diciembre 3, 2024 2:44 am
“Hay que derrumbar mito de las bondades de la inversión extranjera que lo que genera es retroceso en desarrollo industrial y casusa contaminación ambiental”

“Hay que derrumbar mito de las bondades de la inversión extranjera que lo que genera es retroceso en desarrollo industrial y casusa contaminación ambiental”

Por Fernando Arellano Ortiz

El negativo proceso de globalización económica ha redimensionado a su mayor potencia la extracción de excedentes de la periferia, al tiempo que ha puesto en marcha un criminal proceso de “acumulación por desposesión”, para usar la ya conocida frase del geógrafo británico David Harvey.

Consecuentemente, en esta etapa de consolidación del modelo neoliberal, el capitalismo monopólico se impone la búsqueda acelerada de recursos, especialmente energéticos estratégicos como los hidrocarburos, pero también los minerales clave, así como alimentos, bosques, tierra y agua. A los países capitalistas centrales, el tema de los límites ambientales los inquieta, razón por la cual ven la necesidad imperiosa de controlar los recursos del Sur.

La politóloga colombiana Adriana Cadena Cancino, ha hecho una consistente y detallada investigación sobre la manera cómo vienen siendo apropiados y explotados por empresas multinacionales recursos minero energéticos en territorio suramericano, deteniéndose en un elemento como el litio, cuyas máximas reservas mundiales de este que es considerado el petróleo blanco del inmediato futuro, las ostentan Argentina, Bolivia y Chile.

“La explotación minera en los países suramericanos se hace principalmente a través de concesiones, -explica- por lo que se puede considerar que dichos minerales en lugar de ser de uso estratégico para los países, resultan ser de carácter ‘extratégico’, en el sentido de que son apropiados y explotados por multinacionales en territorio suramericano, cuyos doce países pueden ser señalados por la ausencia casi total, o la enclenque presencia, o déficit de soberanía nacional para proteger los recursos naturales no renovables, que por definición son propiedad del Estado en representación del pueblo o la nación”.

Inversión extranjera: el peor negocio de para los países, el mejor para las multinacionales

Aparejada al expolio de los recursos naturales por parte del capital transnacional en América Latina, está la denominada inversión extranjera directa, que la ortodoxa económica y los gobiernos neoliberales quieren hacer creer que constituye la “salvación” para los países subdesarrollados. Una herramienta eficaz del capital especulativo para perfeccionar la “acumulación por desposesión” son los leoninos Tratados de Libre Comercio (TLC) y sus respectivos capítulos de protección a las inversiones.

Cadena Cancino, tomando como referencia el caso de Colombia, desenmascara los verdaderos alcances de esos acuerdos impuestos por Estados Unidos y los organismos multilaterales de crédito que están bajo su directa orientación.

Las imposiciones del capital monopólico que a través de estos tratados busca salvaguardar sus intereses llegan hasta tal punto de obligar a los Estados que los suscriben a abandonar toda posibilidad de impulsar y promover la industria y la agricultura nacionales, echando por la borda aspectos esenciales como la soberanía alimentaria y la garantía al trabajo digno.

En efecto, hay disposiciones contempladas en los TLC denominados “requisitos de desempeño”, en virtud de los cuales el Estado tiene la posibilidad de exigir ciertas garantías a las empresas transnacionales o de origen del país con el cual se suscribe el tratado, para satisfacer algunas necesidades de tipo económico, laboral, industrial y/o tecnológico. Pues bien, en el caso colombiano, su gobierno en una actitud de total obsecuencia prohibió los requisitos de desempeño, otorgándoles el máximo de gabelas a las empresas extranjeras.

“Es que a través de los requisitos de desempeño, el gobierno pudo haber exigido contenido nacional en la producción extranjera; exigir que se empleara a colombianos; exigir que la inversión no se limite a la explotación minera; exigir la transformación de los recursos naturales que exploten las compañías multinacionales; exigir reinversión de las utilidades; exigir transferencia de tecnología; exigir joint venture entre extranjeros y nacionales; entre otras formas de mejoramiento de las condiciones de la economía nacional”, explica Cadena Cancino.

