POR OCTAVIO QUINTERO
Da la impresión que los gurús del neoliberalismo, sus centros de pensamiento y su proclive prensa occidental, le pusieron sordina a la Declaración de la Cumbre de Berlín (28.05.24): Nuevo paradigma, bajo el sugestivo eslogan “Recuperar el Pueblo”, suscrita por las nuevas lumbreras del pensamiento social.
“La política del goteo ha fracasado”, dice, y agrega: “Vivimos un periodo crítico. Los mercados por sí solos no detendrán el cambio climático ni reducirán las desigualdades en la distribución de la riqueza. Ahora tenemos que elegir entre un repliegue proteccionista, fuente de conflictos, o un nuevo arsenal de políticas que respondan a las preocupaciones de las poblaciones. (…). Hace falta un nuevo consenso político que aborde las causas profundas de la desconfianza de las poblaciones, en lugar de limitarse a tratar los síntomas o caer en la trampa de los populistas que dicen tener respuestas sencillas”.
El nuevo catecismo del progresismo mundial está escrito en esta breve, pero contundente Declaración de Berlín.
Nota: la declaración final del XX Congreso del Partido Comunista de la China de Xi Jinping (18.07.24), parece adaptarse más al Nuevo Paradigma, que las políticas diseñadas por el Mundo Occidental.
Después de hacer una reflexión de su modelo económico, la declaración abre la puerta al “desarrollo de fuerzas productivas sociales (…) tomando como punto de partida y llegada la promoción de la equidad y justicia social (…) todo en impulso de una mejor correspondencia entre las relaciones de producción (empresas) y las fuerzas productivas (trabajadores); entre la superestructura y la base económica, y entre la gobernación del país y el desarrollo social, brindándose una poderosa fuerza motriz y garantía institucional a la modernización china”.
La China, que, sin discusión, más avanzado en la competencia global de los últimos años, admite que su modelo se ha agotado y, por consiguiente, hay que refrescarlo… En cambio, el Mundo Occidental, jalonado por el G7, dentro del cual Washington es la prima voce, se aferra a un modelo, no solo fracasado socialmente, sino que lleva a todo el mundo a su extinción, sin exageración.
Por eso estamos como estamos…