Por Fernando Arellano Ortiz, enviado especial
Quito
Representantes de diversos gobiernos y sectores políticos que asisten al Tercer Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP-2016) que se realiza en la capital ecuatoriana entre este 28 y el 30 de septiembre, se pronunciaron durante su instalación, sobre el momento histórico que vive Colombia, tras la suscripción de los acuerdos de paz y la realización del plebiscito que los refrendará este 2 de octubre.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa Delgado; el secretario general de Unasur, Ernesto Samper Pizano; dirigentes del movimiento oficialista Alianza País; intelectuales como el argentino Atilio Boron y la chilena Marta Harnecker, coincidieron en expresar su decidido apoyo al proceso de reconciliación e hicieron votos porque este domingo haya una copiosa votación en favor del Sí en el plebiscito.
Durante su intervención en el acto de instalación del ELAP 2016, el presidente Correa envió un saludo al pueblo colombiano, señalando que el proceso de paz avanza de manera indetenible.
Lo propio hizo la secretaria ejecutiva de Alianza País, Doris Soliz, quien señaló que la paz de Colombia constituye una excelente noticia para la Patria Grande.
El secretario general de la Unasur Ernesto Samper, a su turno, señaló que la firma de los acuerdos de La Habana es solo el inicio del proceso de paz. “Falta mucho camino por andar”, dijo, al tiempo que subrayó que los retos a enfrentar tienen que ver fundamentalmente con la reparación efectiva a las víctimas, el problema del narcotráfico, y la distribución de tierras para enfrentar las consecuencias de las contrarreformas agrarias que ha tenido que soportar Colombia durante las últimas décadas.
Samper coincidió con el presidente Correa en señalar que a Colombia le hizo falta un Eloy Alfaro que liderara una revolución de tinte social-liberal como sucedió en Ecuador a comienzos del siglo XX.
El secretario de la Unasur puntualizó que ahora a la sociedad colombiana le corresponde construir la paz para generar tejido social, tejido económico, y tejido institucional, para superar tantos años de estancamiento y pobreza debido a los rigores del conflicto armado.