REVISTA CAMBIOS Y PERMANENCIAS /
Además de ser uno de los pioneros de la sociología en América Latina, Orlando Fals Borda (Barranquilla, 1925 – Bogotá, 2008) no solo transformó el panorama de esta disciplina académica, sino que también dejó una herencia de compromiso social, metodológico y científico que sigue influyendo en el desarrollo y estudio de las políticas socioeconómicas actualmente. Su trabajo nos recuerda la importancia de la investigación comprometida con la realidad y la transformación social.
Rendir un merecido homenaje a la obra de Orlando Fals Borda con ocasión de cumplirse en julio de este año el centenario de su natalicio es reconocer que, gracias a su legado metodológico y científico, es posible imaginarse, con los sectores excluidos del poder, un mundo donde la razón se realice transitando por los cauces de las emociones y los sentires diversos.
Por tal razón, la revista Cambios y Permanencias de la Universidad Industrial de Santander (UIS) decidió realizar un merecido homenaje a su legado académico con una edición especial titulada “Sentipensando el territorio con Fals Borda: saberes, resistencias y nuevas perspectivas de futuro”. En ella se reflexiona en torno al trabajo heurístico y crítico del sociólogo colombiano en un contexto que por momentos se percibe más adverso que en 2008 año en el que falleció, pues el péndulo de la política global se mueve nuevamente hacia la derecha en donde los fascismos viralizados por personajes de ficción amenazan con callar las voces de millones de seres humanos, cada vez más empobrecidos por un capitalismo salvaje, depredador y bárbaro.

El genocidio palestino por parte de los israelitas que amenaza con destruir los cimientos del humanismo construido precariamente durante más de dos siglos de luchas sociales al mismo tiempo que los derechos humanos, forjados con la sangre de millones de víctimas; la guerra entre Ucrania y Rusia que afina las miras de las armas de fuego (y virtuales) en una especie de tercera guerra mundial no declarada; el incesante aumento de las migraciones que intenta ser contenidas con murallas naturales o construidas por el hombre; y la crisis ambiental en un escenario de postpandemia en la llamada nueva era del Antropoceno, por momentos parecen cerrar las puertas al pensamiento crítico y alternativo –Fals diría “sentipensante”–.
De ahí la vigencia de la obra de Fals y su llamado de volver a las utopías, a la historia y a la acción para llenarnos de la fuerza necesaria para que el pensamiento crítico no desfallezca en medio del presentismo, la pérdida del saber histórico y los intentos homogeneizadores de uniformar la diversidad.
Este reconocimiento se justifica, además, por el innegable lugar que ocupó Fals Borda en el pensamiento crítico latinoamericano. Es preciso recordar que, tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial, el continente quedó a la intemperie espiritual debido a la crisis europea, tal como lo recordaba el filósofo mexicano Leopoldo Zea. En ese contexto, la ciencia social despierta en el continente con corrientes como la teoría de la dependencia, la pedagogía del oprimido, la teología de la liberación, la filosofía de la liberación, la nueva historia social y, desde luego, con la sociología auténticamente latinoamericana, tal como la llamaba Camilo Torres Restrepo. Es ahí donde el trabajo de Fals Borda irrumpe con fuerza y creatividad cuestionando la importación acrítica de marcos teóricos y de conceptos lejanos de la especificidad de la realidad latinoamericana.
Por ejemplo, Fals denunció lo inadecuado que resultaba para nuestro contexto usar conceptos como “feudalismo”, “semifeudalismo”, “pequeña Edad Media”, para referirse al periodo colonial.
Llamó entonces a repensarse el “trasplante” conceptual a la vez que exigió asumir los “acumulados históricos” emancipatorios construidos por indígenas, campesinos, negros, etc., para la construcción de un nuevo orden social. La crítica al colonialismo intelectual iba de la mano de la construcción de una nueva metodología, la Investigación Acción Participativa (IAP), que no era solo una apuesta epistemológica, sino política, donde el investigador y las gentes sencillas trabajaban de la mano en pro del cambio social. Esta conjunción feliz entre epistemología y política fue la que le dio el puesto a Fals en la sociología mundial.
Como señala el sociólogo portugués Boaventura de Sousa, “la propuesta participativa, democrática no dogmática y pluralista de Fals Borda aboga precisamente por un proyecto contra-hegemónico, alternativo, intercultural para hacer frente al capitalismo global y a la unificación cultural del mundo y el arrasamiento de los recursos y las formas de vida”.
Ese enfoque revolucionario ha transformado la manera en que se lleva a cabo la investigación social, promoviendo la participación de las comunidades en el proceso investigativo.
Orígenes y fundamentos de la IAP
La Investigación Acción Participativa surgió en la década de 1970 como una respuesta a los métodos tradicionales de investigación que a menudo excluían a las comunidades estudiadas del proceso y de los resultados. Fals Borda, influenciado por las teorías críticas y el movimiento de liberación en América Latina, buscó desarrollar un método que involucrara directamente a las personas en la producción de conocimiento.
La IAP se basa en varios principios fundamentales:
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Participación: las personas no son meros sujetos de estudio, sino que participan activamente en todas las fases de la investigación.
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Conocimiento colectivo: el conocimiento es construido de manera colectiva, incorporando las experiencias y saberes de todos los participantes.
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Transformación social: la investigación busca generar cambios concretos y positivos en las comunidades involucradas.
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Reflexión crítica: los participantes son invitados a reflexionar críticamente sobre sus realidades y el proceso investigativo.
Metodología y aplicación
La metodología de la IAP es flexible y adaptativa, permitiendo su aplicación en diversos contextos y áreas de estudio. Fals Borda proponía una serie de etapas en el proceso investigativo:
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Diagnóstico: identificación de los problemas y necesidades de la comunidad.
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Planificación: desarrollo conjunto de estrategias y acciones para abordar los problemas identificados.
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Acción: implementación de las acciones planificadas.
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Evaluación: evaluación de los resultados y reflexión sobre el proceso.
Casos de estudio y resultados
A lo largo de su carrera, Fals Borda aplicó la IAP en diversas investigaciones, principalmente en Colombia. Un ejemplo destacado es su trabajo con las comunidades campesinas de la región del Caribe colombiano, donde logró empoderar a las personas, fortalecer sus organizaciones y mejorar sus condiciones de vida. Estos estudios demostraron que la IAP no solo produce conocimiento valioso, sino que también tiene un impacto directo en la realidad social de las comunidades.
El legado de Fals Borda y su investigación acción participativa perdura en la actualidad. Su enfoque ha sido adoptado y adaptado por investigadores de todo el mundo, quienes reconocen la importancia de la participación y el conocimiento colectivo en la producción de conocimiento social. Además, la IAP ha sido fundamental en la promoción de la justicia social, la equidad y la transformación positiva en muchas comunidades.
Esta metodología representa un cambio paradigmático en la investigación social, al promover la participación efectiva y el empoderamiento de las comunidades. Su trabajo ha demostrado que el conocimiento construido colectivamente es más rico y tiene el potencial de generar transformaciones significativas. Hoy en día, la IAP sigue siendo una herramienta poderosa para la investigación y la acción social, inspirando a generaciones de investigadores comprometidos con la justicia y la equidad.
Acceder a la edición en homenaje de Fals Borda
Para acceder a la edición de la revista Cambios y Permanencias de la UIS en homenaje a los cien años del natalicio de Orlando Fals Borda, ingresar al siguiente enlace: