¿QUEQUÉ? /
El afán de los medios corporativos en Colombia por imponer el relato que favorece a los grandes intereses del ‘establishment’ ha terminado porque sus operadores echen mano de la mentira, la injuria y la calumnia, irrespetando a sus audiencias y violando todo principio deontológico. El último caso patético es el del operador del uribismo Néstor Morales, director del programa Mañanas Blu, quien de manera irresponsable y ruin expresó al aire que los restos humanos encontrados en La Escombrera en Medellín son de personas enterradas adrede por sus familiares.
El negacionismo sobre el horror de las fosas comunes además de miserable es revictimizante.
En este caso, Morales olvida que la negación de violaciones masivas de los derechos humanos constituye violencia en sí misma. Esta ruindad no está ni en los márgenes de lo que comprende el periodismo.
La referida declaración amarillista, temeraria y sin ningún sustento emitida por el operador mediático de la cadena Blu Radio, originó el rechazo generalizado de un amplio sector de opinión del país que se expresó a través de las redes sociales condenando este tipo de exabruptos que han terminado por horadar el ejercicio periodístico en Colombia.