Por Fernando Arellano Ortiz
Entrevista con el dirigente sandinista Carlos Fonseca Terán sobre el proceso político en Nicaragua.
Desde que la canalla mediática del hemisferio, cuyos periódicos están nucleados en la malhadada Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), organismo auspiciado por la criminal Agencia Central de Inteligencia (CIA), ha criticado el triunfo electoral para un nuevo periodo presidencial de cinco años en Nicaragua del comandante Daniel Ortega Saavedra, es evidente que busca deslegitimar el proceso político del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y de esta manera, continuar con su campaña de desprestigio y satanización de todo gobierno que en América Latina tenga un cariz progresista.
La fórmula Daniel Ortega/Rosario Murillo se impuso el pasado 7 de noviembre con el 72,5%, lo que representa diez puntos porcentuales por encima del resultado obtenido en 2011 (62%). En el segundo lugar se ubicó la alianza opositora Partido Liberal Constitucionalista (PLC) con el 15%; seguido por el Partido Liberal Independiente (PLI) con un 4.5% de los votos; la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) con el 4,3%; el Partido Conservador (PC) con el 2,3% y, por último, la Alianza por la República (Apre) con el 1,4%.
Es de resaltar la alta participación electoral teniendo en cuenta que esta campaña se realizó dentro de un ambiente de cuestionamiento por parte de un sector de la oposición que para deslegitimar el alto grado de respaldo popular del presidente Ortega, no dudó de calificar la jornada comicial de “farsa”, llamando a la población a abstenerse.
Sin embargo los nicaragüenses salieron a votar masivamente. El 68,2% de los ciudadanos participó en estos comicios que además de escoger Presidente y Vicepresidente de la República, también eligió 90 diputados a la Asamblea Nacional y 20 diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen) que tendrán mandato por cinco años a partir del 10 de enero de 2017.
El porcentaje de abstención en estas elecciones (31,8%) fue inferior al de las de 2006 (34%) y al de 2011 (42%). Si se tiene en cuenta que en Nicaragua el voto es voluntario, el dato de participación representa un porcentaje relativamente alto, similar al de otros países de Centroamérica con el mismo sistema y muy superior a otros países de América Latina como Chile y Colombia, donde también el sufragio no es obligatorio.
La realidad político-electoral de esta nación centroamericana que viene creciendo promedio a un 5.2 por ciento anual ha tenido repercusiones económicas. Así lo señalan incluso esas instituciones de estafa que le hacen el juego a la especulación financiera denominadas agencias calificadoras. En efecto, una de ellas, Fitch Ratings, aseguró que la reelección de Daniel Ortega en Nicaragua garantiza la continuidad de las políticas económicas y fiscales impulsadas por su gobierno.
La derecha en Nicaragua está aniquilada
Mientras en buena parte del hemisferio se viene presentando un proceso de restauración conservadora para saquear a los países imponiendo las fracasadas recetas neoliberales, el triunfo del sandinismo en Nicaragua constituye un estímulo para los sectores progresistas, pues no obstante la guerra mediática feroz de la derecha, algunos pueblos no se dejan arredrar y continúan bregando por lograr una vida digna y avanzan en la conquista de sus reivindicaciones sociales.
Para analizar la coyuntura política nicaragüense, dialogamos con el dirigente sandinista Carlos Fonseca Terán, hijo del histórico cofundador y comandante del FSLN, Carlos Fonseca Amador.
- ¿Cómo se entiende la consolidación del Frente Sandinista de Liberación y el amplio respaldo popular del presidente Daniel Ortega?
- La correlación de fuerzas políticas en Nicaragua es claramente favorable al sandinismo y así lo demuestran todas las encuestas. El sandinismo cuenta con el respaldo de más del 60% de la población de manera sostenida desde el año 2010 hasta la fecha. Las fuerzas de la derecha, ni aún sumadas todas ellas durante ese lapso nunca han llegado al 10%. Esta es una situación que se sigue manteniendo con una variante en esta oportunidad y es que el sector más entreguista de la derecha, el que está siendo respaldado por el imperialismo norteamericano, no participó en el proceso electoral y promovió la abstención. Esa es la diferencia, pero hay partidos de oposición que sí participaron pero igual que la derecha más dura todas estas fuerzas son muy débiles. La derecha en Nicaragua está políticamente aniquilada, realmente no tiene posibilidad alguna de sacar un porcentaje de votos honorable en la elecciones.
- ¿A nivel de las regiones y de municipios el sandinismo también está consolidado?
