EDITORIAL TSC /
No le falta razón a la senadora del Pacto Histórico, Clara López Obregón, cuando el pasado viernes 27 de septiembre durante un encuentro del sector Unitarios en Neiva, señaló que “varios de los gremios económico se desenvuelven como actores políticos” para contribuir a desestabilizar el Gobierno del presidente Gustavo Petro, siguiendo en ese sentido el libreto a pie juntillas, de los sectores de oposición de la derecha.
La congresista agregó que el señor “Bruce McMaster, presidente de la ANDI y del Consejo Gremial actúa como actor político”.
Las afirmaciones de la senadora López Obregón se reconfirman al observar los “invitados” al reciente Congreso de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), realizado el pasado viernes 27 de septiembre en la ciudad de Barranquilla.
El uribismo en pleno, todos los alcaldes que hacen férrea oposición al presidente Petro, y para completar, la participación de la agente de Washington en Caracas, María Corina Machado fueron los invitados “especiales” del presidente del gremio de comerciantes, el exministro pastranista Jaime Alberto Cabal Sanclemente, primo para más señas, de la senadora de tesitura fascista, María Fernanda Cabal Molina.
El Congreso de Fenalco se convirtió en un escenario de oposición política al Gobierno Petro. Todos los “expositores”, actores políticos de la oposición, lanzaron sin excepción, todo tipo de ataques, infundios e invectivas contra el primer mandatario y su gestión.
El presidente del gremio, Cabal Sanclemente, señaló que en solo dos años el país con el Gobierno Petro ha retrocedido 30. Y no solo eso, lanzó una serie de mentiras, entre ellas que “el 60 % de los empresarios ha considerado la posibilidad de abandonar el país en los últimos dos años”.
Sin embargo, lo que muestran las cifras que sí son objetivas, es todo lo contrario. Confecámaras, que lleva el registro de las empresas activas, certifica que en 2023 se crearon 305.997 nuevas empresas, y en el primer semestre de este año, otras 174.937: total 480.034.
Cabal Sanclemente que convirtió a Fenalco en un escenario de oposición del uribismo y la ultraderecha, agregó que su dato, “refleja la creciente preocupación del sector empresarial frente a la situación económica y política actual”.
En contraste, el dato oficial de Confecámaras dice todo lo contrario… ¿A quién creerle? ¿Al lenguaraz o la agremiación que, por ley, lleva el registro empresarial?
Las directivas de Fenalco, de esta manera, buscan manipular tanto a la opinión nacional como a los medianos y pequeños comerciantes.
Lo definitivo es que esta agremiación con su brazo político, el uribismo y sus coidearios de la derecha, está hecha a la medida de los grandes intereses económicos del gran capital, por ello se opone de manera categórica a las reformas pensional y laboral, así como a toda política de transformación que contribuya a disminuir la obscena desigualdad social y la inequidad rampante en la sociedad colombiana.
Al asumir el rol de escenario de disputa política alejado de la verdadera función de reivindicar los intereses particulares de sus afiliados, se ha desfigurado en Colombia el verdadero sentido gremialista, como lo demuestran los casos de la Andi y Fenalco, convertidos hoy en partidos políticos de facto.