abril 23, 2025 11:47 am
Por un cambio de rumbo

Por un cambio de rumbo

Palabras de Clara López Obregón al asumir la Presidencia del Polo Democrático Alternativo
Bogotá, Hotel Tequendama, enero 25 de 2012.

Quisiera empezar por agradecerle a la dirección del Polo Democrático Alternativo, la reanudación de su confianza al entregarme nuevamente la responsabilidad de la Presidencia del Partido en estos momentos cruciales para el proyecto político contenido en nuestro ideario de unidad.

Según nuestros detractores, en las palabras de Hector Lavoe, somos ya un periódico de ayer. Según ellos, el Polo está en las últimas, traicionado por sus otrora líderes, vilipendiado por las acusaciones de corrupción a dos de sus integrantes, un barco que se hunde y que ni un chaman que impide la lluvia o una ampolleta de sangre del Papa lo pueden salvar.

¡Lástima! dicen de un senador como Robledo que con la tercera votación más alta del Congreso y sus intensos debates, serios y documentados, se pierda en ese partido. ¡Lástima! dicen de Carlos Gaviria, que con sus 2 millones 600 mil votos en algún momento representó una ola de cambio que prometía un futuro para el país. ¡Lástima! dicen de gente tan valiosa como Iván Cepeda o Alexander López o Carlina Sánchez, y podría seguir enumerando a todos y cada uno de los dirigentes y militantes hoy presentes en este recinto, porque dicen que en el Polo nunca llegarán a nada.

Con humildad me agrego a la lista. Más de uno me decían al final de mi periodo como Alcaldesa Designada que mi futuro en la política nacional estaba asegurado si hacía lo que tantos han hecho antes, salirme de ese partido condenado.

Compañeros y compañeras, nunca me verán claudicando nuestras banderas.
El Polo es necesario

El Polo encarna las luchas del pueblo colombiano. Donde hay una movilización, una protesta, siempre encontrarán a un o una polista. Por eso nos pueden atacar, nos pueden calumniar, nos pueden traicionar. Pero nunca nos podrán acabar.

¿Porque somos un instrumento necesario? Porque en el mundo esta echando agua ese modelo económico fundado exclusivamente en el mercado y que quiso enviar al olvido la intervención necesaria del Estado para amoldarlo a las necesidades sociales. Hoy en Europa, en Estados Unidos, en Japón se asoma la crisis que ya se acerca a nuestras fronteras. El Polo dice que otro mundo si es posible.

Porque Colombia es un horizonte de aspiraciones, utopías inspiradoras y sueños alcanzables, pero hoy no tenemos un gobierno que los pueda volver realidad. El Polo representa una manera diferente de ver la realidad, un cambio de lente, un espacio, una alternativa. Si bien no nos consideramos portadores de una única verdad, somos una parte importante de esa posibilidad de llegar a ser una nación que todos llevamos por dentro. De mostrar que un mundo diferente si es posible.

Confluencia alternativa

Por ello, de cara al Tercer Congreso de este año debemos reconstruir y ampliar al Partido, apoyarnos en las luchas sociales, hermanarnos con sus expresiones y organizaciones, dialogar con las fuerzas que disienten del Pacto de Unidad Nacional que actúa como partido único, para construir una confluencia alternativa viable de poder. No para dentro de cien años porque como decía John Maynard Keynes, en el largo plazo estamos todos muertos, sino para el próximo debate electoral.

Solución política al conflicto armado

No es aceptable que después de décadas de conflicto armado, la paz siga siendo la provincia de los guerreros y no el territorio de los sensatos. Como ha dicho el Presidente de la República, «la verdadera victoria es la paz». Ese aforismo aplica para la guerrilla, para las fuerzas armadas y sobre todo, para la sociedad civil que sufre las consecuencias más adversas del conflicto sin que hasta ahora haya podido incidir positivamente en la concreción de una solución negociada. Y para lograrla tendremos que vencer nuestras propias debilidades, sentarnos en una mesa, vencer los obstáculos y encontrar el camino para que lo que desterremos sea la guerra y no a millones de colombianos y colombianas que necesitan de nuestra protección. Y por sobre todo, señor Presidente. Hay que actuar y no permitir la intimidación de los urabeños o que se impongan los criterios guerreristas de la ultraderecha anacrónica que ellos representan. Tampoco es de recibo que precisamente ahora cuando el país empieza a conocer los horrores de la guerra en que también incurrieron un número no despreciable de integrantes de nuestras Fuerzas Armadas que busque reformar el fuero militar y que en estos casos como en tantos otros se extienda un inconveniente velo de impunidad.

