Por Marcelo Izquierdo / El Telégrafo
El desempleo en el país llegó a 9,2% en el primer trimestre del año. Una marea humana se volcó a los locales de una cadena de supermercados en Buenos Aires para obtener el 50% de descuento. La inflación es de 12%.
“Somos rehenes de esta política económica”. El hombre luce tranquilo, pero indignado. Está virtualmente retenido hace 40 minutos por personal de seguridad privada en un supermercado de las afueras de la ciudad de La Plata, 60 kilómetros al sur de Buenos Aires.
No lo dejan salir del local, como a otras decenas de personas. No cometió ningún delito. Ni siquiera protestó a viva voz por su ‘detención’ ilegal. Acababa de hacer sus compras y pagó con su tarjeta de crédito del Banco Provincia (Buenos Aires), que cada segundo miércoles del mes ofrece en promoción extraordinaria un descuento de 50% en compras superiores a 3.000 pesos ($ 180) en supermercados del distrito. El único requisito es pagar con una tarjeta de crédito o de débito del banco.
Afuera, cientos de personas pugnaban por entrar. Eran todas de clase media o trabajadores que sufren la crisis. Pero el local colapsó ante la oleada masiva de clientes que querían aprovechar el descuento increíble cuando el dinero no alcanza para llenar el ‘changuito’, como popularmente llaman al carrito de los supermercados en Argentina.
Las filas llegaron a ser de ocho cuadras. Las personas se peleaban por conseguir un carrito que cotizaban a precio oro. “Te roban los changuitos. La gente está aquí por necesidad”, se quejó una mujer, de 40 años.
Los clientes llegaban desde las 05:00 del miércoles 12 de julio, tres horas antes de la apertura del local, bajo una llovizna persistente en pleno invierno austral. El supermercado se vio obligado a cerrar a las 19:00, una hora antes de lo previsto, por temor a incidentes. La Policía fue llamada de urgencia para resguardar la seguridad.
“Por supuesto que rinde la compra. Pero es inhumano”, dijo con tristeza una ama de casa ante las cámaras del canal de noticias C5N.
El hecho sucedió el miércoles en el supermercado mayorista Nini de la ciudad de Tolosa, en las afueras de La Plata. Pero se repitió en decenas de localidades de la provincia de Buenos Aires. Los clientes se llevaban de todo, pan, leche, productos de higiene, latas de conservas… No cabía más nada en cada carrito.
Las personas se peleaban para llevarse el mejor producto. Eran escenas propias de un país en crisis alimentaria, como Venezuela. Pero todo sucedió en una nación de 40 millones de habitantes que produce alimentos para 140 millones.
“La gente necesita comprar (con descuento) porque no tiene un mango (dinero). Quiere ahorrarse 1.500 pesos en la compra ($ 90) porque no tiene para comer. La gente no se va porque no tiene para comer”, gritó un hombre en la puerta del local.
Las repercusiones en Twitter se viralizaron. Un usuario escribió: “Cuadras de cola por un carro y otras tantas para entrar a comprar en Nini, Venezuela, allá vamos”.
En lo que va del año, la inflación del país acumula el 12% en los primeros seis meses del año, a lo que se le suma el 40% de 2016. El desempleo llegó a 9,2% en el primer trimestre de 2017. Además, uno de cada tres argentinos es pobre y seis de cada 10 niños sufren carencias, según un informe de la Universidad Católica Argentina.