octubre 4, 2024 9:35 am
Israel: un paria en busca de aliados

Israel: un paria en busca de aliados

Pablo Jofre Leal / Telesur

En agosto del año 2016, Sima Vaknin, directora del ministerio de asuntos estratégicos del régimen sionista declaró que “todo el mundo ve a Israel como un régimen paria y que el trabajo que se debe realizar es cambiar esa visión al cabo de una década”.

Para ello, la entidad sionista encargó, a la propia Sima Vaknin y al Ministerio de Seguridad Interna y Asuntos Estratégicos presidido por Gilad Erdan, la conformación de un equipo multiministerial, que permitan la creación de una “nueva narrativa que obligue al mundo a respetar al régimen israelí”. Bajo ese prisma, sin duda, que desde el inicio esta misión está destinada al fracaso, pues no se puede “obligar” al mundo a mirar con simpatía ni ofrecer apoyo a un régimen colonizador, racista y criminal como el israelí. Las alianzas no se compran sin que ello signifique una precariedad, que se rompe a la primera de problemas. “Queremos que la mayor parte del trabajo del ministerio de asuntos exteriores sea clasificada” declaró Vaknim. Esto,  pues existe una gran “sensibilidad y no puedo incluso discutirlo en público, ya que  gran parte de lo que hacemos está debajo del radar”

Tiene razón la funcionaria Israel, pues el mundo: que es hablar de sus organizaciones y movimientos sociales más que sus gobiernos consideran a Israel como un paria. Una entidad cuya conducta está fuera de las normas que la comunidad internacional se ha dotado. Por ello, un régimen de estas características debe esforzarse – en forma estéril en su caso – por tratar de revertir tal visión. Difícil para quien tiene en esencia una conducta criminal, bajo los más disímiles argumentos, violador de los derechos humanos del pueblo palestino cuyo territorio tiene bajo ocupación y que no ha cumplido ninguna de las 86 resoluciones emanadas de las Naciones Unidas desde el año 1948 cuando es artificiosamente creada como entidad.

Un viaje oportunista

Benjamín Netanyahu, Primer Ministro Israelí está cumpliendo ese guión señalado por Sima Vaknin y por primera vez se encuentra en suelo latinoamericano. A partir del 11 de septiembre inició un viaje por las capitales de tres países latinoamericanos: Argentina, Colombia y México como paso previo a su presencia en Estados Unidos, para la reunión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Un periplo, claramente oportunista, teniendo como objetivo el lograr apoyos políticos para un régimen fuertemente criticado por gran parte de la comunidad internacional y que en la próxima sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas lo tendrá, crónicamente, como protagonista de una nueva condena por su  política de ocupación de la palestina histórica desde el año 1948 y la Ribera occidental y los Altos del Golan  desde la guerra de Junio del año 1967, junto al bloqueo de una década ya de la Franja de Gaza. Lo único claro es que Trump y sus funcionarios en la ONU, entre ellas la Embajadora de Estados Unidos ante ese organismo,  Nikki Haley se la jugarán por revertir el rechazo mundial al sionismo.

La presencia de Netanyahu a tierras latinoamericanas indigna a los movimientos sociales y políticos opuestos a la labor colonizadora y acciones criminales de Israel. Su presencia poco grata ha extremado las medidas de seguridad, para garantizar que Netanyahu no sufra la indignación popular frente a sus crímenes de lesa humanidad y sobre todo la complicidad en materia de alianzas políticas con lo más extremo de los partidos políticos ultraderechistas latinoamericanos. Organizaciones y movimientos políticos, sociales, gremiales, estudiantiles y defensores de derechos humanos se han manifestado contra esta visita catalogando a Netanyahu Persona Non Grata y calificado como “Genocida” por el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino en su convocatoria a las marchas de repudio a la presencia del Premier israelí en Buenos Aires y sus encuentros con Macri.

Buenos Aires se ha visto sacudido por las muestras de rechazo al representante del sionismo. Esto en un país donde la población judía sobrepasa las 180 mil personas, pero que también ha expresado a través de organizaciones de esa religión, su rechazo a la ocupación de Palestina. Un comunicado del Llamamiento Argentino Judío firmado por su presidente, Jorge Elbaum, expresó su “preocupación” por la visita del “máximo responsable de la continuidad de las políticas coloniales de ocupación del territorio palestino” Por su parte, la agrupación J-AmLat Argentina, condenó “por principios humanistas la ocupación de Palestina” desvirtuando de este modo el símil interesado que agrupaciones sionistas desean establecer entre las críticas a la ideología sionista asimilándolas a críticas y persecución la judaísmo, acusando incluso de antisemitas a quienes se atreven a condenar la política criminal del sionismo.

No es casual que el premier israelí visite Argentina, cuyo presidente Mauricio Macri no ha oculta su simpatía por el régimen sionista. Se recuerda con especial interés su participación en la 29 Conferencia Internacional de Alcaldes celebrada en Al Quds – Jerusalén ocupada –  en junio del año 2014 cuando Macri ocupaba el cargo de jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En aquella ocasión, se cimentaron los lazos entre el millonario argentino y Netanyahu. “Quiero que la Argentina sea socia de Israel; tenemos muchos puntos para desarrollar, aprendiendo de su experiencia en innovación en alta tecnología y en programas de inclusión, fundamentalmente a lo que hay que sumar su trabajo en materia de sistemas seguridad” sostuvo un exultante Macri, quien sin dudas tiene un concepto errado de lo que significa inclusión, considerando la política de apartheid desarrollada por el régimen sionista con el pueblo palestino.

