EDITORIAL DEL PERIÓDICO VIDA /
Les molesta, les duele, les incomoda que Gustavo Petro sea Presidente. Ni un minuto de tregua le han dado sus opositores y enemigos desde que asumió el cargo el 7 de agosto de 2022. Para ellos, todo es debacle y desesperanza.
Desde el primer minuto anunciaron el apocalipsis. Quieren hacer creer que vivíamos como en Suiza: sin corrupción, sin pobreza ni inseguridad ni guerras. Olvidaron escándalos como el de Odebrecht; las “chuzadas” a periodistas, jueces y miembros de la izquierda… ¡Y qué decir de los 6.402 jóvenes asesinados fuera de combate haciéndolos pasar por guerrilleros! O asaltos a la Constitución a través de la ‘Yidispolítica’ para reelegirse una y otra y otra vez.
Insisten en hacer creer que el país se empobreció con la llegada de Petro a la Casa de Nariño, que la “democracia” más antigua y estable del continente desapareció de la faz de la tierra. En campaña anunciaron que se iban porque nos volveríamos Venezuela, pronosticaron un dólar a 7 mil pesos…
Ahora, cuando se demuestra que este es un gobierno responsable, que la economía tiene índices favorables para su reactivación, acuden a otros frentes de guerra para seguir desestabilizando al gobierno progresista y democrático.
Cuando el Gobierno y el Presidente les piden a medios de comunicación algo de sensatez y rigor, ¡quién dijo miedo!: se victimizan, claman que los están persiguiendo y que se ataca la libertad de prensa.
Bastó que un magistrado de una alta corte revelara un supuesto mensaje intimidante en una cadena de WhatsApp para que la prensa en general, sin pruebas, solo rumores, señalara al gobierno de espiar jueces, políticos, periodistas y opositores. Ahora, cuando este magistrado reconoció que no fue objeto de intimidaciones, sino otras personas de su “entorno personal”, esos medios, que publicaron la “primicia” y mantuvieron el país en vilo durante varios días, guardan silencio y se hacen los de la vista gorda.
Este gobierno ha respetado a la prensa. Pese a insultos, agravios y mentiras, no hay una sola estación de radio o televisión cerrada o sancionada. No existe un solo periodista al que se le hayan conculcado sus derechos, sancionado, detenido o encarcelado por tergiversar, mentir o calumniar al gobierno.
Lo claro es que sin argumentos, los enemigos acuden a la desinformación permanente.
El presidente Petro es un demócrata. Desde la campaña fue claro y lo ha hecho saber a sus funcionarios que no se puede permitir, jamás, ni directa ni indirectamente, que se cometan violaciones a los derechos humanos ni acciones ilícitas que otros gobiernos cometieron contra la oposición, los jueces y el periodismo independiente. ¡Jamás!
Periódico Vida, órgano oficial de la Presidencia de la República de Colombia.