Quiero expresar que considero que la paz es un punto de convergencia nacional. De un lado estamos todos los que consideramos la necesidad de una solución negociada, que consideramos que es la hora de deponer las armas y los odios y del otro, están quienes enamorados de la guerra, podrían gritar con general falangista Millán Astray esa sentencia de ¡Viva la muerte! que rebatió Miguel de Unamuno en Salamanca durante la Guerra Civil Española.

Preciso es recordar a otro General, el general Uribe Uribe, el mismo que aseveraba que el liberalismo tenía que beber de las canteras del socialismo, cuando en el fragor de la Guerra de los Mil Días, después de explicar que la función de la guerra es la obtención de fines políticos y no la exterminación física del enemigo, procedió a negociar y a pactar la paz.

Ya está bueno. El pueblo colombiano está harto de la guerra y de la violencia. El conflicto debe llegar a la negociación para que los colombianos y las colombianas podamos aplicar toda nuestra energía, todos nuestros recursos a la tarea humanista de construir una patria donde todos tengamos un lugar digno y justo bajo el sol.

La ley de víctimas

No es aceptable que más de cuatro millones de colombianos y colombianas sigan sufriendo las consecuencias directas del conflicto armado. De esa rapiña de tierras, de ese abuso de sus derechos, de esa desesperanza para un futuro mejor. En este país todos y todas somos iguales. Esos abusos pasaron no solamente por la imposición de los violentos sino también porque como sociedad dejamos que pasaran. En cuanto a la Ley de Víctimas, la sola apertura del debate es importante pero a los planes de restitución y a la Ley le hacen falta dientes y voluntad política integral para su aplicación. Es un paso en la dirección correcta, pero el eterno dilema de Colombia, la tierra, la fuente de todos nuestros conflictos, sigue sin resolverse. Con todo, debemos impulsar nuestra presencia y la exigencia de la mano de los campesinos despojados para convertir en realidad el anhelo de recuperación de la tierra.

La minería

No es aceptable que después de cinco siglos de abuso, de despojo violento y de desplazamiento de la tierra ahora repitamos los mismos errores con nuestro subsuelo, donde nuevamente como antaño se protege con la fuerza pública el título inscrito en contra de la posesión real. Nosotros no estamos en contra de aprovechar los recursos de nuestro país para nuestro desarrollo. Pero no a costa de los derechos de esos mineros que como en Marmato, llevan siglos construyendo una vida digna. No a costa de nuestros páramos como el de Santurbán o los bosques de niebla atravesados por los senderos sagrados de los indígenas que destruyen carreteras como la de Mocoa -San Francisco, iniciada este lunes sin la consulta previa a los pueblos Ingá y Camchá, para abrir, entre otros fines, el paso a las góndolas de la minería en el Putumayo o desertificando las tierras cultivables de Cajamarca porque cuando el ambiente sufre con las minas a cielo abierto, no se puede recuperar jamás.

No comulgamos con la gran minería que con el pago de regalías irrisorias, no alcanzan siquiera a mitigar los daños causados por la explotación del recurso no renovable. Las del oro no pasan del 3% y así sucesivamente con cuanta riqueza se lleva por delante la locomotora de la minería. No es una cuestión de izquierdismo trasnochado ideologizado como lo califican algunos, sino una cuestión de simple lógica. En la minería como en tantos otros asuntos, tenemos que plantear la alternativa del bien común por encima del interés particular.

El TLC

Tampoco es aceptable que un país se ofrezca ante el altar de la globalización sin estar preparado. El TLC ya es una realidad, pero como vamos a dejar que se ponga en marcha antes de completar la agenda interna que le asegure un grado de seguridad a los empresarios nacionales, a los campesinos, a los productores agrícolas. Nosotros somos conscientes de las reglas del juego impuestas por la economía mundial, pero también somos conscientes del papel que debe jugar el Estado para proteger los intereses nacionales.

Le pediremos formalmente al Presidente Santos que no inicie la aplicación del TLC con los Estados Unidos hasta que la implementación de una agenda interna bien concebida con participación de los industriales y representantes del agro nacional. Y respecto del TLC con Corea, todavía estamos a tiempo para impedir el marchitamiento del sector automotriz y el empleo que genera. Hagámoslo con sentimiento de defensa nacional. Comercio sí, pero en igualdad de condiciones.

