Entrevista de MESA MDZ RADIO a Frei Betto
Frei Betto dijo que en los seminarios católicos se “clandestiniza la sexualidad de los muchachos, ni se discute” y que “no son ángeles, ¿por qué querrían serlo?”. La responsabilidad dela izquierda en la corrupción latinoamericana y la amenaza de una derecha que calificó de “nazi” en el caso del candidato brasileño Jair Bolsonaro. El amigo de Lula y Dilma criticó la praxis de izquierda de Venezuela y Nicaragua en una imperdible entrevista que terminó con mucho buen humor y con un brindis “por los buenos vinos de Mendoza”. Una entrevista de la “Mesa MDZ” producida por Franco Pereira.
Frei Betto, fraile dominico nacido como Carlos Alberto Libânio Christo, es autor de más de 50 libros. Es teólogo, filósofo y como autor en diversos géneros literarios ganó dos veces el premio más importante de Brasil, el Jabuti (1985 y 2005), pero además, es un referente político. Amigo de Lula y Dilma Rousseff, teórico de izquierda, aclaró en diálogo con la “Mesa MDZ” por MDZ Radio que “no soy afiliado al PT”.
Cinco definiciones de Frei Betto sobre Brasil y la izquierda
En una extensa charla con los periodistas Gabriel Conte, Rubén Valle y Pablo Icardi, Frei Betto dijo que en las elecciones presidenciales de su país “va a ganar Fernando Haddad”, pero además no tuvo empacho en comparar al derechista Jair Bolsonaro, que encabeza hoy las encuestas, “con la dictadura nazi de Alemania”. Sin embargo, fue muy crítico de la izquierda: “Tienen un proyecto para conseguir el poder, pero no para sus países”. Recordado sobre la situación de Venezuela y el “Socialismo del Siglo XXI”, Frei Betto sumó otra preocupación: la Nicaragua del matrimonio entre Daniel Ortega y Rosario Murillo.
-Con Frei Betto, teórico y político del Partido de los Trabajadores de Brasil, vamos a analizar la situación política de Brasil que tiene que elegir presidente en una campaña polarizada. Buenas noches Frei Betto.
– Buenas noches. Pero yo no soy miembro de ningún partido político. Soy un político, sí, del movimiento social brasileño, pero nunca he pertenecido a ningún partido.
– Siempre lo vinculé, por lo menos en lo personal o por sus acciones al Partido de los trabajadores. Y usted ha sido amigo de Lula y de Dilma, ¿no?
– Soy amigo de Lula, de Dilma. Siempre le he dado mi voto al Partido de los Trabajadores, pero nunca me he afiliado a ningún partido. Tengo mi trabajo con los movimientos populares.
– ¿Quién piensa que tiene que ganar las elecciones en Brasil?
– Pienso que Haddad va a ganar las elecciones. Efectivamente va a haber una segunda vuelta y los partidos de Marina (Silva), Alckmin y Ciro (Gomes) van a tener que apoyar a Haddad. No hay otra solución. Haddad está creciendo mucho. En una semana ha crecido 9 puntos. Ahora acaba de ser elegido por Lula. Muchos analistas decían que Haddad no iba a crecer porque es muy poco conocido o porque “la gente no sabe bien quién es”, que “confunde los nombres”, que “es complicado”. Y eso no pasa. Ya llegó a 26 puntos y Bolsonaro está con 28 o 29 puntos. Es la primera vez desde 1985 que ningún candidato, cuando faltan tres semanas para las elecciones no traspasa el 30 por ciento de las preferencias electorales. Todo indica que en la segunda vuelta va a ser entre Bolsonaro y Haddad. El apoyo de los demás candidatos va a permitir el triunfo de Haddad.

– Cuando hablamos en 2016 fue interesante su análisis sobre la caída de Dilma. Usted me dijo que Lula se había equivocado en elegirla como candidata. Usted, creo, tenía una preferencia por Marina Silva, pero Lula creía que había sido una mala ministra. Hoy está prácticamente desconfigurada. Pero usted también fue muy crítico con el rol de los gobiernos de izquierda en América Latina y estoy sumando al de Cristina Kirchner como si hubiese sido un gobierno de izquierda, aunque yo creo que más bien fue un gobierno peronista. ¿Cree que la izquierda aprende sus errores? ¿La corrupción le pegó fuerte para recapacitar o vuelve igual que como se fue?