- En unos lugares más que otros, pero en todas partes contamos con el respaldo de la inmensa mayoría del pueblo nicaragüense. Ahora hay una situación particular y es el hecho de que en el Congreso norteamericano a petición de la derecha más dura de nuestro país, se ha aprobado unánimemente una ley en la Cámara, una iniciativa legislativa llamada NICAT, por la cual el gobierno de Washington veta el acceso de Nicaragua a créditos en organismos financieros internacionales. Esta es una iniciativa de los sectores más conservadores de la política norteamericana en el ámbito legislativo, pero claro, antes que todo, esto tenía como objetivo político principalmente amedrentar el electorado, como sucedió en 1990, enviando una señal. En ese entonces estábamos en guerra y se buscaba enviar la señala de que si seguía el Frente Sandinista gobernando continuaría la guerra. Eso hizo que por miedo mucha gente que quería votar por el Frente no lo hiciera. Igual sucedió en las siguientes elecciones, hasta que logramos romper el hechizo con una serie de situaciones que se presentaron, que propiciamos, y que no vienen al caso en este momento, pero claro que ahora la situación es muy distinta, porque estamos en paz, el respaldo con que cuenta el Frente es inmenso. El objetivo de ellos era disminuir hasta donde más pudieran el respaldo al Frente Sandinista en las elecciones para restarle en mayor medida posible legitimidad al proceso. Pero lo que quiero decir con esto es que esa iniciativa de ley no está en firme porque tiene que aprobarla el Senado norteamericano, es decir está en proceso aun, y lo que está claro es que hasta el año que viene se va pronunciar al respecto. ¿Qué significa esto? Que se confirman nuestras sospechas de que no es realmente algo que se va a dar o suceder en el sentido de que los Estados Unidos van a evitar el acceso crediticio a Nicaragua, simplemente lo que buscaban era meterle miedo al electorado, ese era el objetivo. Ello constituye una injerencia descarada porque alegan que esto lo hacen porque en Nicaragua no hay elecciones libres, transparentes, etc. Es una injerencia clarísima en los asuntos internos de Nicaragua, una violación flagrante del derecho internacional, pero a ellos no les importa, lo que buscan era meter miedo a la gente.
- La prensa hegemónica conservadora en América Latina critica mucho el hecho de que la candidata a la Vicepresidencia haya sido la compañera del comandante Ortega. Frente a esa crítica, ¿qué tiene que decir?
- La compañera Rosario Murillo, es una militante, dirigente histórica del Frente Sandinista desde hace muchísimos años; desde la época de la lucha contra la dictadura somocista; y en la actualidad particularmente está jugando un papel de primer orden en la conducción, en el diseño ideológico y en el contenido del proyecto de sociedad que se está promoviendo en el país. Tan es así que la derecha nicaragüense lo que ha criticado es que porqué ella está asumiendo ese poder sin haber sido electa, ahora que iba de candidata entonces no quería que lo fuera. Esto es una falacia, si alguien tiene las cualidades y es idónea, no debe ser un impedimento la vinculación personal que tenga con quien está en la Presidencia. Es decir, si el pueblo quiere que ella sea la vicepresidenta va a votar por ella, si eso fuera algo aberrante, hubiera provocado un rechazo de la población. Sencillamente el Frente habría perdido las elecciones. Entonces, si el pueblo está de acuerdo, ¿cuál es el problema? La derecha de manera demagógica ha manejado el tema del nepotismo. En Nicaragua cuando ganó la derecha en las elecciones del 90, la presidenta Violeta Barrios de Chamorro gobernó con su familia y su yerno era el jefe del gobierno. Por una serie de circunstancias en esa época, una cantidad de partidos conservadores estaban aliados y tenían muchas diferencias con el gobierno de derecha que había, entonces se aliaron para reformar la Constitución y según ellos, en contra del nepotismo, establecieron la prohibición de que los parientes en tal grado de consanguineidad y tal grado de afinidad pudieran ser candidatos de esto y lo otro, pero era solo con el objetivo de impedir que el yerno de la Presidenta corriera como candidato, porque eso les quitaba posibilidades electorales, ese era realmente el propósito de esa reforma. Por cierto que la hicieron sin consultar con nadie, y todos ellos unidos en las elecciones del año siguiente no lograron ni el 10%. Es decir, fue una reforma irrisoria e ilegítima desde el punto de vista político. Además, la esencia del nepotismo es cuando el nombramiento obedece a intereses de beneficiarse o lucrase personalmente del poder. Pero cuando la persona que está siendo postulada tiene todos los méritos y capacidades, reconocidas hasta por la oposición, entonces es más contraproducente el impedírselo. Si fuera una persona que no hubiera jugado un papel protagónico, importante en la historia reciente o pasada del país, que no ha tenido méritos acumulados en la fuerza política que representa, entonces si habría razón para sospechar de nepotismo, pero en este caso es evidente que no es así. Claro que la derecha hace parecer que es cuestionable por el hecho de que es la esposa del Presidente. Sí fue nepotismo el caso del primer gobierno de la derecha, y los que lo practicaron son los que ahora nos acusan a nosotros. Incluso en esa época la Presidenta del Consejo Electoral benefició con una disposición a su esposo e hizo que quedara elegido como diputado con 300 votos únicamente y pasó a ser conocido como el diputado consorte, y esa es una de las personas que ahora nos cuestiona.
- ¿A que se atribuye el apoyo electoral del presidente Daniel Ortega, por encima del 70%? ¿Se está dando una revolución social en Nicaragua?