Pero hay más, agrega esta politóloga: “a partir del mecanismo de solución de controversia contemplado en dichos acuerdos de inversión, hoy Colombia tiene elevadísimas sumas de dinero en demandas internacionales, que a agosto de 2017 ascienden a más de US$23.000 millones, lo que equivale aproximadamente a 67 billones de pesos” ante organismos que fungen de árbitros como el CIADI del Banco Mundial y la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, más conocido como CNUDMI, que por lo general siempre fallan a favor de las transnacionales y en contra de los Estados

Lo anterior, agrega, “nos indica que el gobierno colombiano está llevando a cabo el peor negocio de la historia, pues es mucho más lo que está en disputa por concepto de demandas de las multinacionales contra el país, que lo que anualmente está ingresando por concepto de inversión extranjera directa, que por ejemplo en 2016 se ubicó en algo más de 13.000 millones de dólares”.

La triste realidad de América Latina: recursos nacionales en beneficio de los capitales extranjeros

Para abordar estos aspectos sobre el expolio del capital especulativo en América Latina invitamos a dialogar a Adriana Cadena Cancino, quien se ha dedicado a investigarlos desde la academia.

Esta investigadora social es candidata a doctora en Procesos Políticos, Sociales y Económicos de América Latina, Magíster en Gobierno y asuntos públicos, especialista en Gerencia Financiera, profesional en Relaciones Económicas Internacionales, docente de la Universidad Autónoma y coordinadora de la Mesa Nacional de Pescadores Artesanales de Colombia.

Llama la atención de tu investigación la referencia que haces respecto de que los países suramericanos manejan no solamente el litio sino los recursos naturales desde dos puntos de vista: uno estratégicamente que sería lo ideal; y ahora en la globalización liberal, “extrategicamente” con x, y lo subrayas, ¿para indicar qué?

Sí, cuando hablamos de la estrategia o lo que significa la importancia que tiene la alta demanda de los recursos naturales para la producción mundial, se supone que tendríamos unas condiciones de negociación importantes. Sin embargo, observamos que los gobiernos no están tomando esos recursos como estratégicos para el desarrollo nacional sino que se están concesionando con grandes ventajas para su explotación a las multinacionales que son capitales extranjeros, por lo tanto esto es “extrategico”. Es decir, son recursos que les beneficia a los capitales extranjeros y no a los nacionales.

En las últimas décadas se ha hablado que en América Latina a partir del modelo neoliberal se ha vuelto a la primarización de las economías.  Pero lo que se observa es que América Latina no despegó en su proceso de industrialización. ¿Se puede señalar, en ese sentido, de que el continente no ha salido de su primarización, para no hablar de reprimarización?

Durante el modelo de industrialización por sustitución de importaciones, hubo un avance importante en materia de industria, aunque no hubo nunca un requisito real para las empresas que explotaban recursos naturales los industrializara. Entonces sí se puede decir que, en efecto, no salimos de la primarización, pero ahora acabamos con la industria, retrocedimos, entonces esto nos lleva a pensar que en algún sentido si ha habido un proceso de reprimarización de la economía.

En tu estudio también hablas de la importancia que tendría para Latinoamérica el impulso de una verdadera política para industrializar o darle valor agregado a la explotación de los recursos mineros, y señalas la necesidad de un regionalismo estratégico que estaría sustentado en las cadenas de valor.  ¿En qué consistiría ello; cuál es el significado de las cadenas de valor en el ámbito, por ejemplo,  minero-energético?

Si, más que cadena de valor yo hablaría de cadena de valor regional, es decir que si se unen, si cada uno de los países aportara un recurso o investigación para que los minerales fueran industrializados, pudiéramos manejar soberanamente los recursos naturales para apuntarle al desarrollo regional. Es eso lo que significa la cadena de minerales, cada uno pone un aporte, no dejar concesionar los minerales, no dejar que las multinacionales exploten per sé sin industrializar, sin trasladar tecnología.

