevo modelo de desarrollo en el país, de todos aquellos que defendemos la posibilidad de los cambios pacíficos, de todos aquellos que defendemos la paz y, desde luego, la solución política negociada al conflicto armado.
Me declaro amiga de una unidad de acción electoral amplia, de una unidad de acción electoral ampliada que abarque el centro político y toso el espectro de la izquierda democrática.
Bogotá, 24 de noviembre de 2005.