– Creo que la izquierda todavía no hizo una autocrítica en serio sobre el tema de la corrupción. Está claro que un pequeño grupo de la izquierda es el que fue corrupto, pero fue un pequeño grupo representativo. Como decía Fidel: “Un revolucionario puede perder todo. La familia, el trabajo, la casa, la Patria porque va a vivir afuera: puede perder incluso la vida, menos la moral. Cuando pierde la moral toda su causa se viene abajo. Entonces es un problema serio. La corrupción en la izquierda ha facilitado mucho que ahora la gente de la derecha avance con su discurso moralista, su discurso inclusive dictatorial. Porque si Bolsonaro es elegido en Brasil va a hacer un gobierno dictatorial como pasó en Alemania en 1933 cuando Adolf Hitler fue elegido por el voto popular. No será la primera vez que haya una dictadura elegida por la democracia. Ese es un peligro muy grande. Para que la izquierda recupere su terreno va a tener que no solamente hacer una autocrítica en torno al tema de la ética, sino también presentar un proyecto de país. No basta con que diga que va a hacer esto o aquello; no basta con tener un programa demagógico. ¿O piensa que va a ganar por las consignas? Es necesario que presenten un proyecto de Brasil. Y no solamente un proyecto de poder. Muchas veces la izquierda aquí ha estado más preocupada con su proyecto de poder que con su proyecto de Brasil.
– Usted recién decía que los candidatos no han crecido como en otros años. ¿A qué atribuye esa cautela del electorado? ¿A la corrupción? ¿A que no existe un proyecto de país? ¿O a una serie de cosas que hacen que no haya un rumbo muy claro?
– No hay un rumbo muy claro. Cuando empezó el Lava Jato, toda la gente, todos nosotros lo apoyamos porque hay que eliminar la corrupción. Todos estábamos muy impresionados con que por primera vez en la historia, gente muy rica, los grandes empresarios, eran duramente investigadas y sancionadas. Pero ahora se ha percibido que el Lava Jato tiene un direccionamiento político partidario. No es para todos. Es para excluir a algunos de la vida política del país. Allí la figura más representativa, la víctima más significativa es Lula, porque no hay ninguna prueba que incrimine a Lula por ese departamento que le adjudican. Incluso, ese departamento queda en San Pablo y a él lo detienen en Paraná, lo que es una contradicción total. Entonces, ahora la gente se da cuenta que el Lava Jato lamentablemente ha tomado una dirección partidaria al hacer la vista gorda con muchos políticos que son comprobadamente corruptos, con grabaciones incluidas, y sancionando a otros que en general es gente progresista, gente de izquierda.
– Ahora, Frei Betto, si la Justicia que fue construida a lo largo de varios gobiernos de Lula y Dilma, ¿en quién hay que creer? Admitimos por un lado que hubo corrupción, pero por otro lado decimos que está injustamente procesado Lula por esa Justicia. ¿Cómo hacemos para definir quién es corrupto y quién no, para poder construir una sociedad con claridad?
– Sí, claro. Corrupto es aquel que efectivamente utilizó el dinero público a favor de sus intereses privados. Pero no hay ninguna prueba de que Lula haya hecho eso. Otros del PT sí y está comprobado. Son corruptos confesos, efectivamente. O como ha pasado con Aécio Neves que es senador, sigue como candidato a diputado federal y no ha sido sancionado en nada. Nada, nada, nada. Y hay grabaciones de todo: de sus favorecimientos personales en nombre de su mandato político. Obviamente que hay una injusticia partidaria en todo el proceso que lleva a una desmoralización. Eso explica que cuando Lula se presentó desde la misma cárcel como candidato tenía el 39% de preferencias electorales. Iba a ganar en la primera vuelta.
– ¿Qué riesgo puede haber si el PT llega al poder sin que haya habido un proceso de autocrítica de la izquierda?
