marzo 19, 2025 3:42 am
Cruzar la página del colonialismo

Cruzar la página del colonialismo

POR RICARDO VILLA SÁNCHEZ

En la conmemoración del Quinto Centenario de Santa Marta, la ciudad más antigua del país de la belleza, nuestra herencia es de resistencia libertadora, no conquistadora. Así lo ha afirmado el presidente Gustavo Petro en sus alocuciones, en las que ha resaltado el valor de este hito histórico: Santa Marta fue el producto de una conquista de un pueblo latino del mediterráneo sobre el Caribe.

De ahí, hubo un choque cultural y una historiografía. Ahora como un hecho político, como una visión compartida, esta memoria de conquista, que nos han impuesto, debe voltearse hacia el diálogo de civilizaciones, desde el pensamiento integral, tanto del conocimiento ancestral como del mestizaje; con convergencias del pensamiento progresista, pacifista, ambiental, consecuente, y de igual a igual, de frente a los mares, a las nuevas apuestas, a los paradigmas actuales y realidades del mundo, a la historia, cultura, arte, ciencia y tecnología, a las migraciones, al humanismo y, sobre todo, al cuidado de nuestra casa común.

El 22 de julio de 1815, al puerto de Santa Marta, arribó el tristemente célebre “pacificador” Pablo Morillo, con una expedición armada, dispuesta a recuperar a la Nueva Granada, de los sediciosos. Los habitantes de la perla, en plena batalla independentista, con euforia, lo recibieron, hondeando banderitas al rey, homenajeándolos y hasta recibiendo condecoraciones por ser nuestra ciudad, uno de los bastiones del Ejercito realista. Desde allí contribuyeron al sitio de Cartagena, y a otras escaramuzas bélicas, hasta cuando el 10 de noviembre de 1820, fue ocupada Santa Marta, por las tropas libertadoras.

La nostalgia de algunos de la “Santa Marta española que logró germinar entre lágrimas y sacrificios, crecer en la Meropis indígena y formar la nación colombiana”, como lo dijo el gran Arturo Bermúdez en sus ‘Materiales para la historia de Santa Marta’, parece reflejada en un pensamiento deo-colonial, de abolengos trasnochados y de élites. Está bien que algunos piensen así, pero esta conmemoración única, es clave sea considerada con la ciudadanía, con los anhelos y necesidades de la gente.

Esto nos permitirá mirar hacia el futuro, de frente al mar Caribe, al mar Mediterráneo, a nuestros ancestros, al mestizaje, a los países árabes, al encuentro con estos mundos, pero sin desconocer ni segregar el conocimiento ancestral de nuestros hermanos mayores indígenas. Hay que hacer un salto de calidad decolonial, sin reaccionar al eurocentrismo, sino mirarlo de igual a igual, con nuestros saberes, memoria, desobediencia histórica, interculturalidad, y sueños de liberación.

El Quinto Centenario no es sólo de Santa Marta, sino de todo el país de la belleza, de la “epistemología del sur” que describe Boaventura de Sousa Santos, del meta archipiélago del gran Caribe de Benítez Rojo, de los turcos y árabes que también encontraron a América como lo relata Jorge Amado, de nuestros Benkos Biohó que nunca perdieron su dignidad, de los anhelos de Patria grande de Bolívar y de Bateman, del conocimiento ancestral, del gobierno propio indígena, sin revictimizar a quienes históricamente han sido explotados y oprimidos por el colonialismo y el capitalismo global.

La construcción colectiva de la Paz con justicia social y ambiental en Santa Marta y sus alrededores; pactar la vocación productiva de la ciudad; invertir en una revolución científica con grandes proyectos como la planta desalinizadora y el centro de big data, en alianza, en este caso, con el mundo árabe; integrarse de frente al mar, al comercio, a las artes, a los inventos, a la modernidad; proteger a la Sierra Nevada, corazón del mundo; solucionar el grave problema de los servicios públicos y de la seguridad humana; disminuir la pobreza; y convivir con el otro, reconociéndolo como sujeto de derechos y actor político, tiene que ser el imperativo en esta celebración.

No es sólo fiesta o irse de rumba, mientras el mundo se derrumba. Cruzar la página del neocolonialismo, para avanzar hacia potenciar la vida y un mejor vivir para las mayorías, debe ser el legado de la conmemoración de los 500 años de Santa Marta.

@rvillasanchez

Opinión Caribe, Santa Marta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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