Por ejemplo, como hizo China, que cuando realizó su salto hacia la industrialización, digamos el modelo que implementó Deng Xiaoping, lo que empieza a hacer es un cambio de modelo perfecto, diciéndoles a los inversionistas que si quieren participar, en la explotación de minerales, primero que todo tienen que hacer un invento con una empresa local; segundo, deben industrializar; y tercero, tienen que transferir tecnología. De esta manera vamos adquiriendo de capital extranjero y al mismo tiempo vamos aprendiendo.

Los gobiernos tienen que hacer centros de investigación para ir avanzando en el desarrollo de un producto más elaborado, para ello se requiere del nivel regional. Si hay varios países que tienen el mismo recurso natural que cuenta con un fuerte porcentaje de oferta es posible controlar su mercado, pero es inaudito que en América del Sur, el control de los precios de los bienes estratégicos lo manejen las multinacionales mas no los Estados. La manera entonces de generar realmente una integración estratégica es entre los países involucrados.

En ese sentido, tú hablas de la necesidad de proyectar una relación Sur-Sur, ¿por qué?

Sí, porque tendríamos condiciones, por ejemplo, en cuanto a  los recursos naturales, de controlar los precios y la oferta, para lo cual se requiere un desarrollo mayor. Se requiere, además, cooperación entre los países Sur-Sur para que esto se pueda dar, porque no puede continuar que las naciones desarrolladas sean las que controlen todo.

Adriana-Cadena2En América Latina, los gobiernos de derecha fundamentalmente están arrodillados al capital transnacional y tal parece que nuestros pueblos estuviéramos condenados a otros “cien años de soledad”, ¿no te parece?

Sí, lamentablemente es así, la posición ideológica es fundamental en los procesos de integración y ahora con el retroceso que hubo de los gobierno progresistas en América del Sur pues se echaron para atrás los esfuerzos integracionistas y de complementación enmarcados en el desarrollo y no solamente en el tema de comercio.

¿En ese sentido, la integración sería un elemento fundamental para la segunda emancipación de nuestros pueblos?

Así es, la integración es necesaria porque cuando uno ve el mundo, este ya se comporta es en regiones. Los Estados siguen siendo la unidad más importante del sistema pero cuando se ve cómo está funcionando el comercio, las estrategias regionales, las cadenas globales de valor, todo eso tiene que ver con regionalismos o con la regionalización.

¿Con la conformación de bloques?

Sí, la conformación de bloques a través de procesos de regionalización. Entonces, no se puede actuar solo, eso ahora es imposible. Cuando uno negocia por ejemplo un TLC, Colombia versus Estados Unidos, la disparidad es muy grande, la asimetría es grandísima.

La Alianza del Pacífico, integrada por gobiernos neoliberales, no está mirando este tipo de temas, no es una integración sino es un acuerdo para favorecer el capital transnacional, ¿tú lo verías así?

Sí, es para favorecer el capital transnacional, aunque tiene algunos temas estratégicos que es mirar hacia el Pacífico para buscar comercio, pero eso es bilateral, también hay que traer importaciones, no solo exportaciones y el problema es el nivel de competitividad de nuestros países que están muy por debajo; pero sí, la Alianza del Pacífico no favorece el tema de desarrollo industrial porque se basa en plataformas de exportación, en la inversión extranjera directa, en la atracción de inversiones; por lo tanto, todas esas “buenas practicas” de la OCDE y esa intención de entrar a este organismo internacional solo tiene como fin que los capitales se inviertan seguros en estos países. Pero ni una cosa, ni la otra. La inversión extranjera que está viniendo, por lo menos a Colombia, no es la que se requiere para un desarrollo porque prácticamente está enfocada a temas de servicios, que tienen un aprendizaje con tendencia cero, servicios que son de hoteles, de restaurantes y demás.

