TIEMPO ARGENTINO /
Una gigantesca marea humana de alrededor de 800.000 personas en Buenos Aires participó el pasado sábado 1 de febrero de la Marcha Federal contra el racismo y el fascismo organizado por colectivos argentinos.
Javier Milei con su discurso estigmatizante y de odio produjo un efecto cultural inverso. Logró que cientos de miles de personas se movilizaran en toda Argentina y en varias ciudades del mundo en pleno verano y con mucho calor. Algo inédito. Milei grita ¡libertad, carajo! pero coarta la de los trabajadores, de las mujeres, de las minorías de género, de los jubilados y de los discapacitados. Y la marcha fue por lo que él declama, pero restringe, fue una marcha por la libertad.
Las calles saben de resistencia y de construcción colectiva
En defensa de la democracia, miles de argentinos participaron de la Marcha Federal Antifascista y Antirracista que se movilizó en la zona céntrica de Buenos Aires, desde el Congreso de la Nación hacia Plaza de Mayo. Una marcha que marca un hito en contra del Gobierno ultraderechista y autoritario de Javier Milei. Se replicó en toda la Argentina y en otras partes del mundo.
La Plaza de Mayo es del pueblo argentino. Es el lugar donde se gesta la identidad de lucha, la resistencia y también la construcción democrática de lxs argentinxs que no están dispuestos a perder derechos. Es allí donde se vuelve cada vez que hace falta. Como el sábado 1 de febrero, con miles y miles de personas en las plazas y calles de todo el país y en varias ciudades del mundo, sumándose a la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista. Una convocatoria que se autogestionó desde los activismos de la diversidad sexual, con fuerte impulso de la Asamblea Antifascista LGBTIQ+. Se difundió y creció en muy pocos días, como respuesta a los dichos de Milei en el Foro Económico Mundial de Davos, repletos de datos falsos y ataques a diversidades y mujeres.
Fueron los colectivos LGBTIQ+ y los feminismos quienes lo venían advirtiendo, incluso antes de que Milei llegara al poder. Su Gobierno podía ser un retroceso en materia de derechos, conseguidos después de años de militancia. Pero en esta multitudinaria jornada de movilización también quedó en claro, que estos movimientos que se reconocen siempre herederos de las luchas de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo no están solos y tienen una gran potencia de articulación, no sólo con organismos de Derechos Humanos, sino con sindicatos, movimientos sociales y partidos políticos.
Cerca de 800 mil personas participaron de la marcha solamente en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que, en el resto del país, hubo una adhesión de más de millón y medio de personas.

La sociedad le dijo basta al odio
«La marcha fue multitudinaria. Es la expresión de una sociedad que no va a renunciar a la diversidad y a la igualdad. La sociedad en unidad le dijo basta al odio, a la discriminación y a la violencia del Gobierno de Javier Milei», dijo María Rachid, presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), al cierre de la movilización.
En las avenidas Hipólito Yrigoyen y Cevallos se convocaron las organizaciones sindicales, entre ellas, la columna del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba).
En la cabecera de la marcha estaban los colectivos LGBT, las travas y trans, las madres y padres de hijos trans, pero también las personas que viven con discapacidad, las migrantes y las racializades, y les trabajadores del Hospital Bonaparte. Es decir, estaban muchas de las personas que a diario son estigmatizadas, atacadas y despreciadas por el Gobierno fascista de La Libertad Avanza.
Las consignas reunieron todo tipo de demandas: «Cogerse al pueblo es lo que está mal»; «Imaginate estar hablando mal de nosotrxs y que estemos así de fabulosxs defendiendo nuestros derechos»; «Al fascismo nunca más. Basta con la motosierra: no a los discursos de odio», «Cansados, pero jamás derrotados»; «Por jubilaciones y pensiones dignas»; «La Argentina nunca será fascista»; «Mariconazos sí, mariconazis no»; «Mi placer no mata, tu fascismo sí».
«Hicimos la marcha de nuestras vidas. El fascismo del Gobierno no pasará. El pueblo argentino nos acompañó en todo el país en nuestro compromiso de igualdad, diversidad y libertad», expresó al finalizar la marcha Ricardo Vallarino, presidente de 100 % Diversidad y Derechos, parte del Frente Orgullo y Lucha.
De Nueva York a Montevideo
Inesperadamente para el Gobierno, el discurso de Milei en Davos fue un tiro en el pie. La respuesta de un pueblo organizado fue inmediata y sin dudar. Ante la desinformación y el odio, la respuesta fue política y la encabezaron los chivos expiatorios de un plan económico que hace agua.
La convocatoria tuvo eco en más de 100 puntos de la Argentina, aseguraron desde la Asamblea Antifascista y Antirracista. Y la resonancia llegó al exterior con al menos 20 lugares del mundo donde flamearon banderas de Argentina y del orgullo LGBTIQ+, junto a carteles contra los dichos de Milei, en diferentes idiomas. La mayoría de los encuentros tuvieron lugar frente a las embajadas de Argentina en el país.
Las ciudades que tuvieron movilizaciones y concentraciones a favor de los derechos de Argentina en Europa fueron Ámsterdam, Berlín, Ginebra, Lisboa, Londres, París, Piacenza, Módena, Roma, Granada y Madrid.
En América Latina dijeron «basta» en Ciudad de México, Colonia, Florianópolis, Río de Janeiro, Sao Paulo y Santiago de Chile. También ocurrió en Nueva York.