Desigualdad, tributación y pensiones

No es aceptable que en los últimos 4 lustros hayamos retrocedido en la escala de la desigualdad convirtiéndonos en el tercer país más desigual del mundo. Y es peor cuando el gobierno anuncia una reforma tributaria orientada a aumentar el recaudo a costa de la clase media y de los trabajadores, como se desprende del memorando de 5 alternativas para modificar el IVA dado a conocer el día de ayer. Todas las fórmulas le pegan a los más débiles y algunas reducen las cargas sobre los sectores de mayores ingresos. Esa reforma, no solamente es inconveniente por regresiva sino contraria a la Constitución que exige progresividad en el sistema tributario nacional. Y qué decir de la anunciada reforma al régimen pensional que propone exprimir al máximo la productividad humana con el aumento de la edad de pensión ya recientemente aumentada. Un dirigente sindical me comentaba al entrar al salón. ¿Cuál dignidad en la vejez? ¡Si la pensión ya es un auxilio mortuorio!

Crecimiento vs. desarrollo integral

El crecimiento económico no puede seguir siendo un fin en sí mismo. No podemos seguir alimentando el mito de las utilidades infinitas y del lucro desmedido como única medida de valor. Como en el tradicional bambuco del inolvidable Villamil, «amigo cuanto tienes cuanto vales, principio de la actual filosofía», que no ha hecho más que empobrecer nuestras vidas. Medir todo por la vara del dinero nos empobrece como sociedad. Tenemos que recuperar el concepto de lo público y del desarrollo integral en lo económico, social, cultural y ambientalmente sostenible que solo se logra con un liderazgo político que nos permita construir una sociedad más justa, con más oportunidades, menos desigual. Repito, eso no es el izquierdismo ideologizante y trasnochado que nos imputan. Es simple sentido común y de supervivencia.

¿Qué pasó, camaradas?

Entonces, compañeros y compañeras, ¿si somos el partido que representa una alternativa, el partido que se rige por los principios del bien común, el partido que piensa diferente en un país donde campa el unanimísmo y donde la gente indignada marcha, grita y reclama un cambio, entonces me pregunto cómo Nicolás Buenaventura ¿Qué pasó, camaradas?

¿Cómo es posible que en reuniones con nuestros militantes, algunos me digan que sentían pena al hacer campaña por el Polo? Porque reina la confusión, la incertidumbre y el temor entre nosotros?

Nuestros errores

Sí. Nos atacaron. Sí, nos calumniaron y sí, nos traicionaron. Y lo siguen haciendo conscientemente. Pero no podemos culpar solamente a los demás. Cometimos errores. Y grandes. Entre tantas luchas que tenemos que dar para ofrecerle al país un mejor futuro hay una que tenemos que recuperar como práctica diaria y cotidiana. La lucha contra nuestras propias debilidades. Un partido se forma desde la base. Un partido no se forma a base de apetitos personales. De curules y protagonismos personalistas y de actitudes corruptas y corruptoras. No podemos ser solo un partido que sirve para ser elegido. Tenemos que ser un partido que represente los valores y los principios de una transformación real. No es suficiente gobernar para la gente, hay que gobernar con la gente. Y eso nos obliga no solamente a ser mejores, sino a ser los mejores. Por ello desde ahora estableceremos desde el Comité Ejecutivo Nacional los mecanismos de control partidario necesarios frente al desempeño de los concejales, diputados, parlamentarios y alcaldes elegidos, como también sobre secretarios de despacho que nos representan.

Escuchar al pueblo

Para ser la alternativa que creemos que Colombia necesita tenemos que escuchar la voz del pueblo y declarar que el territorio del Polo es allí donde sufre y lucha, el débil, el humilde y también el empresario esforzado que no encuentra autoridad que escuche su voz de alarma frente a las fuerzas desiguales que amenazan con llevarse por delante años de esfuerzo. En cada calle, cada vereda, cada barrio y cada región de Colombia ya existen ideas y soluciones. Vamos a escucharlas. No vamos a esconder nada, nuestra moneda será la verdad, las dificultades las enfrentamos, no vamos a pretender que hay soluciones mágicas pero sí vamos a buscar soluciones reales.