En uno de sus libros, el profesor de la Universidad de Harvard, Dani Rodrik, demuestra que la inversión extranjera es un mito, en el sentido de que la misma no contribuye al desarrollo social o industrial de un país, como ocurre en Colombia, en donde las grandes plataformas de explotación de recursos de importantes operadas por transnacionales que están localizadas en diversas regiones, no se han revertido en progreso para las comunidades. ¿Ese discurso de que la inversión extranjera es una gran bendición, no termina siendo demagogia?

Claro que sí es demagogia porque la imposición en los acuerdos de comercio y de inversiones que obligan a que los países periféricos atraigan inversión extranjera pone más restricciones al desarrollo local, lo que está generando un retroceso en el nivel de desarrollo industrial y aparte de eso causando contaminación y otros problemas colaterales.

En los tratados de libre comercio o acuerdos de inversiones se contemplan los denominados requisitos de desempeño. Durante los últimos  dos gobiernos en Colombia (el de Uribe y el de Santos) se han prohibido expresamente esos requisitos de desempeño en los tratados comerciales que han suscrito. ¿Qué son, en qué consisten y cuáles son sus alcances?

El requisito de desempeño es un aporte que podría darse. En las negociaciones de inversión el gobierno puede negociar condiciones para favorecer el desarrollo local, regional, la industrialización, la transferencia de tecnología, a través de figuras como los joint venture (inversión conjunta), etcétera. Si vienen multinacionales, el gobierno les podría exigir este tipo de requisitos de desempeño, como también que su inversión tenga contenido local o regional para que una parte de la producción jalonara el desarrollo industrial. Sin embargo cuando se lee, por ejemplo, el capítulo de inversiones de los tratados de libre comercio (TLC) que suscribió Colombia con Corea, Estados Unidos, Canadá, y también el que se está negociando actualmente con Japón, explícitamente dice que se prohíbe algún requisito de desempeño. Es decir, es el propio gobierno colombiano el que  pone un requisito de este nivel para frenar y desfavorecer el desarrollo local y nacional.

Entonces, son gobiernos apátridas…

Apátridas absolutamente, genuflexos, sí vende patrias, claro que sí, porque estos requisitos de desempeño que servirían para el desarrollo en término de inversiones se están negando, se están prohibiendo por los propios gobiernos. Lo único que se permite, lo único que se exige al inversionista es que capacite a la gente, a sus trabajadores siempre y cuando no se transfiera un nuevo conocimiento, dice así claramente en los tratados de inversión. Ni siquiera se exige que los empleados que contrate la multinacional sean colombianos, ni siquiera eso.

¿Los tratados de libre comercio también llevan un capítulo referido a los acuerdos de inversión? ¿Cuáles son sus alcances?

Son leoninos porque lo que pretenden es dar seguridad jurídica a los capitales internacionales pero en su contenido no hay aspectos que realmente estén favoreciendo el desarrollo local y nacional. Aparte de eso hay otras cláusulas que prohíben los subsidios o estímulos para impulsar las exportaciones o temas de propiedad intelectual porque restringe la posibilidad de generar tecnología o transferencia de ésta. En síntesis, estos acuerdos lo que hacen es favorecer la política industrial de los países desarrollados. Y aparte de eso exigen que la solución de controversias esté a cargo de supuestos organismos de arbitraje como el CIADI que pertenece al Banco Mundial y la CNUDMI que es la Comisión de Naciones Unidas para el Desarrollo Mercantil Internacional.

