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Una serie de reflexiones en torno de la necesidad de consolidar un Frente Amplio de los sectores tanto políticos como sociales del país comprometidos con las trasformaciones socioeconómicas y los cambios estructurales que requiere el país, hizo a través de una Carta abierta dirigida al presidente Gustavo Petro y a la coalición del Pacto Histórico, la Corriente Unitaria Valle del Cauca.
Los términos de la comunicación son los siguientes:
A manera de declaración de principios
Queridos compañeros y compañeras reciban nuestro respetuoso saludo. A continuación, ponemos a consideración de ustedes las reflexiones e iniciativas con el objetivo de facilitar el camino de la unidad, el apoyo a nuestro Presidente y la derrota de las fuerzas de extrema derecha en las elecciones de 2026.
1.- Unitarios es una corriente ideológica y política al interior del Pacto Histórico que aboga por la construcción de un Frente Amplio de fuerzas sociales y políticas y orientadas al ejercicio de las ciudadanías libres.
El histórico triunfo de Gustavo Petro Urrego en su campaña a la Presidencia de la República tuvo dos claves esenciales, a saber, la más amplia unión de todas las fuerzas de izquierda y la conformación del Frente Amplio, lo que permitió concretar la posibilidad abierta por la firma del Acuerdo Final de Paz.
La lección debe ser aprendida y, por ello, es menester evitar que el Pacto Histórico se reduzca o se convierta en monopolio de solo dos o tres fuerzas de la izquierda y que, concomitantemente, se liquide el Frente Amplio. El espíritu amplio e inclusivo de la construcción de una alternativa emancipatoria para Colombia debe potenciarse, no restringirse.
Dadas las condiciones actuales, tenemos la firme convicción de que el gran imperativo es detener cualquier posibilidad de retorno al poder de la extrema derecha. Para ello, la clave es mantener un gran Frente Amplio, mientras se dan las condiciones para una mayor unificación de las fuerzas de izquierda. Atropellar y forzar un proceso de unidad a través de la conformación apresurada de un Partido único es contraproducente en las actuales circunstancias.
El Pacto Histórico debe mantener en este periodo su naturaleza de gran convergencia de izquierda de cara a las elecciones presidenciales. Para ello, es definitivo que acordemos las reglas de juego para la selección de nuestro candidato o candidata.
En este sentido, el objetivo debe ser que el Pacto Histórico tenga un precandidato o precandidata que pueda presentarse a una consulta con todas las fuerzas del Frente Amplio.
2.- El ejercicio de gobierno realizado hasta ahora pone de manifiesto las dificultades de no tener mayorías en el Congreso de la República. De aquí resulta necesario definir los términos en los cuales vamos a asegurar nuestro triunfo en las elecciones parlamentarias. Para ello se debe posibilitar que aquellas fuerzas que se quieran unificar desde ahora lo hagan, sin arrogarse el control unilateral del Pacto Histórico, que debe mantenerse como una coalición amplia de fuerzas políticas.
Cerrar el Pacto Histórico y arrogarse la hegemonía de algún sector sobre el mismo es sellar nuestra división. La única garantía para asegurar la unidad es mediante la conformación de una gran lista de unidad al Senado de la República abierta, con voto preferente y como expresión de todo el conjunto de fuerzas progresistas y de izquierda. Dicha lista debe ser acordada por consenso, sin imposiciones ni arrogancias, sin que ello signifique que todos deban renunciar o liquidar sus personerías jurídicas.
En lo concerniente a las listas de Cámara esto debe dejarse a consideración de las fuerzas de cada región. Para ello es menester avanzar en la convocatoria y realización de Asambleas Regionales Democráticas para la elección de las respectivas direcciones, que den ser abiertas y democráticas. ¡La reglamentación y realización de tales asambleas es urgente!
3.- Proponemos que los ejes articuladores de todo nuestro accionar político giren en torno a la defensa de la vida digna, que sean:
- Defensa de la naturaleza. Un nuevo modelo de desarrollo que supere el extractivismo y haga posible la transición energética.
- Un modelo de desarrollo que supere la primarización de nuestra economía e incorpore eslabones en la cadena de valor, permitiendo la transformación de las materias primas, desarrollando fuentes de empleo y equitativa distribución de las riquezas. La disminución de las brechas sociales y regionales es un gran imperativo. Para ello es urgente refinanciarizar el sector productivo de nuestra economía. Los bancos y el capital financiero deben estar al servicio de la economía real. Los bancos trabajando por Colombia y no Colombia trabajando para los bancos.
- La implementación integral del Acuerdo Final de La Habana es otro eje fundamental de toda nuestra política. En particular, acelerar la Reforma Agraria. En el Acuerdo están contenidas las medidas que permitirán ampliar las posibilidades para la transformación de Colombia, en una herramienta ya firmada y con anclaje constitucional, lo que hace que en estos momentos sea más materializable que las reformas propuestas por el actual gobierno, sujetas a aprobación de un Congreso de la República en donde no somos mayoría.
- La formación de capital humano es una gran prioridad para efectos de asegurar el tránsito a la economía cognitiva.
- La revolución en los medios de transporte, la recuperación de la navegabilidad de los ríos, los ferrocarriles y la modernización portuaria son vitales en nuestra agenda de desarrollo productivo. Esto revitaliza el mercado interno y acrecienta nuestra competitividad exportadora.
- La estabilidad macro financiera, la reducción razonable del déficit fiscal, el estímulo a las exportaciones y la estabilidad cambiaria son asuntos fundamentales en nuestro ejercicio de gobierno.
- La Inversión Extranjera Directa y la seguridad jurídica son aspectos fundamentales de toda nuestra política.
- El fortalecimiento de la pequeña y la mediana empresa, como grandes generadores de empleo debe ser una prioridad en materia de estímulos.
- Una gran reforma política que asegure que el dinero no es sea el factor determinante en el ejercicio político. Para ello, se deben retomar los Acuerdos de La Habana.
- El ejercicio pleno de la autoridad del Estado en todos los territorios y seguridad para nuestros ciudadanos. La construcción de la paz pasa por el ejercicio de la soberanía del Estado en todos los territorios. La paz no es la balcanización de Colombia. Una sola nación, un solo Estado, una sola sociedad y un solo territorio.
- Una política internacional que funcione en concordancia con las nuevas realidades de la geopolítica mundial y promocione la integración latinoamericana, fiel al principio de autodeterminación y la solidaridad con los pueblos hermanos.
- El fortalecimiento de la participación y cualificación de los distintos sujetos de cambio que profundicen la superación de las distintas opresiones, en el marco de un proyecto de nación colectivo, incluyente, justo.
4.- Resulta muy importante en este camino dar garantías de que el triunfo político de nuestra propuesta debe ser orientado al fortalecimiento de todos los que aquí nos concitamos. ¡El ejercicio del gobierno debe ser compartido entre todos y todas!
5.- En concordancia, con todo lo anterior, proponemos la realización de un encuentro político regional a efectos de abordar la discusión de esta y otras propuestas.
Cordialmente,
Corriente Unitaria Pacto Histórico Valle del Cauca