– Si Hadad es elegido, el PT debe pasar por un proceso muy fuerte de autocrítica y de compromisos éticos. No va a ser fácil de ninguna manera, incluso porque no hay ninguna indicación de vaya a haber un Congreso con diputados y senadores progresistas. Yo creo que va a ser un Congreso conservador y no solamente, eso, de diputados y senadores tradicionalmente corruptos. Para cualquiera que resulte electo, la gobernabilidad va a ser complicada.
– ¿Qué punto en común ve con Venezuela y Argentina, procesos que han tenido cosas en común algunas diferencias?
– Uno de los errores de nuestros gobiernos progresistas ha sido confiar demasiado en los commodities. Cuando estaba en la escuela primaria aprendí que Brasil era exportador de materias primas. Hoy esas materias primas, tienen el elegante nombre de commodities, pero seguimos siendo colonias exportadoras de riqueza y ese dinero se queda en los paraísos fiscales. Todo esto pasa porque en nuestros países no hemos creado un mercado interno ni valorado la pequeña y mediana empresa, la agricultura familiar. Hemos sido concedientes en torno a las grandes empresas. Pero sobre todo, no hemos hecho alfabetización política del pueblo. En nombre de un “Socialismo del siglo XXI” o de “Otro mundo es posible”, hemos creado naciones consumistas. Todo el mundo tiene ganas de comprarse casas, autos, lo que es un derecho, pero si tienes un gobierno progresista, tienes que trabajar la subjetividad del pueblo, que es primero un sentido solidario y ético, eso se llama alfabetización política. Y ese trabajo no se hizo lamentablemente.
– De algún modo, Cuba mantuvo una mística en los sectores de izquierda. Pero Venezuela, desde muchos puntos de vista no es un faro para guiar a una izquierda del futuro. Venezuela está fracasando por todos lados. ¿Cómo se construye un pensamiento alternativo a la derecha, ya no digamos siquiera “de izquierda”, viendo lo que está pasando en países como Venezuela?
– Sí, y pasa también en Nicaragua, no hay que olvidar.
– También.
– Hay que trabajar esa dimensión. Lo ha dicho muy bien: tenemos que crear un pensamiento alternativo a la derecha. Una nueva estrategia política, una nueva definición de desarrollo, para saber qué significa una sociedad inclusiva, que sea capaz de combatir los factores de exclusión social. Es la tarea que tenemos por delante. Hemos tomado el poder y muchas veces con la misma música de la burguesía no hemos trabajado suficientemente.
La sexualidad de la Iglesia Católica
En este punto se cortó la comunicación, que fue retomada minutos después, ya pasando a otros temas, como la Iglesia y la educación.
– Le pido disculpas por el corte en la comunicación, Frei Betto.
– ¡No, no! ¡Es culpa de la CIA, Gabriel!
– (Risas)
– Como hablábamos de temas calientes, decidieron cortar la comunicación.
– Le voy a cambiar de temas para que la CIA no nos persiga (en sorna), pero vamos a ver si nos persiguen otros. Usted es un hombre de la Iglesia, que viene siendo golpeada muy fuerte, desde mi punto de vista, por sí misma, aunque desde el Vaticano piensen en que hay una conjura externa. Me refiero a esto de los abusos permanentes durante tanto tiempo, que Juan Pablo II no quiso investigar, que Benedicto XVI investigó, digamos, administrativamente, y que ahora lo golpea muy de frente al papa Francisco. ¿Cómo se sale de esto? ¿O ya no hay salida?
– La salida es, primero, combatiendo duramente la pedofilia, a esta gente que ha cometido abusos porque son crímenes horrendos. No hay que pasar la mano por la cabeza a esa gente. El papa Francisco dijo hace unos días: “Nosotros somos una institución destinada a cuidar gente vulnerable, como niños y jóvenes de nuestras escuelas”. Entonces no podemos dejar de pensar en que eso es gravísimo, demasiado grave. Ahora el tema de fondo es el de la sexualidad en la Iglesia Católica. Desde el Siglo XVI ese tema está congelado en la Iglesia. El papa Francisco hace ahora, dentro de su posibilidad, unos tímidos pasos, como por ejemplo, se puede y debe bautizar a hijos de parejas homoafectivas. Pero todavía la Iglesia no permite el matrimonio entre homosexuales. Ya bautizan a sus hijos y con eso se reconoce la legitimidad de estas parejas.