Que son organismos creados para favorecer las necesidades e intereses de las transnacionales…

Absolutamente, esos organismos favorecen directamente a las multinacionales para que puedan reclamar ante cualquier modificación. Una cláusula que se contempla en estos tratados de inversión que medio se modifique o se cambie o que ellos sientan que se cambia es motivo de sanción. Y hay una cosa terrible que es el termino de inversión; cuando uno habla de la definición de inversiones es una algo supremamente amplio. Incluso, las perspectivas de ganancias así sean a 100 años constituye inversión. Entonces, cuando por ejemplo, hay una intención de darle una concesión minera de oro, como en el caso del páramo de Santurbán, ya tenemos una demanda internacional porque no ha habido claridad del Estado sobre cuáles son los límites para la concesión, por lo tanto y de acuerdo a su parecer, ahí ya hay retrasos y perjuicios. Ello evidencia que no hay un trato justo y equitativo, todo eso, todo ese clausulado tiene una cosa que implica una posibilidad de sanción para el  Estado.

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¿Los países de América Latina gobernados por la derecha, su economía se sustenta en la financiarización, en la especulación del capital, por lo  que está muy lejos de proyectarse el fomento a la industria y la agricultura?

Sí, claro, porque para fomentar la industria necesariamente tiene que haber una política interna de apoyo a través de subsidios, con una legislación de respaldo a lo nacional frente a lo extranjero y con esos tratados de inversión y los TLC no se puede hacer, no hay posibilidades. Son acuerdos que limitan la posibilidad de generar una política de desarrollo nacional, porque de lo contrario, el país es objeto de sanciones y de demandas ante el CIADI.

¿Eso quiere decir que si no hay un cambio de modelo económico en América Latina, apague y vámonos?

Sí, porque no se está tomando la inversión como debe ser. Si hubiera esos requisitos de desempeño de verdad sería importante porque jalonaría el desarrollo con las inversiones extranjeras, pero cuando se prohíbe eso, cuando no se obliga a las inversiones, no se le da un condicionamiento mínimo para que venga a explotar, es prácticamente imposible lograr avances. Así no se puede, pues es como poner a competir a una multinacional con una pyme. Las pymes tienen una duración de 5 años. Uno a 3 años, las más grandecitas a los 5 años mueren, eso es lo que está estimado en Colombia y del 80% del empleo está supeditado a las mipymes.

¿A partir de todo este sombrío panorama lo que obliga es una nueva arquitectura financiera regional?

Más que una nueva arquitectura financiera yo diría que lo que hay es que renegociar esos tratados, un TLC se denuncia y en seis meces está listo, se va. Los de inversiones no, son más demorados, una vez que se denuncian dura entre 10 a 15 años, como lo hizo Evo Morales en 2007, pues Bolivia se salió del CIADI y ahora está tratando de sacarse esos tratados bilaterales de inversión y demás. El primer paso entonces es renegociarlos, tanto los acuerdos internacionales de inversión como los tratados de libre comercio. Renegociarlos o denunciarlos y acabarlos, pero con el modelo que tenemos hoy impuesto de afuera hacia adentro es muy difícil realmente que esto se dé. Tendría que haber un cambio total de ideología, de Estado, de gobierno.

El gobierno del presidente Juan Manuel Santos tiene un discurso muy bonito para “vender” la idea de que Colombia debe ingresar a la OCDE que es la organización publicitaria del neoliberalismo y que eufemísticamente la presentan como la de “las buenas practicas económicas”. ¿En tu concepto, qué significaría el ingreso de Colombia a la OCDE?

Que los presidentes colombianos vayan a un club fino a tomar buen whisky, no más.  Creo que para Colombia es un despropósito el ingreso a la OCDE.

¿Es la entrega total del país al capital transnacional?

Exactamente, hay que mirar los niveles de desarrollo de los países que hacen parte de ese organismo. No considero que lo que impone la OCDE sea lo que requiere este país.

América del Sur con las mayores reservas mundiales de litio

Ahora entremos en materia respecto de tu investigación. ¿Qué te motivó a hacer la investigación respecto de un recurso geoestratégico como es el litio?

Primero que todo el hecho de que América del Sur tiene las reservas más grandes de litio en el mundo, más o menos el 86% posee esta región entre Bolivia, Argentina y Chile. Otra cuestión es que no solamente en litio sino en otros recursos naturales tenemos una posición inmejorable como es, por ejemplo, la del niobio. Brasil tiene el 98% del niobio mundial

¿Y para qué sirve el niobio?