- Nosotros somos una revolución que triunfó por la lucha armada, eso nos dio una gran ventaja sobre otros procesos revolucionarios que están en marcha en América Latina. Aunque perdimos el gobierno diez años después, logramos preservar espacios de poder institucionales que nos permitieron, al regresar al gobierno, avanzar de manera más acelerada en las transformaciones sociales. Después de Cuba, Nicaragua es el país con el más alto índice de socialización de la propiedad en el ámbito económico porque hubo una reforma agraria en los años 80 y se logró resistir frente a las políticas neoliberales. Una buena parte del sector popular de la economía logro resistir las embestidas de los gobiernos de derecha que trataron de hacerlo desaparecer. En Nicaragua el sector popular de la economía, es decir, las cooperativas, los pequeños productores, las empresas de los trabajadores, el sector estatal, todo ese ámbito económico, produce más del 50% del PIB, entonces tenemos una situación en la que hay espacios de poder de los sectores populares a través de la gestión económica directa. Una de las políticas principales de las líneas estratégicas del gobierno sandinista en la actualidad, que es la segunda etapa de la revolución, consiste en aumentar esos espacios de poder de los sectores populares en la economía. Lo que se persigue es que la gente vaya adquiriendo poder económico, capacidad de gestión empresarial, y esto es lo que se ha venido logrando desde el 2007. Estamos desarrollando esas líneas estratégicas y estas políticas sociales, y por otro lado, tenemos también un modelo político que promueve la mayor participación posible de los ciudadanos en las tomas de decisiones del Estado y del gobierno a nivel municipal y nacional, esto produce un sentimiento de poder que genera conciencia de clase. Es decir, no se da el fenómeno de doña Florinda que deja de ser pobre, incluso a veces no es necesario dejar de ser pobre para pensar como rico. Porque se da el fenómeno de que el que deja de ser pobre no solo deja de serlo sino que tiene poder de decisión en el ámbito político y además adquiere poder de gestión económica directa, lo cual genera una conciencia de clase. A ello tenemos que sumar la existencia de una fuerza política organizada con un estructura muy fuerte que abarca hasta el último rincón del país que es el Frente Sandinista de Liberación Nacional con una estructura política que se ha venido forjando desde 1961, luego en 1979 cuando llegamos al poder. Todo esto garantiza esa situación, pero hay un detalle importante en cuanto al porcentaje de respaldo al Frente. Nosotros perdimos en 1990 con el 40% y ganamos en el 2006 con el 38% porque se dividió la derecha, luego en el 2011 ganamos con el 62% porque aproximadamente un 10% del electorado era el que no votaba por el Frente por miedo. Eso hizo que al no haber guerra después de un periodo de gobierno del Frente, al no haber bloqueo, desapareció el miedo entonces eso aumentó automáticamente en un 10% llegando al 50%, y un 10% más proviene de la gente que sin ser sandinista ha sido beneficiaria, ha mejorado su condición de vida. Desde el 2010 el fuerte respaldo popular del Frente Sandinista no ha bajado y por eso el apoyo de más del 70% con que cuenta el comandante Daniel Ortega en estos momentos.
- Habla de la arremetida neoliberal en lo económico. Nicaragua hace parte del Tratado de Libre Comercio de Centroamérica con Estados Unidos. ¿Qué impacto ha tendido el TLC en su país?
- Con tantas dificultades económicas, producto de la guerra, de los desastres naturales, del neoliberalismo que gobernó durante 17 años, después de la derrota del Frente Sandinista en el 90 y debido a los programas de cooperación de solidaridad que forman parte de sus alianzas con el ALBA, con China, con Rusia, nosotros logramos crear un entorno económico teniendo en cuenta el espacio que tienen los sectores populares. Esto nos ha permitido impedir que los aspectos negativos que suelen tener este tipo de tratados de libre comercio con Estados Unidos no hayan significado un obstáculo estratégico para el avance de nuestro proceso revolucionario. Nosotros somos el único país del mundo que tiene TLC con Estados Unidos y a la vez hacemos parte del ALBA. El TLC se aprobó antes que el Frente volviera al gobierno, luego económicamente ya no era viable que el gobierno se opusiera a esta situación porque realmente hemos logrado por las condiciones muy específicas de Nicaragua que sean más los beneficios que el perjuicio.
- ¿Esa particularidad es lo que lleva a tener negocios con China para el canal interoceánico?
- No, esa es otra situación. Lo del canal interoceánico tiene como objetivo que Nicaragua salga de la pobreza en un plazo razonablemente corto, no hay otra manera. A pesar de que han mejorado de manera significativa las condiciones de vida de la mayoría de gente en estos años porque se ha reducido la desigualdad social de manera fuerte, se ha reducido la pobreza en gran medida, sin embargo en términos globales seguimos siendo uno de los países más pobres de América Latina. Sin el canal es imposible para Nicaragua en un corto plazo salir de la pobreza. Si queremos prosperidad, si queremos desarrollo económico, si queremos salir del subdesarrollo y de la dependencia económica, el objetivo estratégico es el canal. Es un paso estratégico para no depender de organismos financieros que nos hagan chantajes electorales como lo hicieron ahora. Esa es la razón del canal.