Por Fernando Arellano Ortiz
Quito
La contundente afirmación es de Ha-Joong Chang, (Seúl, 1963) economista heterodoxo surcoreano y profesor de la universidad de Cambridge (Inglaterra), quien analiza el desarrollo económico de un país como la transformación social e intelectual de sus habitantes. Crítico de la economía neoclásica, es prolijo al expresar sus ideas con un discurso discrepante, el cual guarda una enorme distancia con las posturas tradicionales de las instituciones financieras y la visión de los analistas con tintes neoliberales. Este académico e investigador, especialista en economía del desarrollo, considerado como uno de los principales referentes de esta materia en el mundo, estuvo en Ecuador en los primeros días de este mes de enero exponiendo varias de sus tesis y dialogando con actores públicos y privados, entre ellos el propio presidente Rafael Correa.
Sus dos principales obras, Patada a la escalera y ¿Qué fue del buen samaritano?, constituyen trabajos académicos muy bien sustentados que ilustran, en el caso del primero, sobre cuáles fueron las políticas que aplicaron los países denominados del primer mundo para lograr desarrollarse. Y, el segundo, alude sobre todos los obstáculos y argucias de las que se valen estos Estados para evitar que las naciones subdesarrolladas utilicen los mismos mecanismos que ellos optaron para progresar.
Los ilusos economistas neoliberales piensan que podrán usar la misma escalera de los países ricos. La escalera que utilizaron estos países, señaló Chang, no resiste un segundo usuario, debido a la inequidad social y el deterioro ambiental que genera este tipo de desarrollo. Parafraseando la famosa serie Misión Imposible, dijo que esa escalera ya se autodestruyó hace algún tiempo.
Esos títulos bibliográficos de su autoría son una crítica a los neoliberales que creen a rajatabla en la “ilusión”, según la cual, los países desarrollados consiguieron industrializarse gracias al libre comercio, la desregulación y las privatizaciones. Por el contrario, lo consiguieron vía proteccionismo y regulación de sus economías.
En 2005, el profesor Chang obtuvo el afamado premio Wassily Leontief por ampliar las fronteras del pensamiento económico (entre cuyos ganadores están John Kenneth Galbraith, Amartya Sen, Herman Daly, José Antonio Ocampo, Angus Deaton, Amit Bhaduri, Joan Martínez Alier). Además de los libros ya mencionados es autor también de los que llevan por títulos: Naciones ricas, políticas pobres; 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo; y Economía para el 99% de la población.
El pasado 5 de enero, ofreció una conferencia magistral en el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL), en Quito, sobre el tema “Economía y finanzas del desarrollo del Sur, su relación con el conocimiento y la industrialización”. Convencido de la importancia de mantener un vínculo constante entre producción y conocimiento, Chang plantea la necesidad en el caso de los países latinoamericanos, de dar fuerza a la industria manufacturera, sin descuidar las actividades tradicionales de la economía doméstica.
La incertidumbre con el gobierno de Trump
Sobre la nueva coyuntura de la política económica estadounidense, dijo que mucha gente está preocupada porque Donald Trump se vuelva proteccionista, dado el énfasis de su discurso en ese sentido, pero hay que tener en cuenta, agregó, que Estados Unidos ha firmado varios acuerdos internacionales, que finalmente el nuevo huésped de la Casa Blanca no tiene la capacidad de reescribir todo, porque ese país siempre ha ignorado las partes que no le convienen en esos pactos de libre mercado. Sí se va a poner más proteccionista, pronosticó, pero no es posible que pueda hacer las cosas totalmente diferentes. Y lo más importante, es que no le van a permitir hacerlo las corporaciones norteamericanas. Imponer un 35% de tarifas sobre importaciones chinas, como lo plantea hacer Trump, quiere decir que los teléfonos Apple van a subir su precio un 35% y la empresa no lo va a permitir. El punto es que la producción hoy en día está tan internacionalizada en el sentido de qué significaría ser proteccionista; por eso es que va a resultar muy difícil y complejo.
“Quien utiliza paraísos fiscales es un ladrón”
Respecto del tema de los paraísos fiscales, Chang consideró que quienes evaden impuestos, a través de estas guaridas de dinero, son ladrones, están robando. No hay excusa para aceptarlos. Reconoció que hay muchos problemas técnicos de cómo definir los paraísos fiscales, ahora se lo hace únicamente sobre el índice de impuestos. Pero esto no debe ser una excusa para no hacer algo.
Al explicar por qué existen paraísos fiscales, el profesor surcoreano señaló de manera puntual: “porque los países ricos lo permiten. Si Estados Unidos enfrenta a los paraísos fiscales de la misma manera que lo hace con los países que comercian con Irán y Cuba, no existirían paraísos fiscales en el mundo”.
Estos mecanismos de evasión, agregó, realmente están dañando la economía global porque otra gente está haciendo dinero por medio del uso de servicios de manera gratuita. El principio de mercado es que se debe pagar por algo que se está utilizando y muchas compañías predican que no se sigan estos principios básicos. Al final puede ser resuelto por medio de acuerdos internacionales, pero incluso también a nivel nacional. Resaltó el ejemplo de Ecuador, país en el que el gobierno del presidente Rafael Correa está impulsando una consulta popular para aprobar un pacto ético. Se pueden hacer algunas cosas para restar ventajas a la gente que utiliza paraísos fiscales. Ecuador propone discriminar a la gente de la función pública que tiene dinero en estas guaridas. Es decir, hay que disminuir el poder de quienes utilizan estos mecanismos de evasión impositiva. De hecho, hasta cierto punto, se puede penalizar. Esto debe ser visto desde una perspectiva internacional. Va a tomar mucho tiempo, dijo, para que se pueda hacer algo definitivo. Hasta que eso ocurra, los países pueden hacer lo que esté a su alcance para que la gente se desmotive a utilizar paraísos fiscales.
