enero 24, 2025 12:47 pm
En acto de reparación por magnicidio de Manuel Cepeda, su hijo Iván solicitó a la JEP tipificar exterminio de la Unión Patriótica como genocidio político

En acto de reparación por magnicidio de Manuel Cepeda, su hijo Iván solicitó a la JEP tipificar exterminio de la Unión Patriótica como genocidio político

Manuel Cepeda Vargas (1930-1994) asesinado por elementos de seguridad del Estado colombiano.

TSC /

Durante el sentido acto de reparación realizado en el Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería colombiana, por el asesinato de su padre, el senador de la Unión Patriótica (UP), Manuel Cepeda Vargas (1930-1994), ocurrido en la mañana del 9 de agosto de 1994, su hijo, el congresista del Pacto Histórico, Iván Cepeda Castro, reveló los nombres de los autores intelectuales del magnicidio e hizo graves señalamientos contra el Estado colombiano.

Dijo que la verdad sobre este crimen de Estado debe quedar “claramente enunciada y firmemente incorporada a nuestra historia como sociedad y a la memoria de las generaciones presentes y futuras”. Por tal razón solicitó a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) tipificar los casos de persecución mortal contra la UP y del Partido Comunista durante las décadas 80 y 90 del siglo pasado “como genocidios políticos”.

En cumplimiento de la orden dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la sentencia “Cepeda Vargas vs Colombia”, se realizó el pasado viernes 9 de agosto, al cumplirse 30 años del vil asesinato de este dirigente de la UP, abogado y periodista, un acto público en el Salón Bolívar de la Cancillería, en el que se presentó el libro y la proyección del documental “Manuel Cepeda Vargas un artista en la política”, dirigido por el cineasta Lisandro Duque Naranjo.

Acto en homenaje a la memoria de Manuel Cepeda Vargas en la sede de la Cancillería colombiana.

Participaron del homenaje en memoria de Manuel Cepeda, sus hijos, María e Iván, su hermana, Stella Cepeda, dirigentes políticos de la UP y el Partido Comunista, delegados del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo y de la Organización CEJIL, así como representantes de las víctimas; diversas entidades del orden nacional; y un nutrido grupo de invitados como la senadora del Pacto Histórico, Clara López Obregón.

El documental “Manuel Cepeda Vargas un artista en la política” incluye piezas bibliográficas y audiovisuales que reconstruyen la biografía familiar, intelectual, artística y política del dirigente inmolado, destacando facetas como luchador de izquierda, con una mirada en torno a su sensibilidad cultivada en el arte, la poesía, la pintura, la escultura en cerámica y el periodismo.

“Es posible avanzar hacia una sociedad que supere el conflicto”: senadora Clara López

La senadora López Obregón celebró que se haya dado cumplimiento a uno de los puntos de la sentencia del 26 de mayo de 2010, mediante la cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró que el Estado colombiano violó sus derechos fundamentales y por ello debía reconocer su responsabilidad en este hecho atroz, hacer una publicación y un documental audiovisual sobre la vida política, periodística y el rol como Senador de la República de Manuel Cepeda, ofrecer una beca en su nombre, proteger a sus hijos y familiares y brindarles un tratamiento médico adecuado por el traumatismo que sufrieron, entre otras múltiples acciones.

La senadora Clara López junto a su colega, el congresista Iván Cepeda, durante el acto en memoria de Manuel Cepeda Vargas, en el Palacio de San Carlos.

Dijo que las sentidas pero categóricas palabras de su colega, el senador Iván Cepeda, “nos muestran que es posible avanzar hacia una sociedad que supere el conflicto armado y logre consolidar la paz con justicia social”.

La senadora Clara López y el exdirigente de las FARC, Rodrigo Londoño, en el homenaje en memoria del líder político inmolado, Manuel Cepeda Vargas.

“En Colombia se han perpetrado genocidios políticos como parte del régimen”: Iván Cepeda

Al traer a la memoria el infausto suceso de hace treinta años, el 9 de agosto de 1994, en horas de la mañana, cuando un grupo mixto integrado por elementos del Ejército Nacional y paramilitares entrenados para el sicariato, acribillaron el vehículo en que se movilizaba su padre, Manuel Cepeda Vargas, segándole la existencia, su hijo, Iván, señaló durante su intervención en el Palacio de San Carlos, que “este asesinato es parte de un genocidio de larga duración”.

Rememoró que los primeros crímenes contra líderes de izquierda comenzaron a mediados de la década de los 80 cuando la Unión Patriótica cifraba su esperanza en concretar un acuerdo de paz.