Macri prometió, en aquella oportunidad, que si llegaba a la presidencia, buscaría que Argentina se convirtiera en un aliado estratégico de Israel y puente con Latinoamérica, comprometiéndose además a que la relación con la República de Irán – que tuvo un gran avance bajo los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández – se iba a reducir al mínimo. Apenas ocupó la presidencia Macri cumplió la promesa hecha a Netanyahu y derogó el memorándum de entendimiento firmado por el gobierno de Cristina Fernández con Irán y estrecho los lazos con el sionismo.

A esta ofrenda entregada al régimen israelí, se sumó la firma de una serie de compras de material de guerra por parte de Argentina, entre ellas lanchas de patrullaje artilladas – de la clase Shaldaq – sistemas integrados de cruces fronterizos terrestres, junto a al entrenamiento de fuerzas de seguridad argentinas a manos de militares israelíes. Todo ello negociado personalmente por la Ministra de Seguridad Patricia Bulrich en los territorios ocupados palestinos a fines del año 2016 y que significan alrededor de 200 millones de dólares del presupuesto de la nación.

La marca de Caín en el rostro de Netanyahu

Con Netanyahu y su séquito político y empresarial en suelo argentino las críticas arreciaron. El ex Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel rechazó la llegada al país de Netanyahu, al asegurar que “brinda protección a un represor de la última dictadura argentina. No sólo él mismo está acusado de haber cometido crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional por matar civiles bombardeando escuelas, hospitales y mezquitas de Palestina, sino que además le brinda protección a un represor de la última dictadura argentina” signando con ello la negativa de Tel Aviv de extraditar a Teodoro Aníbal Gauto, ex agente del Batallón 601 y quien se refugió en Israel contando con la protección del régimen sionista.

Para Pérez Esquivel, la conducta de Macri no le resulta extraña, pues se trata de una persona “que se ha empeñado en desconocer los 30 mil desaparecidos por la dictadura militar, en minimizar la política de DDHH, y desconocer la desaparición forzada de Santiago Maldonado, y eso permite que tenga buenas relaciones con un protector de represores. No es casual que no hablen de terrorismo de Estado”. Recordemos que Israel es uno de los regímenes con mayor vínculo con organismos de seguridad dedicados a la represión en Latinoamérica. No sólo durante la época de las dictaduras militares, sino que en periodos de democracia representativa como se ha visto en países como la misma Argentina, Colombia, México, Perú y Honduras a través de organismos de fachada del Mossad israelí, como es la empresa CST Global. Registrada legalmente en la ciudad de Petaj Tikva – en la Palestina ocupada – y presidida por el ex general Israel Ziv y por el ex Brigadier Yosi Kupperwasser quien se desempeñó como Jefe del Departamento de Investigación del Servicio del Servicio de Inteligencia del Servicio de Inteligencia Sionista.

A pesar que Macri y Netanyahu no tenían en agenda hablar de terrorismo de Estado, de la ocupación de Palestina, de colonialismo y represión. Menos aún de complicidad frente a la violación de los derechos humanos – porque ello se da por hecho – la sociedad argentina se lo ha hecho notar en cada esquina. Carteles que sindican a Netanyahu de genocida se dejaron ver con toda su carga de verdad en las calles y en las redes sociales. La ocupación parece haberse trasladado a las calles de Buenos Aires donde miles de policías fueron desplegados, con el tránsito cortado dando paso a una ciudad sitiada, para impedir que miles de manifestantes se acercaran a lugares como la Casa Rosada, la Plaza San Martin y señalando a Netanyahu como violador de los derechos humanos y criminal de guerra. Los oropeles de hoteles y agasajos oficiales no quitan la marca de Caín que lleva este político israelí en su rostro.

La visita de Netanyahu a Latinoamérica, fuera de la firma de acuerdos y convenios propios de estos acontecimientos, tiene una connotación mayor: tratar de revertir el aislamiento internacional que vive la entidad sionista. Reconocido así por sus propios dirigentes quienes ven con temor, no sólo el avance de la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones – BDS – que la sociedad civil palestinas y organizaciones del todo el mundo están implementando contra el régimen sionista y que genera multimillonarias pérdidas económicas, sino también la consolidación del carácter de paria de un régimen que viola las normas internacionales y que día a día se hunde en un marasmo de crímenes contra el pueblo palestino de forma absolutamente abyecta, despreciable y vil. Unido a ello está el objetivo de tratar aunar voluntades contra irán y hacer fracasar e acuerdo nuclear que firmó este país con el G5+1. La iranofobia es parte también de este viaje.