Ya avanza en el país la preparación de nuestro foro ideológico donde vamos a escuchar a la voz de la militancia y dirigencia en todos los niveles. Hoy mismo se están llevando a cabo reuniones preparatorias, encuentros para la elaboración de tesis, reflexión activa y autocrítica medida. Vamos a oírnos con escucha generosa, pero vamos a mirarnos en el espejo para desterrar cualquier asomo de ser parte del «todo vale» y del «cómo voy yo» que tanto daño le ha hecho al país.

Después vamos a llevar a cabo seis foros regionales, para convocar no solo a nuestros militantes sino a todas las organizaciones sociales, a todas las minorías y a todo el que tenga algo que aportar. Vamos a abrir canales de comunicación y vamos a recuperar la confianza del país en nuestro partido. Y por sobre todo, en nuestro proyecto político transformador.

Preparar y organizar al Partido

También nos vamos a preparar como partido. Nos vamos a formar y a organizar. Gobernar no es improvisar. Es saber qué se puede hacer, cómo y con quien. No es hablar de teorías y deseos. Es entender el Estado y cómo funciona, es comprender a las autoridades en todos sus niveles, es ofrecer soluciones concretas y no demagogia y populismo. Es entender que todos los derechos cuestan. En seis meses tendremos un congreso nacional donde reformaremos nuestros estatutos y sentaremos las bases de un partido moderno que refleje las necesidades y los deseos del país.

Nos vamos a dedicar a hacer una oposición que construye. Si estamos en desacuerdo vamos a ofrecer alternativas. Alternativas que construyan un Estado que ayude a liberar y no a explotar. Alternativas que promuevan un mercado justo y no uno basado en la ley de la selva. Alternativas que no solo promuevan un consumo más equitativo, sino que también promuevan una producción más equitativa.

Que queremos eliminar la pobreza, la desigualdad y garantizar la salud y la educación como derechos y de calidad, es apenas obvio. Pero tenemos que ofrecer una manera de darle organización a la transformación de nuestra sociedad. Eso se hace proponiendo. No podemos dejarnos llevar por los sectarismos, las diferencias y la dispersión. Ningún país puede avanzar sin pluralidad y respeto. Después del Congreso Nacional del partido nos vamos a sentar con los mejores intelectuales, profesionales, académicos y líderes sociales. 40 de ellos ya se están vinculando a la comisión programática, para que podamos ofrecer y presentarle al país un plan de gobierno realista y para que el país siempre pueda contar con opiniones diferentes y constructivas sobre su presente y su futuro.

Y lo más importante. Vamos a aprender. Vamos a demostrar que somos un partido que sabe evolucionar. Las luchas sociales son más importantes que nunca. Miren lo que está pasando en el mundo entero. Las crisis económicas y sociales dejan cada vez más indignados con hambre y con la certidumbre de un futuro incierto. Pero se organizan a pesar de sus diferencias, y obtienen resultados. Aprendamos de los estudiantes que con un propósito común dejaron a un lado sus diferencias y dieron un paso enorme con su movilización enérgica pero pacífica hacia la conquista del derecho a la educación superior, gratuita y de calidad.

¿Qué experiencia les vamos a dejar a las nuevas generaciones de nuestro partido? ¿Que sus líderes no fueron capaces de trabajar por el cambio que necesita el país? ¿Que nos quedamos en nuestras diferencias y no en nuestras luchas comunes? ¿Que fue más grande nuestra ambición que nuestro propósito? Por favor. Tenemos que corregir ese camino.

Visiones catastróficas

Pero también tenemos que visibilizar los logros obtenidos. Ahora que están tan de moda las visiones catastróficas de Bogotá, quisiera preguntarles si les parece un desastre que en los ocho años del modelo de ciudad de derechos que implementamos la pobreza en la ciudad se haya disminuido a menos de la mitad, del 29% de los hogares en 2003 al 12,7 en 2011. No fue por arte de magia o por virtud de la seguridad democrática sino por el salto en la inversión social en educación, salud, alimentación y cuidado de la infancia, niñez y adolescencia. El logro histórico de la gratuidad en la educación del grado 0 al grado 11 que ahora comienza a ser imitado a nivel nacional lleva dos años en pleno funcionamiento en Bogotá, con el complemento de la alimentación escolar y salud al colegio y lo propio en materia de salud.