Recriminó que “las víctimas tanto del Partido Comunista como de la UP llevamos más de 60 años enfrentando el genocidio sistemático”, habida cuenta la persecución y el estigma que ha tenido que han tenido que soportar por décadas los dirigentes y militantes de la primera fuerza política en mención que comenzó su accionar políticos al iniciar los años 30 del siglo pasado.

Aseveró también que “en Colombia se han perpetrado genocidios políticos como parte del régimen” pero que paulatinamente se ha ido derrotando su profundo espíritu antidemocrático que infortunadamente ha perpetuado una serie de crímenes de lesa humanidad.

El senador Cepeda Castro dijo también que como víctimas de crímenes del Estado han debido enfrentar “una desigual lucha contra un aparato criminal que ha tenido a su disposición recursos económicos, militares y políticos empotrados en el Estado colombiano”. Aunado a ello, “la red de mentiras en que se han ido convirtiendo los medios de comunicación en Colombia, el laberinto de la justicia con sus instancias infinitas y sus procedimientos lentos”, así como el enfrentamiento con gobiernos y fuerzas políticas retardatarias “que han incorporado el negacionismo de este genocidio o su justificación como parte de su ideología y de su discurso público”.

El senador Iván Cepeda Castro durante su intervención en homenaje a la memoria de su padre, Manuel Cepeda Vargas.

Gigantesca maquinaria de la muerte

Para dilucidar el genocidio de una fuerza política como la Unión Patriótica y el asesinato de Manuel Cepeda, se ha requerido de mucha investigación soportada en fallos tanto nacionales como internacionales, del Sistema Interamericano de Derechos Humanos en particular, “que develan los engranajes de esa gigantesca maquinaria de la muerte”, señaló el congresista del Pacto Histórico.

Dijo que “hoy tenemos una idea bastante detallada y precisa sobre cómo operó ese engranaje mortal en el asesinato del senador Manuel Cepeda Vargas y también cómo operó en el genocidio político de la Unión Patriótica, lo cual muestra un sistema de terror compuesto por círculos del Estado colombiano y sectores privados en coordinación con organizaciones paramilitares”.

“Se descubrió, por ejemplo, a través de una confesión de Diego Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’ que existía una entidad directiva de la criminalidad política que ordenaba las muertes contra dirigentes de la UP y asesinatos como el del humorista Jaime Garzón. Aún falta conocer el conjunto de las identidades de los poderosos autores intelectuales”.

También se pudo establecer por declaraciones del jefe paramilitar Carlos Castaño que crímenes como el de Manuel Cepeda eran encomendados para su ejecución a unidades clandestinas de la Inteligencia de las Fuerzas Militares que coordinaban sus acciones con organizaciones de autodefensa. En este caso concreto los determinadores fueron el exsubdirector del desparecido Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), José Miguel Narváez y el general Rito Alejo del Río.

Imágenes de integrantes de la Unión Patriótica asesinados y desaparecidos en un acto en homenaje a su memoria realizado en la Plaza de Bolívar, Bogotá, 29 de octubre del 2018.

Cepeda Castro recordó que en los años 90 tanto su padre como la hoy senadora Aída Avella Esquivel denunciaron que existía un plan de exterminio contra la dirigencia de la UP diseñado por el alto mando militar. Tal denuncia se sustentaba en fuentes de las propias Fuerzas Militares que señalaban que al menos se proyectaron cinco planes mortíferos como el denominado “Golpe de gracia”, bajo el cual fue asesinado el senador Cepeda Vargas y se perpetró un atentado en una populosa avenida del norte de Bogotá en contra de la entonces concejal de esta ciudad, Aída Avella, que de milagro sobrevivió.

Esos planes se denunciaron “ante el gobierno presidido por César Gaviria y fueron absolutamente ignoradas, con complicidad omisiva”, se lamentó el senador Cepeda.

Mencionó el nombre del sargento José Dorado Córdoba, exintegrante de Inteligencia Militar, quien en audiencia ante la JEP confesó que la XX Brigada del Ejército practicaba operaciones de seguimiento contra líderes de la UP, el M-19 y otros movimientos de izquierda para preparar los atentados. Las órdenes provenían, según ese suboficial del Ejército, del general Iván Ramírez.

“Todos estos agentes estatales y paramilitares, todas estas instituciones, preparativos, procedimientos y planes estaban dispuestos para, como ocurrió en miles de otros casos, pasar al acto y ejecutar a Manuel Cepeda. Gracias a las confesiones de Elcías Muñoz, informante de la Inteligencia militar, y de la promocionada biografía del jefe paramilitar Carlos Castaño, conocimos cómo se hizo, paso a paso, ese magnicidio”, agregó.