Visitar Argentina y recibir los palmoteos afectuoso de Macri, luego viajar a Colombia y ser agasajado por el presidente derechista Juan Manuel Santos, son placeres que Netanyahu desea recibir en momentos que su propio gobierno es sacudido por acusaciones de corrupción. Es tratar de salir de la condición de paria en forma personal y como país. En Colombia Benjamín Netanyahu se verá las caras con un viejo amigo, un fiel aliado de Israel. Un político que en su época como Ministro de Defensa del ex Presidente Álvaro Uribe firmó contratos millonarios con la empresa CST Global para la lucha contra la guerrilla colombiana de las FARC y evaluar “potenciales peligros provenientes de Ecuador y Venezuela” bajo las presidencias de los ex presidentes Rafael Correa y Hugo Chávez respectivamente.

Un Santos que en un video promocional de Global CST, presenta así a esta empresa: “son personas con mucha experiencia; ellos nos han estado ayudando a trabajar mejor. Es como esa persona que está en el gimnasio, y cuando usted va y hace ejercicio le indica cómo hacerlo mejor.” Nuevos elogios son ofrecidos por santos en esta ocasión para la entidad sionista, en un programa de televisión israelí en el que Santos declara: “Nosotros hemos sido acusados de ser los israelitas [sic] de América Latina, lo cual a mí personalmente me hace sentir muy orgulloso.” Un Santos que en agradecimientos al apoyo en labores de inteligencia y lucha contra la guerrilla firmó un Tratado de Libre comercio con Israel, pasando por alto todas las restricciones que existen con una entidad que ocupa territorio palestino y desde donde exporta una serie de productos que llegan al mercado colombiano.

Un Tratado firmado el año 2013 y donde Santos, en su primera visita oficial en su papel de Primer Mandatario colombiano selló su alianza con Israel reafirmando su condición de “aliado más fiel”  Recordemos que ese año 2013 Colombia, junto a Guatemala y Paraguay se abstuvieron en la votación, que permitía a Palestina ingresar a la ONU como Estado Observador no miembro.  “Ustedes se han negado a unirse a la mayoría automática contra Israel en la ONU. Ustedes son, como nosotros, una democracia que lucha contra el terrorismo. Queremos ser de ayuda, en todos los sentidos que podemos, dada nuestra experiencia” afirmó  un agradecido Netanyahu en esa oportunidad, tras encontrarse con Santos en la Palestina histórica ocupada. Cuatro años después de esa fecha, Netanyahu le devolverá la mano a Santos visitando Bogotá y tratando de convencerlo de nuevo que Israel es la “única democracia de Oriente Medio” con que suele vestirse el sionismo, mientras detrás del Muro siguen asesinado y a la población palestina. En Colombia, Netanyahu volvió a repetir sus temores respecto a irán demostrando que la nación persa le quita el sueño permanentemente.

Tras Colombia, Netanyahu aterrizó este 14 de septiembre en México donde se entrevistará con uno de los presidentes más impopulares del continente: Enrique Peña Nieto, sumergido en un mar de acusaciones contra su gobierno por violaciones a los derechos humanos, corrupción y sometimiento a los dictados de la administración de gobierno estadounidense presidido por Donald Trump. Su entrevista con Peña Nieto deberá, sí o sí mencionar el polémico Tuit que escribió Netanyahu por el tema del muro que Trump desea ampliar en la frontera con México “Trump está en lo correcto. Gran idea” sostuvo torpemente Netanyahu, haciendo alusión a la propia contumacia israelí de seguir ampliando el muro de apartheid en los territorios palestinos ocupados, que ha generado la repulsa mundial y resoluciones exigiendo su término. Con México, la entidad sionista tiene firmado un Tratado de Libre Comercio desde el año 2000 y parte importante de la misión de Netanyahu es también ampliar dicho acuerdo y tratar de blindarlo  frente  a la campaña del BDS que se está implementando en el mundo.

Tras Argentina, Colombia Y México, el Primer Ministro Israelí visitará Estados Unidos donde se reunirá en sus clásicos encuentros con el lobby judío en ese país agrupado en el llamado Comité de Asuntos Públicos Israelí- estadounidense – AIPAC por sus siglas en inglés. Se entrevistará con Donald Trump y nuevamente tendremos su presencia en un organismo al cual no debería pertenecer: la ONU. No sólo por su condición de paria, sino por sus violaciones constantes a los derechos humanos del pueblo palestino, a su apoyo a organizaciones terroristas como Daesh, Fath al Sham y otras que operan contra los gobiernos de Siria e Irak. A lo que se suma su estrecha alianza con la Casa al Saud y su ideología extremista como es el wahabismo.

Una entidad que debe ser expulsada del máximo organismo internacional por su labor desestabilizadora de la paz en Oriente Medio y sobre todo por su carácter de ocupante de territorios, que no le pertenecen, bajo el amparo de una ideología criminal como es el sionismo. Es importante que estos viajes sean vistos como lo que son: limpieza de imagen, actividades oportunistas previo a la Asamblea General de Naciones Unidas y tratar de seguir comprando apoyos en base al lobby sionista que suele practicarse desvergonzadamente. La marca de Caín que lleva Netanyahu en su rostro es demasiado evidente para tratar de lavarla con un poco de relaciones públicas.

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