El niobio sirve para toda la industria aeroespacial, para cohetes, muy importante, necesaria entonces, por ejemplo para América del Sur, si realmente se uniera. Alí Rodríguez Araque cuando era secretario general de Unasur, planteaba hacer una especie de OPEP de recursos naturales y de minerales en América del Sur por las condiciones favorables que tenemos de controlar estos recursos estratégicos de altísima demanda mundial. Si bien América del Sur los está proveyendo no está ganando lo que debería porque estamos en el  inicio de la cadena de valor. Ante esta gran posibilidad que tiene la región me decidí a estudiar el litio porque es el petróleo blanco del futuro. Dentro de poco empezará el boom del litio.

O sea, que posteriormente ya no va a ser Venezuela uno de los países acosados por las grandes potencias económicas sino serán otras naciones que tendrán la posibilidad de producir litio, como es el caso de Argentina, Chile, Bolivia, donde se va a concentrar la atención…

Sí, la atención ya está puesta en ellos, solamente que Chile y Argentina son amplios con la inversión extranjera y por lo tanto las multinacionales están dominando toda la exploración y explotación.

¿Ya hay exploración y explotación?

Claro, y son empresas estadounidenses, de China, Japón y Corea del Sur que están dominando la explotación. Canadienses y australianas son las empresas importantes en materia de explotación del litio.

¿Y los términos de esos contratos son de expolio? O sea, como ha sido tradicional en América Latina, que las transnacionales vienen, saquean el recurso y dejan cualquier centavo al Estado. ¿Esos son los términos de los contratos de exploración y explotación de litio?

En Argentina de hecho les quitaron un impuesto que tenían para la explotación de recursos naturales, el presidente Macri lo acabó de derogar, por lo tanto, esto también da más apertura al capital. Su gobierno le ha dado mucha apertura al capital extranjero para que se quede con concesiones del litio. Diría que el 99% del litio argentino ya está concesionado a empresas multinacionales.

En Chile la cosa es más grave porque desde 1980 hicieron una alianza con una empresa estadounidense que se llamaba Futa Minerals y determinaron que no debía pagar impuestos. Esta empresa que era la encargada de generar el litio para las bombas de hidrógeno y tenía que ver con la bomba nuclear, fue comprada y reemplazada por otras y se ha quedado Estados Unidos finalmente con su propiedad. Entonces, desde 1980 la explotación de este mineral a través de esta empresa que ahora se llama Sociedad Chilena del Litio, no paga impuestos de renta ni de arrendamiento. Hay otra empresa que es SQM que tiene dineros chilenos y es del yerno de Pinochet. Ellos la tienen desde 1995 y pagaron impuestos de venta más o menos hasta el 2016 por 406 millones de dólares en la explotación y por arriendo más o menos unos 206 millones de dólares.

¿Y en el caso boliviano?

El caso boliviano es el único en el que por disposición del presidente Evo Morales el litio es totalmente del Estado. Desde el 2006 su gobierno dio la directriz de que la Comibol (Corporación Minera de Bolivia) sea la empresa que explote ese recurso. En consecuencia, es el único Estado que realmente está generando un proyecto estratégico para el desarrollo del país aunque van un poco atrasados los planes y proyectos de la explotación porque lo que quieren es generar baterías de ion líquido y para ello tuvieron que importar tecnología china. Están buscando alianzas estratégicas pero siempre y cuando la mayoría en la participación la tenga Bolivia.

Si bien el litio va a ser un elemento determinante en el ámbito de la energía, ¿existe  la posibilidad de que vaya a sustituir un hidrocarburo como el petróleo?

Hay planteamientos que señalan que para el 2040 las reservas de petróleo van a disminuir en gran cantidad en el mundo, por eso hay un reemplazo y sería el litio.

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