Discurso pronunciado en un acto popular del Nuevo Liberalismo, realizado en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán de Bogotá, el 26 de enero de 1986
Este acto que realizamos hoy domingo 26 de enero, es obra de un equipo de liberales, que con convicción y decisión, rodea los postulados del Nuevo Liberalismo y la candidatura presidencial de Luis Carlos Galán.
Es un acto surgido de la iniciativa colectiva y participante de un equipo de trabajadores e intelectuales, preocupados por la situación que vive Colombia, e intranquilos por la salud y por el futuro de la patria.
Doctor Galán: usted ha caracterizado al Nuevo Liberalismo como una fuerza de centro-izquierda y ello debe conducirnos a serias, a profundas, a severas reflexiones. Y ello es así, porque considero que el Nuevo Liberalismo, al alinderarse como un movimiento centrista, que bebe en la canteras de la izquierda renovadora, tiene la obligación histórica de esclarecer con nitidez meridiana, por qué de centro y por qué de izquierda.
QUÉ SIGNIFICA RENOVACIÓN
Considero que los conceptos de centro y de izquierda no están divorciados. Convergen, confluyen, se juntan en una síntesis, que tiene que ver con la concepción más amplia y profunda de la democracia, en su acepción pluralista avanzada.
Su esencia no es solo el cambio político, sino lo que usted ha dicho, doctor Galán, la renovación.
Renovación que signifique darle un vuelco a las caducas estructuras económicas y sociales que nos han sumergido en una crisis, que más que clínica es recurrente, que más que coyuntural, tiende a convertirse en permanente.
He entendido y compartido el criterio de que renovar es tanto como cambiar, es tanto como adoptar un nuevo modelo económico: el modelo económico colombiano que se construya, teniendo en cuenta nuestra realidad, nuestros recursos y la potencialidad de la iniciativa creadora del pueblo colombiano.
Modelo económico que impida que sigamos siendo fuente, casi exclusiva, de materias primas, prácticamente monoexportadores y que desvíe el camino pastoril, que mentalidades colonizadas y atrasadas han añorado para nuestra patria.
Modelo económico colombiano que rescate, definitivamente, nuestras riquezas y nuestros recursos naturales, que deberían convertirse en fuente de bonanza permanente, para que florezca nuestra industria, se amplíe el comercio y se mejoren sustancialmente las condiciones de vida del pueblo trabajador colombiano.
Y quiero entender también que cuando hablamos de renovación, nos referimos a las necesidad de invertir y de convertir la mayor parte de los recursos financieros del Estado, en herramienta apropiada, que garantice la prestación de los más elementos servicios públicos a todos los habitantes de Colombia, y en condiciones de calidad y costo, compatibles con la dignidad humana y los presupuestos familiares.
Entiendo, doctor Galán, que la renovación significa liquidar el desempleo y el analfabetismo, en el campo y la ciudad, con instrumentos tales como la reforma agraria, la reforma educativa y la puesta en marcha de un plan de industrialización acelerada que consulte los intereses nacionales.
DEMOCRACIA ECONÓMICA
Y no está demás agregar que lo que necesitamos renovar con más urgencia es el marco democrático de las instituciones cuyas vértebras principales cumplen cien años de existencia. Renovar la Constitución para incluir el concepto de democracia económica. Renovar la Constitución para incluir el concepto de la participación ciudadana. Renovar las leyes, para hacer efectiva y real, la igualdad entre colombianos.
Renovar también la clase dirigente para liquidar las roscas oligárquicas y para incinerar los vicios acumulados que han colocado en estado de putrefacción a todo el andamiaje político y social que rige a Colombia.
En fin y a manera de resumen, opino que la renovación significaría liquidar las causas reales y objetivas que gestan y multiplican la inseguridad y la violencia.
Doctor Galán: este acto enmarcado dentro de la campaña presidencial constituye de por sí, el esbozo de la renovación en la organización y la conducción política. Es un acto financiado por los aquí presentes. Es un acto surgido de la iniciativa popular. Y es un acto que tiene el sabor y el aroma agradable de la espontaneidad.
ME SIENTO DE IZQUIERDA LIBERAL Y DEMÓCRATA
Es un acto en el que quiero expresarle con toda franqueza, que si es cierto aquello de que en el Partido Liberal pueden convivir distintos matices y criterios ideológicos y políticos, yo me siento matriculada a la izquierda liberal y democrática. Me siento heredera no de pergaminos, abolengos o apellidos familiares, sino heredera de la conciencia y de las enseñanzas democráticas de López Pumarejo, de Uribe Uribe y de Gaitán. Paladines liberales que siempre sostuvieron que no tenían enemigos a la izquierda, y que en la gestión y en la acción cotidiana a favor de los intereses nacionales y populares, mostraron en ese lejano entonces, la esencia verdadera del liberalismo, que por definición tiene que ser renovador.
Por eso a la consigna “Renovación, ahora o nunca”, yo le agregaría de manera explicativa, doctor Galán: Renovación, ahora y siempre.
Y este acto, doctor Galán, tiene que servir por encima de las fronteras de la modestia, no solo para decirle presente, sino para rendirle cuentas de mi gestión como Concejal de Bogotá. Siento que en el recinto del cabildo capitalino resuena el eco de nuestra actuación, cumpliendo al pie de la letra el consejo y la orientación que usted nos dio, con buen sentido, para que aprendiéramos a decir lo que pensábamos y para que aprendiéramos a hacer lo que decíamos.
Resuena el eco desenmascarando la demagogia del Plan Ciudad Bolívar; resuena el eco de nuestra plegaria reclamando la paz y el diálogo; resuena el eco exigiendo la elección popular de alcaldes y resuena el eco denunciando la inmoralidad, la desidia y la negligencia administrativa.
RENOVACIÓN: REVOLUCIÓN Y CAMBIO SOCIAL
Y hoy podemos decirle con satisfacción, doctor Galán, hemos cumplido. Ordene, que queremos avanzar para conquistar una patria libre y justa, que queremos avanzar para recuperar a Colombia para todos los colombianos.
Compañeras y compañeros: uno de los candidatos que ha recibido el apoyo de los círculos oligárquicos del país, ha expresado el propósito, utilizando frases comunes, de reconstruir el país. Todos sabemos quienes los han destruido. Pero lo que no nos dice el candidato oficialista es con quién piensa reconstruirlo. ¿Es que piensa reconstruirlo con aquellos que utilizaron el poder para enriquecerse y para reprimir? ¿Es que piensa reconstruirlo con quienes montaron un sistema financiero que le dio rienda suelta al monopolio y contribuyó con ello a expropiar a pequeños y medianos propietarios, a los pequeños y medianos empresarios y a los pequeños y medianos comerciantes? ¿Hay alguna base para cree que quienes destruyeron en forma conciente el país, pueden reconstruirlo?
¡No, no nos convence! No le creemos y por eso la actualidad de nuestra consigna: ¡Renovación, ahora o nunca!
Y otros sostienen, con menos fortuna que van a salvar esto. Están equivocados si piensan que el pueblo colombiano sufre de amnesia colectiva. Porque puede que el desarrollo sea una premisa para la Revolución, pero la revolución no es el desarrollo. La Revolución es el desarrollo con el cambio social.
Por eso la renovación y el cambio social son Revolución que propone Galán.
¡Viva Colombia!
¡Viva el Nuevo Liberalismo!
¡Viva Galán!