Por Octavio Quintero
Si el proceso de recuperación económica y social de Portugal hubiera estado en manos de un neoliberal, los medios de comunicación tuvieran inundada a Europa y el mundo con la narrativa de sus éxitos… Pero como el milagro portugués ha sido el resultado de la gestión de un primer ministro de tendencia socialista, Antonio Costa, apoyado por el comunismo y el bloque de izquierda, los medios corporativos internacionales tienen apagados los reflectores.
Pero la opinión pública va cambiando, no tan rápido como fuera deseable. Ahora, en vísperas de elecciones de un nuevo presidente del Eurogrupo, el portugués, Mário Centeno, ministro de finanzas, parte como favorito en los círculos de Bruselas, avalado por los resultados económicos de Portugal desde que asumiese la cartera en noviembre de 2015, hace dos años.
Portugal estaba sumido en una crisis económica en manos del neoliberal Passos Coelho, y la situación resultaba tan dramática que, tras las elecciones del 2015, el presidente Covaco Silva, encargó a Antonio Costa, formar gobierno, a pesar de no haber ganado las elecciones.
El resultado, al cabo de dos años, es todo un éxito. No solo esa alianza de izquierdas ha sacado del fango a Portugal, sino que probablemente con el ministro Centeno a la cabeza del Eurogrupo tiene la oportunidad de consolidar la moneda oficial de la Unión Europea: el euro.
El Eurogrupo, para relacionarlo un poco con nuestra praxis monetaria, es como la Junta Directiva de un banco central, pero en este caso multinacional, integrado por los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE), encargados de asegurar una estrecha coordinación entre las políticas económicas de los Estados miembros y fomentar condiciones propicias para un crecimiento económico más intenso. La coordinación de las políticas de la UE es crucial para garantizar la estabilidad de la zona del euro en su conjunto.
Al anunciar su candidatura a última hora, Centeno dijo: “Nuestra ambición pasa por promover el mayor proyecto de la Unión Europea de las últimas décadas. Debemos avanzar en la UE y en el fortalecimiento del euro”.
Y como anécdota, en los medios europeos se dice que de salir elegido, sería la venganza portuguesa al actual presidente del Eurogrupo que termina su periodo en enero del 2018, el holandés Jeroen Dijsselbloem, quien en marzo declaró que los países del sur (Portugal, entre ellos), “se gastan el dinero en vino y mujeres y luego piden socorro”.