Será catastrófico entregar las arcas llenas, con capacidad de endeudamiento, reducción del monto de la deuda pública, calificación triple A y grado de inversión en sus finanzas y las de sus principales empresas públicas?

Será de poca monta haber rescatado la ETB del paradigma de la privatización y la venta y con un plan estratégico que la llevará a ser sostén de la sostenibilidad de la inversión social del Distrito.

O para tocar los temas más impopulares. La seguridad y la movilidad. Será desastroso encontrar una ciudad con pié de fuerza aumentado, plan de cuadrantes fundamentado en la gestión social integral y una tasa de homicidio que la exime de aparecer en esa deshonrosa lista publicada en El Tiempo de ayer de las 50 ciudades más violentas del mundo en la que aparecen cinco ciudades colombianas?

Y en lo que hace a la movilidad, todos maldecimos los huecos y los trancones pero la solución estructural sobre la mesa. La primera línea del metro ya está estudiada y financiada. Y el SITP, desde luego con problemas de implementación, como toda gestión humana, pero listo para ser puesto al servicio del pueblo bogotano, para no mencionar el caso de la Calle 26 que el Alcalde Petro supo reconocer que si estará listo en las fechas anunciadas en diciembre pasado.

Hay problemas y muchos. ¿En qué ciudad no los hay? Pero ¿el desastre, el cataclismo, la catástrofe? … En algún momento, la verdad deberá interesar. Que no nos vengan a decir que no sabemos gobernar. Que no tenemos un modelo de ciudad. Ahí está, con todos sus defectos pero también con todos sus aciertos en una obra humana que desde luego es mejorable.

Somos el partido que plantea un proyecto político que representa una verdadera alternativa para Colombia. El sueño de la libertad y la lucha por los derechos son los principios que rigen el alma de la humanidad moderna. Eso es el Polo. No nos pueden acabar porque somos necesarios. Ahora depende de nosotros convertirnos en el partido que Colombia nos exige que seamos. Un partido de gobierno y no de caudillos. El caudillismo es popularidad pero no es Estado. Eso no es suficiente. No es transformación social, es solo un cambio de bandera.

Con prisa y sin pausa nos vamos a convertir en ese partido que ofrece el espacio para pensar en un mejor camino para el país. No pretendemos ser los únicos que lo buscamos. Pero sí queremos ser los que no flaqueamos ante el reto.

Hay momentos en la historia que rara vez pasan. Momentos en los cuales tenemos la oportunidad de sacudirnos del pasado y alistarnos para el futuro. Momentos en los cuales los deseos de cambio se convierten en pasos concretos para lograrlo. Momentos en que después de una larga noche, se vislumbra el amanecer. Este es uno de esos momentos y nos tenemos que hacer la pregunta, ¿Seremos capaces de aceptar el reto de nuestro propio futuro por el bien de Colombia? ¿Tenemos el valor de espíritu y la generosidad de pensamiento para servirle al país que necesita tanto?

Como mujer les digo que lo podemos hacer. Ya lo hemos hecho. Ya luchamos por nuestros derechos. Lo seguimos haciendo. En cada momento, todos los días. Luchamos por el derecho a ser libres, por el derecho a la equidad. Luchamos para que no nos discriminen y no nos abusen. Sabemos que es una lucha constante, y que cada victoria es solo el siguiente paso para erradicar de una vez por todas las diferencias de género. Llevamos siglos en esa lucha y aquí estamos. Y entendemos que el problema fundamental no son las contradicciones entre el hombre y la mujer, sino el sistema en el que vivimos.

Compañeros y compañeras, escuchemos al país, preparemos el camino, propongamos soluciones, aceptemos las diferencias de manera constructiva, asumamos nuestra responsabilidad con el corazón abierto y la mente clara. El futuro nos pertenece, pero solo si demostramos que somos capaces de construirlo. Para ello tenemos que entender que el camino de la unidad es el camino del triunfo.

En lo que a mí respecta, voy a dedicar todos mis esfuerzos y mi vida entera hasta el último aliento, al lado de todos y todas que desde sus distintas perspectivas buscan lo mismo, a la lucha por la paz, por la democracia, por una Colombia capaz de superar la desigualdad que nos golpea y avergüenza. Por un país del tamaño de nuestros sueños, como rezaba la pancarta de nuestro primer Congreso.

El Polo Vive
Viva el Polo Democrático Alternativo
Viva Colombia

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