Reconversión productiva
Otro de los temas que Chang abordó en su charla fue el del proceso productivo de los países. Señaló que a largo plazo la concentración en productos primarios, en un número tan pequeño, es un síntoma de un nivel bajo de capacidades productivas, porque lo que distingue a las economías en desarrollo de las más avanzadas es la habilidad de generar nuevas tecnologías, de crear nuevos productos.
La definición de en qué áreas de producción un país puede será bueno se ve influenciada por el contexto natural. Se refirió a la experiencia de Japón y se interrogó: ¿por qué son tan buenos produciendo carros, si no tienen suficiente espacio? Es porque ellos decidieron ser buenos en eso. Otro caso, dijo, es el de Corea del Sur, uno de los países mayores productores y exportadores de acero en el mundo. No había razón natural para desarrollar la industria del acero, sino que en 1960 el gobierno decidió priorizar esta industria. Depende solo de la visión de cada país. Realmente no hay límites a lo que pueden hacer, precisó.
Necesidad de medidas proteccionistas
Chang considera necesario la adopción de políticas proteccionistas o barreras comerciales para países que requieren avanzar en sus niveles de desarrollo, más aun cuando a lo largo de su propia historia económica las naciones ahora ricas lo hicieron y lo siguen haciendo: basta ver la fuerte acción política de Trump para evitar que las grandes transnacionales de la industria automotriz norteamericana sigan operando en México. Sugiere, además, evitar caer en trampas como la especialización, porque ello es depender de exportaciones de productos primarios.
Correlación entre educación, conocimiento y desarrollo industrial
Durante su disertación, Chang también se refirió a la correlación que debe existir entre la calidad del sistema educativo y la generación de conocimiento como los pilares que sustenten el desarrollo industrial del país. Sugirió potenciar la industria manufacturera, sin que ello implique ignorar las actividades tradicionales vinculadas a los commodities (materias primas). Dijo que ambas industrias se complementan y posibilitan la creación de bienes y servicios con valor agregado. Una alternativa está en la introducción de nuevos cultivos en el área agrícola. Si bien la meta de alcanzar una economía basada en la generación de conocimiento se proyecta a largo plazo, Chang recomienda, a corto plazo, que durante la transición se maximicen las exportaciones de materias primas.
Al recomendar el impulso vigoroso de procesos de industrialización en los denominados países en vía de desarrollo, este analista económico, considera que para lograrlo se requieren proteger y subsidiar a las nacientes industrias.
Tratados de libre comercio no permiten desarrollar industria
En concordancia con la postura del presidente Rafael Correa, el economista surcoreano fue categórico en señalar que los acuerdos de libre comercio no son la receta para el desarrollo de los países. Por eso recomendó que éstos deberían tener un plazo fijo, no ser indefinidos y tener posibilidades de renegociación. Dijo, además, que estos convenios son perjudiciales y nocivos para la generación de industria en un país.
Ha-Joon Chang sostuvo que la historia económica mundial evidencia que la competencia internacional es a todas luces injusta y que aquellos países que se industrializaron aplicaron políticas activas para lograr el desarrollo, todo lo contrario al libre mercado que recomiendan como paradigma los organismos financieros internacionales.
Inversión extranjera y gasto público
Desacralizó las bondades de la inversión extranjera directa, señalando que no es la panacea como muchos creen, pues ella goza de una serie de exenciones tributarias y de muchas gabelas en los países a los cuales destina sus recursos. Ningún país se ha desarrollado gracias a la inversión extranjera, dijo Chang, aunque sugirió que la misma debe atraerse de manera selectiva y los Estados deben contar con mecanismos expeditos para lograr la maximización de sus alcances.
De otro lado, se refirió a las bondades del gasto público. Afirmó que recortarlo como hacen los gobiernos neoliberales so pretexto de enfrentar el déficit fiscal y la deuda es una equivocación. El gasto público, enfatizó, es una inversión que se revierte en beneficio de un país.
La necesidad de un Estado fuerte
Criticó la postura que preconizan los neoliberales, según la cual, se necesita menos Estado para avanzar económicamente. Por el contrario, señaló, se necesita uno grande y eficaz, porque el desarrollo requiere de un Estado con capacidad para apoyar todos los esfuerzos e involucrarse en el afianzamiento de las áreas estratégicas de un país.
Puntualizó que la relación Estado-mercado tiene que ver con una dimensión política y ética.
Conferencia en CIESPAL
La charla magistral del profesor Chang en las instalaciones de CIESPAL, en la que también participaron Julio Peña y Lillo, presidente del Consejo Directivo de esta institución; el excanciller ecuatoriano Fander Falconí; y, Pabel Muñoz, del Instituto de Pensamiento Político del movimiento Alianza País, en el siguiente video:
Extracto del trabajo bibliográfico Patada a la escalera
Una versión resumida del trabajo bibliográfico del profesor Ha-Joong Chang que lleva por título Patada a la escalera: la verdadera historia del libre comercio, puede descargarlo aquí en archivo PDF.