Por Fernando Arellano Ortiz, enviado especial
Quito
“No tuvimos integración comunicacional ni económica”, se lamentó la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, durante su participación en el Tercer Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP-2016) que se realiza en la capital ecuatoriana entre el 28 y el 30 de septiembre.
La exmandataria argentina dijo que los gobiernos progresistas no han logrado articular una estrategia comunicacional para enfrentar la dictadura mediática de la derecha que domina y manipula en la región, al tiempo que señaló que el comercio intra-zona no llega al 20%.
Lamentó que en la actualidad la región no haya podido frenar el golpe parlamentario que sufrió Dilma Rousseff. “La derecha conservadora quiere crear situación de crisis y golpear a los gobiernos progresistas”, advirtió.
También hizo un llamado regional para luchar contra los denominados ‘fondos buitres’ y los paraísos fiscales.
Fernández de Kirchner hizo una serie de reflexiones sobre la coyuntura tanto de su país como de la región al agradecer en la Asamblea Nacional del Ecuador el otorgamiento de la máxima condecoración que este organismo puede brindar, denominada Manuel Sáenz, y posteriormente, durante la charla magistral que brindó en el marco del ELAP 2016.
Para Cristina Fernández la inclusión ha sido uno de los logros clave de los gobiernos progresistas, pero alertó sobre los nuevos desafíos frente a la restauración conservadora.
Dijo que la labor de estos gobiernos ha permitido que millones de compatriotas de la Patria Grande “vuelvan a sentirse parte de sus países, que antes los hacían invisibles”.
“La heterogeneidad es lo que caracteriza a los procesos democráticos, no que todos piensen y digan lo mismo. Que a partir de objetivos comunes como la inclusión, la justicia social, la equidad, la igualdad, que en definitiva todos se condensan en la lucha por la libertad”, precisó.
La exmandataria señaló que ahora el “gran desafío es analizar las causas y los retrocesos (del campo popular) frente a la restauración conservadora” en América Latina, además, de identificar “qué hemos hecho mal” para que ocurriera un golpe institucional contra la presidenta de Brasil destituida, Dilma Rousseff.
Asimismo, añadió que la región necesita mayor interacción económica, “porque uno mira la economía del Mercosur (Mercado Común del Sur) y el 80 por ciento del intercambio comercial es fuerza de la zona. No llega al 20 por ciento el comercio intra zona”.
Mencionó como necesaria la cristalización del funcionamiento del Banco del Sur que permita la autonomía financiera y lograr la permanencia de las políticas sociales.
En cuanto a los ataques contra los gobiernos progresistas de la región, la expresidenta alertó que se trata de una reedición del “plan de siempre”, del Plan Cóndor, por el imperio estadounidense en coordinación con dirigentes de la derecha latinoamericana. Apuntó que este plan injerencista y desestabilizador se basa en el bombardeo mediático, el acoso económico y los golpes de Estado parlamentarios.
“Tal vez, la muestra más evidente es que no hayamos podido impedir el golpe institucional que sufrió nuestra compañera Dilma Rousseff, debemos admitirlo como cuadros políticos”, reiteró Fernández de Kirchner.
El retroceso en Argentina
Fue inevitable que la exmandataria se refiriera a la crítica situación social que vive su país, tras los nueve meses de gestión de su sucesor, el neoliberal Mauricio Macri, que en este lapso incrementó en 800% las tarifas de servicios públicos y desestimuló en forma drástica el mercado interno promovido por el Estado.
Es que durante los 12 años de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se crearon en Argentina 6 millones de puestos de trabajo; la tasa de desempleo que había llegado al 25% en 2002, se redujo a 6,6%. En 2003 la cobertura de jubilación era 66,1%, y en 2013 había alcanzado el 94%. Además se promovió la identidad de género y la Ley de medios; se universalizó el acceso a nuevas tecnologías con el Plan Conectar Igualdad; se crearon 13 nuevas universidades para garantizar el acceso a la educación superior y se reabrieron los juicios de crímenes de lesa humanidad. Todos estos proyectos vienen siendo desmontados por la administración neoliberal de Macri.