Fue un grupo mixto de militares y paramilitares el que desplegó el operativo en la avenida de Las Américas, en el suroccidente de Bogotá, donde interceptaron el vehículo en el que se movilizaba Manuel Cepeda y procedieron a ejecutarlo.

Aspecto del acto en memoria del senador Manuel Cepeda Vargas, Palacio de San Carlos, 9 de agosto de 2024.

“De ese equipo mixto hacían parte dos suboficiales entrenados como asesinos profesionales, y pertenecientes a la estructura de inteligencia de la IX Brigada del Ejército, bajo las órdenes del general Rodolfo Herrera Luna -a quien mi padre había denunciado por anticipado como uno de los mandos que lo iban a matar-. Además, la integraban una decena de sicarios paramilitares que fueron eliminados, uno por uno, luego de perpetrar el atentado. En su libro ‘Mi confesión’, el propio Castaño se ufanaba de haber estado en la escena del crimen supervisando su exitosa realización”, testimonió en su intervención el senador Cepeda Castro

A ello hay que agregar los diversos métodos de encubrimiento para seguir agraviando al congresista asesinado, a su familia y al movimiento político Unión Patriótica a través del estigma y la calumnia, la destrucción de las principales pruebas del proceso, la libertad fáctica de los suboficiales que fueron condenados a 40 años de prisión, la captura de personas que nada tenían que ver con este asesinato y que tuvieron que estar injustamente en la cárcel durante años, hasta que se comprobó que eran inocentes.

Intervención

Las palabras del senador Iván Cepeda durante el acto en homenaje a su padre, en la sede del Palacio de San Carlos, en el siguiente video:

 

Parábola existencial de un luchador consecuente con sus convicciones

El ciclo vivencial de Manuel Cepeda Vargas se caracterizó por su talante de luchador político y social que recurrió al periodismo y al arte como instrumentos intelectuales para promover, divulgar y defender sus convicciones filosóficas e ideológicas.

Como líder social se destacó por su trabajo al interior del gremio periodístico que ejerció junto con su compañera, la dirigente política Yira Castro.

El fortalecimiento del Círculo de Periodistas de Bogotá, la Federación Colombiana de Periodistas y Trabajadores de la Prensa (Fedeprensa), del Colegio Nacional de Periodistas, entre otras iniciativas que hoy han perdido fortaleza o que no existen, es el legado de Cepeda Vargas a las organizaciones de trabajadoras y trabajadores que ejercen el trabajo de informar.

Como periodista Manuel era versátil, comprometido y vertical. Un genuino reportero e intelectual. Reportero, cronista, caricaturista y uno de los principales editorialistas, al tiempo que agudo columnista con su espacio de opinión ‘Flecha en el blanco’.

Manuel Cepeda Vargas

En abril de 1970, el Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista designó a Manuel Cepeda como director del Semanario VOZ Proletaria, cargo que dejó de ocupar en diciembre de 1988. Antes de esta responsabilidad, había publicado ‘Vencerás Marquetalia’, poemario dedicado a la resistencia campesina.

En las casi tres décadas en las que estuvo al frente del semanario comunista, Manuel tuvo que sortear difíciles coyunturas del orden internacional, nacional y local.

Fue un agudo analista como se puede constatar en las numerosas crónicas y notas editoriales que publicó. En 1971, frente a la visita a Colombia de Salvador Allende, presidente de Chile por la Unidad Popular, Manuel escribió la crónica “Colombia saludó al pueblo revolucionario de Chile”, en la que narra el minuto a minuto del mandatario en el país.

Cuando estalló el histórico Paro Cívico del 14 de septiembre de 1977, Cepeda desplegó toda la artillería periodística de VOZ para cubrir la movilización popular. Con el titular “Colosal el paro”, el semanario se dio a la tarea de informar desde diferentes lugares del país lo que fue el estallido social más importante del siglo XX.

Además, y con su seudónimo Antonio, dejó en evidencia también su rol de interpretar con ojo avizor la coyuntura política: “El paro ha permitido, entonces, ubicar a cada quién según sus intereses materiales. Por eso mismo se ha convertido en una gran escuela política, cuyas lecciones hay que estudiar a fondo. Especialmente porque las mayorías ciudadanas demostraron un grado sumamente interesante de autonomía y de toma de consciencia”.

Durante sus 64 años de vida también tuvo tiempo para dedicarse a la poesía y a la cerámica, habida cuenta su sensibilidad por el arte, la cultura y el humanismo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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