– Recién nos reíamos de la CIA. Pero hagamos una analogía del Vaticano con EEUU y esa sensación de que hay poderes fácticos que siempre están gobernando sea cual fuere la cara del Presidente. ¿No le parece que en el Vaticano pasa lo mismo, que Francisco está al frente de la Iglesia pero que no cambia nada, que hay sectores que no quieren cambiar nada?
– Es verdad. Hay un sector de la Curia que está fuerte y no permite cambiar. Inclusive no se trata solo de escándalos sexuales, sino también financieros. Hay casos terribles de corrupción que han sido denunciados. No es fácil, tenemos que luchar. Volviendo al tema de la sexualidad, por ejemplo, para terminar con el celibato obligatorio y que en los seminarios debatan su vida sexual. No podemos imaginar por qué un muchacho que quiere ser cura querría ser un ángel. No es un ángel y lo sabe, y “clandestiniza” el tema de la sexualidad en los seminarios. No es una cosa debatida o conversada. Tendría que ser como en el grupo de Jesús. No podemos olvidar que Jesús en el primer capítulo del Evangelio de Marcos curó ala suegra de Pedro. Si Pedro tenía suegra, ¿qué conclusión sacamos?
– ¡Que al menos tenía una novia? (risas)
– Yo no sé si a Pedro le gustó que curase a la suegra (risas), es un detalle muy íntimo.
– Es un gran tema de debate.
– (risas) Pero me imagino que no. Porque después Pedro lo negó tres veces. Aun así, eligió a Pedro como líder de su grupo de apóstoles: o sea, eligió a un hombre casado. En la Iglesia primitiva era opcional si uno quería abrazar el celibato y quien quería tener su mujer la tenía. Incluso, tenemos que luchar para que las mujeres sean curas, obispas, cardenales y papas. Esa discriminación no tiene más razón ni se justifica. Incluso, en el grupo de Jesús había mujeres: la primera apóstola era la samaritana esposa de Jacob. La primera testigo de su resurrección fue María Magdalena, una mujer. Todos tenemos que reanalizar esos fundamentos de la fe cristiana desde otra óptica, incluso desde la feminista.
La educación
– Lo llevo a otro tema y que es parte de un terreno que usted domina y que es el de la educación. Recién hablaba de la política del siglo XXI y le pegunto cómo ve la educación de este siglo cuando el modelo que se plantea es el de Finlandia. ¿Cuál es el modelo al que nuestro territorio tendría que acercarse más por idiosincracia?
– Tenemos que acercarnos más al modelo de Paulo Freire. La educación que hoy se implementa en América Latina responde a un modelo de Estados Unidos para formar mano de obra calificada para el mercado capitalista de trabajo.
– La educación bancaria…
– La educación bancaria pero por ejemplo en la medicina, en donde no hay ninguna ética. Los muchachos se reciben para hacerse ricos como médicos y no para ir a las poblaciones más pobres, más vulnerables, que necesitan más atención en la salud. Hoy la educación son empresas y cada vez más controladas por trasnacionales para sacar ganancias y formar gente que reproduzca el sistema capitalista. Tenemos que volver a Paulo Freire y otros educadores en ciudadanía, protagonismo social y ética. Gente capaz de crear un nuevo proyecto de sociedad y no solo pensar en sus bolsillos y ganancias personales.
– Ya sobre el final, señor Frei Betto, quería imaginarme a Paulo Freire ahora, hoy en día. ¿Confiaría en un trabajo con redes sociales, con Internet? ¿Usaría esos recursos? ¿Son herramientas que podrían servirle a la sociedad bien usadas?
– ¡Ah, sí, muchísimo! Muchísimo. Las herramientas en sí mismas son muy útiles, pero depende de cómo son utilizadas por nosotros. Todas las herramientas de la tecnología son buenas. La cuestión está en quién utiliza y con qué interés e intención. Sería fantástico hacer educación popular por las redes digitales.
– Frei Betto, muchas gracias.
– ¡Gracias Gabriel! Y un abrazo a toda Mendoza y sus buenos vinos.
– Lo esperamos cuando guste con buenos vinos.
– Mis recuerdos de Mendoza, son los recuerdos de los buenos vinos que tiene esa ciudad.